El cable cortado y la mano tendida

Breve pero contundente Los a?os r¨¢pidos deja buen sabor de boca y ganas de un poquito m¨¢s. Secun de la Rosa ha escrito una emotiva obra en tres cuadros. El primero, en clave de sainete, da mucho que reir. El segundo, parece que fuera a continuar por esa traza desenfadada y humor¨ªstica, que pronto abandona de sopet¨®n para abrir las puertas del melodrama de par en par. El tercero, grata sorpresa, plantea un dif¨ªcil y empinado ejercicio para cuatro actores sembrados: Marcial ?lvarez, Pepa Pedroche, Cecilia Solaguren y Sandra Collantes.

Al cabo, Los a?os r¨¢pidos esboza un serio conflicto familiar, dos desenlaces posibles (como Morir, pieza celeb¨¦rrima de Sergi Belbel) y lo determinante que un solo gesto de cualquiera de sus progenitores puede resultar para el porvenir del hijo situado en posici¨®n desfavorable frente a sus hermanos. Visto que el relato cautiva, que la manera en la que se desarrolla el tercer acto causa sorpresa; que el trabajo interpretativo no tiene falla ni desperdicio, y que el reloj biol¨®gico del p¨²blico suele estar afinado a duraciones algo mayores (aqu¨ª se echa el cierre a los 50 minutos), cabe especular con que una escena m¨¢s, en la cual se desarrolle algo de cuanto se nos viene contando, redondear¨ªa espect¨¢culo tan sugestivo. La luz, cuya autor¨ªa no figura en el programa, concentra la atenci¨®n y contribuye decisivamente a crear un clima permeable a las emociones.