¡®Hora punta¡¯: anfetam¨ªnico y sopor¨ªfero
La tele: podemos odiarla y no quitarle el ojo. Cosa que no nos pasa con el programa de Javier C¨¢rdenas
Ha vuelto Hora punta, un programa de televisi¨®n anfetam¨ªnico y con mal futuro, como casi todo lo anfetam¨ªnico.
Pero lo que de verdad no se puede tolerar o se tolera fatal es que lo anfetam¨ªnico sea, adem¨¢s, sopor¨ªfero. Estos 40 minutos de televisi¨®n lo son, no saben ustedes cu¨¢nto (no lo saben, queremos decir, en el caso de que no hayan visto nunca el zool¨®gico absurdo de C¨¢rdenas y familia. Sigan as¨ª. Su estabilidad emocional lo agradecer¨¢. Y sus ganas de sacar la luger se aplacar¨¢n). Otro Javier televisual, Gurruchaga, tambi¨¦n era anfetamina pura ¨Ca ver, ¨¦l no, su personaje- pero la mar de entretenido. O aquellas barbaridades late night en vena tipo Pepe Navarro o Sard¨¢. Lava ardiendo, bufones moralmente impresentables a menudo y divertidos casi siempre. Es lo que tiene la tele: podemos odiarla y no quitarle el ojo. Cosa que no nos pasa con Hora punta.
La Primera, o sea El Ente, sigue apostando por Javier C¨¢rdenas y su parada de monstruos. Yo no s¨¦ si El Ente tiene que escribirse as¨ª, con may¨²sculas, pero como hab¨ªa una pel¨ªcula de miedo que se titulaba El Ente y creo recordar que iba as¨ª, en caja alta, pues dej¨¦moslo tal cual; al fin y al cabo no deja de dar miedo que RTVE programe este pavoroso producto. ?Con la de j¨®venes e in¨¦ditos payasos, presentadores, humoristas y showmen brillantes que deben de estar haciendo cola ante la improbable ventanilla de la primera oportunidad, y resulta lo de siempre, que aqu¨ª, esta jaula de grillos dispone de casi tres cuartos de hora de inanidad prescindible en cuanto mensaje, verbo, est¨¦tica e intenciones.
A C¨¢rdenas se le entiende en la televisi¨®n un poco mejor que en la radio. Tampoco eso es decir gran cosa, habida cuenta de que sus ma?anas en Europa FM se parecen a un mal subid¨®n tras la ingesta de vete a saber qu¨¦ m¨¢s que a un programa en las ondas. Pero hay a quien le gusta. Y no son pocos. Ya sabes, come mierda, porque millones de moscas no pueden equivocarse y el problema es tuyo. Desde aqu¨ª, recomendarle un pase¨ªto por Jimmy Fallon de vez en cuando: otro que va a mil, pero al que oye, se le entiende todo. Perd¨®n, estamos hablando de caviar y champagne en una f¨¢brica de gallinejas y entresijos.
Hora punta en su rentr¨¦e, lo mismo que antes, es un espacio que da la sensaci¨®n de querer acabar en cuanto empieza. Esa es una sensaci¨®n ruinosa para un producto televisivo, porque viene a traducirse en la siguiente ecuaci¨®n: guion previsible e inamovible + conductores rob¨®ticos e invitados superados por las circunstancias = desastre contra reloj.
El primer tema en C¨¢rdenas-El regreso fueron los tiburones y su problem¨¢tica supervivencia: toda una met¨¢fora trat¨¢ndose de este programa. Luego, 20 grandiosos minutos de deep Spain, con una pareja de hermanos que llevan 40 a?os siendo tambi¨¦n pareja y ahora se quieren casar pero sale un cura gallego mal¨ªsimo que no quiere nada ¡°con estos hijos de Satan¨¢s¡±, seg¨²n la pareja. Luego, un bombero de M¨¦rida que lleva ganados m¨¢s de mil premios en sorteos y concursos ¡°porque tengo una estrategia¡±. En el ¨²nico momento de todo el programa cercano a lo emocionante, el bombero est¨¢ contando c¨®mo un d¨ªa salv¨® de entre las llamas a un ni?o, pero ya est¨¢ ah¨ª Jos¨¦ Mar¨ªa Eternidades I?igo ¨Cque lo mismo habla de n¨²meros de magia que de las soluciones morales o inmorales ante el incesto- para interrumpirle: ¡°?Oye, pero a ver, ?qu¨¦ estrategia tengo que hacer yo para ganar como t¨²?¡±. Luego Anthony Blake, que con eso est¨¢ todo dicho. Luego, la nada. Como al principio. Como en el medio. Como al final. ?Zzzzzzzzzzzzzz!
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