Willy Ronis o el compromiso po¨¦tico con la sociedad
El Jeu de Paume expone en la ciudad francesa de Tours los archivos de este gran maestro de la fotograf¨ªa humanista
Miraba, interpretaba y plasmaba. Willy Ronis (Par¨ªs, 1910-2009) andaba siempre a cuestas con su c¨¢mara, de la que orgullosamente dec¨ªa que no se separaba ni para comprar el pan. Buscando la belleza y la emoci¨®n en lo banal, y consciente de que la fotograf¨ªa ¡°es la mirada. O se tiene o no se tiene¡±, pas¨® a la historia como uno de los grandes fot¨®grafos humanistas. Su ojo de poeta nunca se dej¨® enga?ar por una visi¨®n placentera moment¨¢nea; con af¨¢n introspectivo y mirada fresca quiso ser un hombre de su tiempo.
¡°Lo interesante de Ronis es su compromiso po¨¦tico con la sociedad en la que le ha tocado vivir¡±, se?ala Marta Gili, directora del Jeu de Paume de Par¨ªs. ¡°No se trata del compromiso de un fotoperiodista¡±. Forma parte de la fotograf¨ªa humanista de la posguerra en Europa, donde el hombre adquiere un protagonismo central. Su obra puede verse hasta el 29 de octubre en una retrospectiva organizada por el Jeu de Paume en el Ch?teau de Tours, con los fondos que el propio fot¨®grafo don¨® al estado franc¨¦s en 1983. Le exposici¨®n recorre la larga y prolifera trayectoria del artista. Junto a sus fotograf¨ªas m¨¢s ic¨®nicas desvela im¨¢genes a¨²n desconocidas.
Fue Willy Ronis, junto con otros fot¨®grafos, entre ellos Robert Doisneau, Izis, Andr¨¦ Kert¨¦sz y Brassa?, responsable de esa imagen en blanco y negro, c¨¢ndida y rom¨¢ntica del Par¨ªs de mediados del siglo XX. Vistas desde la perspectiva actual, estas im¨¢genes conservan una indudable aura de nostalgia, pero podr¨ªan resultar en cierto modo un clich¨¦. ¡°El humanismo de los a?os 50 y 60 adopta una forma de representaci¨®n visual que no deja de ser na¨ªf y ut¨®pica, pero tambi¨¦n una mirada cr¨ªtica e ir¨®nica (en Espa?a podr¨ªamos incluir en esta corriente a Catal¨¤ Roca, a Masats y Miserachs), destaca Gili, quien es comisaria de la exposici¨®n junto con Matthieu Rivallin. Ronis participa de esta mirada optimista y un poco azucarada, pero como militante del partido comunista ¡°no se deja intimidar por esa necesidad de edulcorar la vida despu¨¦s de haber vivido dos guerras mundiales en el mismo territorio. Su trabajo no es tan dulce; hay una cierta melancol¨ªa por la vida¡±.
¡°Nac¨ª con un meticuloso gusto por la m¨²sica. Durante mucho tiempo, hasta los 16 o 18 a?os pens¨¦ que iba a ser compositor¡±, recordaba el artista en una entrevista grabada en los ¨²ltimos a?os de su vida. Su madre, profesora de piano, le inculc¨® la pasi¨®n por la m¨²sica. Fue tambi¨¦n quien le aconsej¨® visitar el Louvre. Admiraba a los pintores flamencos. De la descripci¨®n de lo cotidiano que observ¨® en su pintura surgi¨® la b¨²squeda del fot¨®grafo por los momentos triviales y fugaces de la vida diaria. Su padre era fot¨®grafo y due?o de un estudio de fotograf¨ªa de retrato. A los 15 a?os le regal¨® su primera c¨¢mara y cuando enferm¨® de c¨¢ncer le pidi¨® que se hiciera cargo de su negocio. Las paredes del estudio pronto quedaron estrechas para este fot¨®grafo que se describ¨ªa a s¨ª mismo como ¡°un hombre de acci¨®n, de la calle¡±. El 14 julio de 1936 se lanz¨® a la calle para documentar el ascenso del frente popular en Par¨ªs.
Las clases m¨¢s desfavorecidas y desestabilizadas encontraron siempre un lugar en la mirada del autor. ¡°Su sensibilidad hac¨ªa el mundo laboral lo diferencia de los fot¨®grafos humanistas de la ¨¦poca, como Doisneau, Boubat o Izis¡±, destaca Gili. ¡°Es un hombre muy implicado en la voluntad de un cambio social. No se queda en el intento de unificar la humanidad bajo azucarados lemas que hablan de la bondad intr¨ªnseca del ser humano, sino que se aprecia en ¨¦l una voluntad real de lucha y de reivindicaci¨®n de los derechos humanos¡±. Cubrir¨¢, como encargos para distintas publicaciones, los conflictos de Citro?n o Renault, y documentar¨¢ entre otros a los trabajadores textiles de la Alsacia y a los mineros de Saint?tienne. Sus proyectos no glorifican la esperanza ciega en el ser humano, como intentaba preconizar la m¨ªtica exposici¨®n The Family of Men, organizada por Steichen en 1955, y en la que particip¨® Ronis.
Trabaj¨® para la agencia Rapho, y entre sus mejores amigos se encontraban David Seymour y Robert Capa, fundadores de Magnum. Con ellos compart¨ªa la necesidad de reivindicar los derechos de autor del fot¨®grafo. ¡°Reivindicaba la fotograf¨ªa como medio de expresi¨®n al que hay que respetar, no como una mera ilustraci¨®n, sino una micronarraci¨®n¡±, destaca la comisaria. As¨ª, exig¨ªa su derecho a decidir qu¨¦ imagen hab¨ªa de publicarse, c¨®mo deb¨ªa cortarse y de qu¨¦ pie de foto deb¨ªa ir acompa?ada. Esto le cre¨® muchos problemas dentro del mundo de la prensa.
Perfeccionista en la t¨¦cnica, cuidaba con exquisitez la composici¨®n y la proporci¨®n. La mayor¨ªa de sus im¨¢genes est¨¢n tomadas en la calle. Le gustaba trabajar en proyectos de largo recorrido. ¡°No va al evento sino que intenta crear una serie de narraciones que explican el contexto en el que suceden las cosas¡±, explica Gili. Catalogaba y referenciaba cada uno de sus negativos. Estos iban acompa?ados de una peque?a narraci¨®n escrita donde explicaba los detalles de cada toma, con la intenci¨®n de contextualizarlos. ¡°Ronis es consciente de que la fotograf¨ªa es un momento. Que hay un antes y un despu¨¦s, y que el antes y el despu¨¦s a veces cuenta m¨¢s que la propia fotograf¨ªa¡±, a?ade la comisaria.
Toc¨® m¨²ltiples g¨¦neros, entre ellos el desnudo. Una de sus fotos m¨¢s famosas, El desnudo provenzal, es la que tom¨® a su mujer Mari Anne Lansiaux cuando la sorprendi¨® lav¨¢ndose en su caba?a de Gordes (Provenza): ¡°Fueron dos minutos. Los milagros existen. Lo pude comprobar. Nunca antes hab¨ªa sentido tanta ansiedad como cuando revel¨¦ esa pel¨ªcula. Sent¨ª que la imagen era buena, t¨¦cnica y est¨¦ticamente. Fue un gran momento en mi vida, un momento prosaico de extrema poes¨ªa¡±, recordaba el fot¨®grafo franc¨¦s.
Esperaba con paciencia el momento, no sal¨ªa en su b¨²squeda. Receptivo a ese instante de epifan¨ªa que se revela por s¨ª mismo, supo documentar con belleza y realismo una ¨¦poca. ¡°Nunca he ido en busca del momento extraordinario de la primicia. He buscado aquello que complementaba mi vida. La belleza de lo ordinario fue siempre la fuente de mis grandes emociones¡±, dir¨ªa.
Willy Ronis. Jeu de Paume, Ch?teau de Tours, Francia. Hasta el 29 de octubre.
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