Lo que Elcano se atrevi¨® a pedir al emperador Carlos I
Papeles hallados en un archivo familiar de Gipuzkoa ahondan en la personalidad del primer hombre que circunnaveg¨® el globo
Pocos vascos y pocos espa?oles tan universales como Juan Sebasti¨¢n Elcano (Getaria, Gipuzkoa, 1476 - alg¨²n lugar del oc¨¦ano Pac¨ªfico, 1526) y, sin embargo, pocos vascos y espa?oles ilustres tan mal conocidos¡ hasta el hallazgo de los papeles de Laurgain. Un chico de buena familia ¡ªarmadores y notarios de Guetaria¡ª, un marino, un aventurero, un bragado, un mujeriego y un punto brib¨®n, Elcano integra todas las contradicciones de un mundo de hidalgu¨ªa, honor y pobreza, el del siglo XVI, donde el emperador Carlos I de Espa?a y V de Alemania ordenaba y mandaba a sus anchas.
As¨ª que al hombre m¨¢s poderoso del mundo debi¨® de sorprenderle no poco la carta escrita por aquel vasco que acababa de llegar a Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz) en la nao Victoria en compa?¨ªa de otros 17 maltrechos supervivientes tras dar la primera vuelta al mundo en un viaje de tres a?os. Hab¨ªan zarpado de Sevilla en 1519. Magallanes, el capit¨¢n de la expedici¨®n original en busca de nuevas rutas comerciales, hab¨ªa ca¨ªdo muerto en combate en Filipinas. Elcano, su maestre, se encontr¨® con una flota destrozada, la tripulaci¨®n diezmada por el escorbuto y sin plan B. Decidi¨® improvisar, en lo que a buen seguro supuso una de las decisiones empresariales m¨¢s arriesgadas de la Historia: en vez de intentar volver por donde hab¨ªa venido, seguir¨ªa adelante, de Oriente hacia Occidente, y coronar¨ªa la primera vuelta al globo.
Corr¨ªa el a?o del Se?or de 1522 y el intr¨¦pido ¡ªtambi¨¦n imprudente¡ª h¨¦roe guipuzcoano se dirig¨ªa al rey para pedirle diversas mercedes como reconocimiento a su gesta. Aquella misiva ¡ªla ¨²nica manuscrita que se conoce de Elcano¡ª y otros siete documentos que reflejan la relaci¨®n epistolar entre el emperador y su s¨²bdito fueron hallados el a?o pasado por el director del Archivo Hist¨®rico de Euskadi, Borja Aguinagalde, en la casa-torre de Laurgain, en la localidad guipuzcoana de Aia, y se han dado a conocer recientemente. Carlos I devolvi¨® la carta a su remitente con las respuestas a sus reclamaciones: ese es el motivo por el que acab¨® entre los papeles personales de Elcano, y no en el Archivo General de Indias de Sevilla, que es donde hubiese estado si la hubiera conservado con ¨¦l el rey.
¡°El archivo con los papeles de Elcano debi¨® de llegar a Laurgain en un momento indeterminado despu¨¦s de un complejo proceso de legados, cambios de bienes y disputas legales. La casa-torre Laurgain de Aia es hoy propiedad de Anne-Marie Christophe Lardizabal y fue all¨ª donde empezamos a digitalizar para ella los documentos del archivo cuando lo encontr¨¦: un legajo cuadrado y ancho que me llam¨® la atenci¨®n", explica en su despacho de Bilbao, y con la carta entre las manos enguantadas, Borja Aguinagalde, quien reconoce que, en aquel momento, se puso ¡°a sudar como un loco¡±.
La carta manuscrita y los otros siete documentos hallados dan bastantes pistas sobre el personaje de Elcano y la vida que pudo llevar. ¡°Elcano le pide bastantes cosas al rey Carlos I ¡ªque entonces ten¨ªa solo 22 a?os¡ª y el rey, a trav¨¦s de su secretario Francisco de los Cobos, le contesta a casi todo que no, aunque le concede una renta anual de 500 ducados de oro de por vida, un dineral¡±, explica Aguinagalde. Una renta que nunca llegar¨ªa a percibir.
En una caja fuerte del Archivo Hist¨®rico de Euskadi, en Bilbao, descansan los papeles de Laurgain a la espera de ser expuestos al p¨²blico en un lugar a¨²n por decidir. Sobre la mesa de una fr¨ªa sala del archivo, el papel amarillento y rugoso que sirve de soporte a las palabras escritas por Elcano a Carlos I habla de cinco siglos de historia de Espa?a. En ellas, el marino guetariarra no se corta en sus ambiciones y le pide al Rey lo siguiente: el h¨¢bito de caballero de la Orden de Santiago (el mismo que ten¨ªa Magallanes), la Capitan¨ªa Mayor de la Armada y un permiso para poder llevar armas, porque deb¨ªa de haber alguien que no le quer¨ªa bien. A todas sus peticiones, el secretario del rey responde, amablemente, con sendas negativas.
¡°???Pero c¨®mo se atreve a pedirle a Carlos I el h¨¢bito de la Orden de Santiago!!? Adem¨¢s, Elcano tutea a Carlos I, algo que resultaba impensable en aquella ¨¦poca. Y tambi¨¦n hay errores en la escritura, ya que su lengua materna era el euskera¡±, comenta Aguinagalde, que explica as¨ª el descaro del navegante guipuzcoano: ¡°?l se permite pedirle todas esas cosas al rey porque sabe que ha hecho una gesta; ha descubierto la existencia de una nueva ruta comercial y ha demostrado por primera vez que la tierra es redonda y circunnavegable¡±.
Hasta ahora, la figura de Juan Sebasti¨¢n Elcano era conocida sobre todo por los documentos que precisamente alberga el Archivo General de Indias de Sevilla. Entre ellos, el testamento del marino, redactado pocos d¨ªas antes de morir el 6 de agosto de 1526 en medio del Pac¨ªfico, durante la expedici¨®n a las Molucas comandada por Garc¨ªa Jofre de Loaisa. Otra de las referencias m¨¢s fiables sobre el personaje era, y sigue siendo, el libro de Fern¨¢ndez de Oviedo sobre la mencionada expedici¨®n.
¡°Pr¨¢cticamente no disponemos de una documentaci¨®n generada por ¨¦l mismo que recoja sus actividades comerciales, sus asuntos familiares, las cuestiones sobre su hacienda¡ Los dos incendios de Getaria, en 1597 y 1836, agravan a¨²n m¨¢s esa carencia documental, y por eso son tan importantes los documentos de Laurgain¡±, explica en un bar de San Sebasti¨¢n el historiador naval Xabier Alberdi, asesor de la fundaci¨®n Mundubira 500, quien denuncia el relativo olvido al que la historiograf¨ªa moderna ha condenado a aquellos grandes navegantes vascos: ¡°La culpa la tenemos, entre otros, nosotros, los vascos. Aquellos marinos fueron personajes despreciados y vilipendiados, hemos tenido un mont¨®n de prejuicios y de miedos a la hora de juzgar a Elcano, a Oquendo, a Urdaneta¡ o a Blas de Lezo, del que se dijeron aut¨¦nticas barbaridades¡±.
En su opini¨®n, ha habido y quiz¨¢s subsiste un factor importante en ese recelo social de los vascos para con sus aventureros del mar: ¡°Ha habido como dos l¨ªneas ideol¨®gicas que nos han llevado a despreciarlos. Por un lado, una l¨ªnea vinculada al nacionalismo vasco que, de alguna manera, los ha visto como traidores por estar al servicio de la corona espa?ola. Y otra, una l¨ªnea pol¨ªtica como progresista que ha llevado a despreciar a todos aquellos marinos porque en alg¨²n momento fueron bandera del franquismo y la extrema derecha, que los caricaturiz¨® y los utiliz¨®, ya sabes, ¡®eran unos t¨ªos con dos cojones que dieron la vida por Espa?a¡¯ y cosas as¨ª¡±.
En un punto coinciden Xabier Alberdi y Borja Aguinagalde: si Juan Sebasti¨¢n Elcano hubiera sido franc¨¦s o estadounidense en lugar de natural de Getaria, se habr¨ªan hecho pel¨ªculas, series de televisi¨®n, libros y c¨®mics sobre su figura. ¡°Se trata de recuperar a un personaje important¨ªsimo¡±, sostiene el director del Archivo Hist¨®rico de Euskadi, ¡°por el que nunca ha habido mucho inter¨¦s¡ ni en Euskadi ni en Espa?a¡±.
Los 500 a?os de una gesta
Hoy mismo, jueves, los expertos internacionales en historia naval reunidos en el Congreso sobre la Vuelta al Mundo de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz) tendr¨¢n conocimiento de primera mano de este aut¨¦ntico tesoro epistolar que arroja luz sobre la personalidad de Juan Sebasti¨¢n Elcano. Algunos historiadores, como Mart¨ªn Fern¨¢ndez de Navarrete a mediados del siglo XIX, ya hab¨ªan dado noticia de la carta de Elcano a Carlos I, pero esta se daba por perdida.
Todos esos documentos, que ya han sido digitalizados y pueden visitarse en la web del Archivo Hist¨®rico de Euskadi (www.eah-ahe.org), ser¨¢n sin duda el plato fuerte en el 500 aniversario de aquel hito, que se cumplir¨¢ en 2019 pero que ya se ha puesto en marcha. Mundubira 500, una fundaci¨®n dependiente del Gobierno Vasco, Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa y Ayuntamiento de Guetaria, ser¨¢ la encargada de coordinar todas las conmemoraciones dedicadas al gran marino vasco.
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