Juan C¨¢rdenas: ¡°El exilio genera una rabia que contamina la mirada¡±
El escritor colombiano, integrante de la prestigiosa lista Bogot¨¢39, presenta en Espa?a su ¨²ltima novela, 'El diablo de la provincias'
"?Te has duchado a oscuras alguna vez?". En El diablo de las provincias (Perif¨¦rica), ¨²ltima novela de Juan C¨¢rdenas, que ahora presenta en Espa?a, un d¨ªler que surte de marihuana al protagonista le cuenta que, completamente colocado, tiene visiones al ducharse en la oscuridad. El propio C¨¢rdenas (Popay¨¢n, 1978) tambi¨¦n se daba duchas a oscuras, pero en los noventa, cuando Colombia sufr¨ªa racionamiento de electricidad.
¡°Cuando se cometen atrocidades, la confusi¨®n favorece a la impunidad¡±
¡°Me gustaba la idea de que a este d¨ªler, a este personaje marginal, no se le niegue la complejidad al verlo desde fuera, retratar una conciencia propia, aunque sea con esta t¨¦cnica de meditaci¨®n plebeya¡±. El d¨ªler es uno m¨¢s de los personajes a los que C¨¢rdenas da voz en su ¨²ltima novela, protagonizada por un bi¨®logo que regresa a Bogot¨¢ y a la peque?a ciudad en la que creci¨®.
La vuelta a la tierra de la infancia es algo que C¨¢rdenas vivi¨® en primera persona, tras dejar Madrid en 2013 rumbo a Colombia. Al volver a su ciudad natal, el bi¨®logo de la novela encuentra miseria y falta de educaci¨®n, un imparable choque entre su mentalidad racional y una religi¨®n que empapa la sociedad que le rodea, y fuerzas brutales y violentas que parecen guiar a las personas. Pero esa es la historia del bi¨®logo. ?Qu¨¦ encontr¨® el propio C¨¢rdenas al volver a Colombia? ¡°Todav¨ªa lo estoy descifrando¡±, dice tomando aire. ¡°Estoy en el proceso de construir cr¨ªticamente mi propia mirada. La experiencia del exilio genera normalmente una actitud de rabia que contamina esa mirada. A veces la rabia es salud, pero te impide ver matices¡±, confiesa. ¡°Me siento felizmente expatriado de una realidad que intento descifrar¡±, y se encoge de hombros.
Volvamos al asunto de la religi¨®n, omnipresente en la ¡°ciudad enana¡± a la que vuelve el bi¨®logo. ¡°No es una denuncia frontal a la religiosidad, eso ser¨ªa banalizar la situaci¨®n¡±, explica. ¡°Lo que intento es se?alar la realidad compleja, en la que los lazos de la religiosidad popular, la econom¨ªa y la cultura crean muchos sustratos del relato que nos rodea. Las fuerzas reales a las que se enfrenta un sujeto, como el bi¨®logo, sensible a los indicios, son brutales¡±, explica. ¡°La novela es la historia de alguien que se mide a esas fuerzas y act¨²a en cosecuencia¡±, resume.
La lucha por el relato
La muerte del hermano del protagonista, envuelta en el misterio de su propia sexualidad, tiene dos posibles explicaciones: un crimen pasional o un ataque. Muerto en cualquier caso, ¡°no es lo mismo una ri?a entre bujarrones que ser v¨ªctima de un atentado marxista¡±. La madre del protagonista, ni que sea inconscientemente, opta ante la ausencia de evidencias por la segunda opci¨®n.
En casi todas las novelas de C¨¢rdenas, integrante de la prestigiosa lista de talentos literarios Bogot¨¢39, hay una reflexi¨®n constante sobre el relato que nos domina y nos termina por definir. ¡°Las sociedades son m¨¢quinas productoras de relatos¡±, explica. ¡°En Am¨¦rica Latina, por ejemplo, hay un trabajo de formar un relato legible contra las dictaduras. En el caso de Colombia y Centroam¨¦rica es distinto: las fuerzas con atrocidades m¨¢s terribles han construido muchas m¨¢scaras y pulverizan los relatos, ramific¨¢ndolos. Es imposible orientarse en ese espacio¡±. Y cita el caso de los 43 de Iguala: ¡°Hay quien culpa al Estado, a los narcos, a la polic¨ªa c¨®mplice, pero tambi¨¦n hay un pueblo que calla¡ Al final, toda esa confusi¨®n favorece a la impunidad¡±. ¡°En estos pa¨ªses, los agentes de destrucci¨®n son m¨¢s astutos a la hora de construir el relato y claro que, como dice Fernando Vallejo, hay que ponerle nombres propios a la infamia, pero la realidad es mucho m¨¢s compleja¡±, cuenta.
"Hoy me siento expatriado de una realidad que intento descifrar¡±
De aqu¨ª y de all¨ª, C¨¢rdenas se?ala las similitudes entre el sur de Europa y Latinoam¨¦rica. ¡°Personalidades abigarradas, promiscuas, con una enorme simultaneidad entre lo arcaico y lo moderno, y donde la verdadera modernidad va a contrapelo, ahondando en las cosas antiguas¡±. Y habla de que los pensamientos de la anciana que le vend¨ªa ispis fritos en el lago Titicaca son los mismos de la de una anciana en una aldea perdida en Portugal, pa¨ªs que visita siempre que puede.
Uno de sus personajes de la novela dice que a veces la vida va mejor si uno deja de darle vueltas a las cosas y se concentra en su trabajo. ?Suscribe la frase el propio C¨¢rdenas? ¡°La novela funciona como f¨¢bula. Sobre la claudicaci¨®n ante unas fuerzas, sobre seguir o no tu instinto. En ese contexto, ese no buscarse problemas vale para hacer funcionar algunas cosas. Ahora, ?qu¨¦ opino yo? Lo que yo opine es irrelevante¡±.
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