Bordar el sufrimiento ind¨ªgena
Mientras Argentina busca a Santiago Maldonado, una muestra insufla vida a fotograf¨ªas de jefes mapuches y adolescentes cautivas hace m¨¢s de cien a?os
"Puede tardar mucho, pero finalmente en la Historia triunfa la ¨¦tica", dice el historiador y escritor argentino Osvaldo Bayer. Damiana esper¨® 11 a?os viva y 104 muerta para volver a su tierra natal, la selva del sur de Paraguay. Su pueblo, los ach¨¦, recuper¨® los restos completos en 2011. Damiana hab¨ªa sido alejada de all¨ª en 1896, con tres a?os, tras sobrevivir a una matanza. Sus captores la llevaron a la ciudad argentina de La Plata, la estudiaron como objeto cient¨ªfico y la entregaron como criada. A los 14 a?os fue internada en un neuropsiqui¨¢trico, en el que muri¨® de tuberculosis. Dos meses antes de fallecer, en una fr¨ªa ma?ana de mayo de 1907, esta adolescente ind¨ªgena fue obligada a posar desnuda para el antrop¨®logo alem¨¢n Robert Lehmann Nitsche en el jard¨ªn del centro psiqui¨¢trico. Sobre esas fotograf¨ªas, el argentino Sebasti¨¢n Hacher borda ahora dibujos sanadores.
Mientras el documental Damiana Kryygi se proyecta sobre una pantalla a oscuras, Hacher borda iluminado por una peque?a l¨¢mpara. Con hilo amarillo y rosado, devuelve a su rostro las pinturas caracter¨ªsticas de los ach¨¦. En otra fotograf¨ªa, adorna de verde su pelo. En una tercera, un hilo rosado se extiende desde su boca y parece transformarse en palabras, esas que nunca nadie registr¨®, porque toda la vida de Damiana est¨¢ contada a trav¨¦s de la voz de otros, en especial de los antrop¨®logos que la midieron, la examinaron y no la dejaron en paz ni siquiera muerta.
Los cient¨ªficos se repartieron su cad¨¢ver. El tronco y las extremidades para el Museo de Ciencias Naturales de La Plata; la cabeza, cortada con serrucho en tres partes y conservada en formol, para sus colegas de Berl¨ªn.
Los ach¨¦ consiguieron en 2010 la restituci¨®n del esqueleto que guardaba el museo platense. Un a?o despu¨¦s, lograron la del cr¨¢neo, el cuero cabelludo y la lengua, que hasta entonces hab¨ªan formado parte de la colecci¨®n antropol¨®gica del hospital berlin¨¦s Charit¨¦. Alejandro Fern¨¢ndez Mouj¨¢n registr¨® en el documental la ceremonia festiva con la que los ach¨¦ homenajearon a esa hermana recuperada, de la que ni siquiera conocemos su verdadero nombre, sino el que recibi¨® al ser bautizada por sus captores. Fern¨¢ndez Mouj¨¢n les har¨¢ llegar ahora las fotos de Damiana bordadas por Hacher.
La pose cabizbaja de Damiana y la tristeza con la que mir¨® a la c¨¢mara dificultan el trabajo de bordado. Hacher us¨® la tecnolog¨ªa para fusionar a la adolescente con su selva querida y en esa fotograf¨¬a retocada dibujar con hilos sobre ella un sol luminoso, fuente de vida.
No es la ¨²nica fotograf¨ªa bordada. En el Club Cultural Matienzo de Buenos Aires, puede verse estos d¨ªas la muestra Restituci¨®n: bordar el genocidio mapuche de Sebasti¨¢n Hacher y Mariana Corral. En ella est¨¢n expuestas sus intervenciones a im¨¢genes de mapuches tomadas en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Una de ellas es la de Sayhueque, uno de los ¨²ltimos jefes mapuches en caer ante el avance del Ej¨¦rcito argentino en la llamada Conquista del desierto. Hacher colore¨® la fotograf¨ªa y despu¨¦s bord¨® ondas de colores alrededor de su cuerpo, como el aura que proyecta. En la imagen de Maish Kensis, uno de los seis prisioneros de la ciencia que murieron en el museo, los puntos apretados que cubren su cuerpo forman un viento liberador que lo arrastra lejos de all¨ª, quiz¨¢s hasta su a?orada Patagonia.
Hacher comenz¨® a cubrir los conflictos ind¨ªgenas por la tierra como periodista hace m¨¢s de una d¨¦cada. Dos a?os atr¨¢s, a las palabras sum¨® los hilos. ?Se puede hacer periodismo bordando? ?l cree que s¨ª, que ante la crisis que sufre la profesi¨®n, una de las posibles salidas "es abrirlo a la experimentaci¨®n, buscar nuevos lenguajes y formatos". Entre sus herramientas, planea incluir en breve la madera.
La muestra coincide con la desaparici¨®n de Santiago Maldonado tras participar en una protesta de mapuches que reclaman tierras a Benetton. "Lo que pas¨® hace m¨¢s de cien a?os sigue pasando", dice Hacher. "Los mapuches tienen una fuerza incre¨ªble, nunca se rinden", contin¨²a, "no defienden su tierra como quien defiende su casa cuando la est¨¢n robando, la defienden como quien defiende una parte de su cuerpo".
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