El dolor que nunca llega a apagarse

¡°?Desaparece el dolor?¡± La pregunta solo surge as¨ª de directa y clara cuando han pasado diez largos meses desde la tragedia. Unas palabras que arrastran algo de urgencia por saber qu¨¦ pasar¨¢ en el futuro, cu¨¢nto durar¨¢ el tormento, si hay vida tras el calvario. ¡°No¡­. pero cambia. A veces desaparece, pero siempre vuelve¡±. La respuesta, cargada de experiencia, viene a cerrar o cicatrizar un tiempo de angustias, dudas y culpas. ¡°Si no hubiera entrado a la casa a coger el tel¨¦fono..¡±, ¡°si no hubiera llamado a mi hermana..¡±, ¡°si el perro no hubiera salido corriendo..¡±.

David Lindsay-Abaire (Boston, Estados Unidos, 1969) puso la mirada en el dolor m¨¢s aterrador al que uno puede enfrentarse: la muerte de un hijo. Los universos paralelos, obra con la que el dramaturgo norteamericano gan¨® el Pulitzer de Teatro en 2005, se estrena por primera vez en Espa?a, en el Teatro Espa?ol, bajo la direcci¨®n de David Serrano. Protagonizada por Malena Alterio, Daniel Grao, Carmen Balagu¨¦, Bel¨¦n Cuesta e Itzan Escamilla, el montaje, una mezcla m¨¢gica de drama y comedia, es un canto a la vida y a la superaci¨®n, un camino de vuelta hacia la felicidad, o m¨¢s bien la tranquilidad perdida. Los recuerdos, las a?oranzas, el consuelo o la culpa. Todas las angustias van surgiendo a lo largo de las casi dos horas de funci¨®n, realizada en el interior de una bella casa familiar. Cada uno se enfrenta al dolor como mejor puede. La muerte por atropello del ¨²nico hijo, de cuatro a?os, de Alberto y Patricia sumerge en un abismo a todos los miembros de esta familia, algo estrafalaria y divertida. Unos quieren mantener vivo el recuerdo del ni?o, con su habitaci¨®n llena de robots, sus juguetes preferidos; otros creen que lo mejor es quitar sus dibujos pegados en la nevera, o recoger la ropa de su dormitorio. Desembarazarse de una vez por todos de ese dolor que lo impregna todo.

Es la segunda obra de David Lindsay-Abaire que aborda David Serrano (Madrid, 1975) como dramaturgo. La primera, Buena gente, la descubri¨® en un montaje que Claudio Tolcachir realiz¨® en Buenos Aires (Argentina). A partir de entonces, se hizo un adicto de la lectura de Lindsay-Abaire. El descubrimiento de Los universos paralelos fue un flechazo. ¡°Es un genio del di¨¢logo, dibuja unos personajes muy cre¨ªbles, nada estereotipados, Tiene una facilidad enorme de pasar de la comedia al drama, algo que hace con una maestr¨ªa y una sutileza espectacular, sin cambios forzados, Todo le sale de una manera muy natural, sobre todo escribiendo de mujeres. Es capaz de escribir unos personajes de mil caras, siempre tienen cosas ocultas, no son nada evidentes y adem¨¢s son muy reales¡±.

¡°Si alguna vez quer¨¦is escribir algo verdaderamente importante, hacedlo sobre aquello que os provoque m¨¢s miedo¡±. La sugerencia de Marshan Norman, la autor de Buenas noches, madre, en un curso impartido al que asisti¨® David Lindsay-Abaire, cuando ten¨ªa 20 a?os, se qued¨® en la retina. Muchos a?os m¨¢s tarde, cuando el dramaturgo ya era padre y hab¨ªa alcanzado cierto renombre, record¨® aquella recomendaci¨®n de Norman. En ese momento, lo que m¨¢s aterraba al autor norteamericano era la idea de perder a alguno de sus hijos. Es aqu¨ª donde surge la historia de Los universos paralelos. La adaptaci¨®n de esta funci¨®n se ha realizado tras una exhaustiva investigaci¨®n con psic¨®logos y familiares que han sufrido tan atroz p¨¦rdida. ¡°Los casos son muy similares¡±, asegura David Serrano en una terraza de la Plaza de Santa Ana, tras un ensayo en el Espa?ol de Los universos paralelos, que compagina con el musical Billy Elliot, que se estrenar¨¢ en el Teatro Nuevo Alcal¨¢ a principios de octubre.. ¡°Todos nos han narrado situaciones id¨¦nticas a lo que se cuenta en esta obra. Cuando una pareja pierde a un hijo, es muy normal que cada uno se enfrente de manera diferente a ese horror¡±.

Las cosas nunca m¨¢s van a resultar agradables, nadie va a volver al punto inicial. Se trata de convivir con el dolor y enfrentarse a ¨¦l. No olvidar, sino aprender a convivir con ello. Como tambi¨¦n el joven que provoca el atropello y que protagoniza uno de los momentos m¨¢s emotivos de la obra cuando va a visitar a la madre del ni?o. Nunca m¨¢s volver¨¢ a coger un volante y, en cambio, tratar¨¢ de buscar consuelo en la filosof¨ªa. ¡°Lloremos juntos, igual alg¨²n d¨ªa hasta nos re¨ªmos un poco¡±.