Chesterton como consuelo
Agotado por la insoportable cacofon¨ªa medi¨¢tica de un conflicto de imposible soluci¨®n (decente), envidio el lib¨¦rrimo talante del escritor brit¨¢nico
1. Jeric¨®
Suponiendo que a¨²n quede alguien que lea esta p¨¢gina, le recuerdo que hoy, s¨¢bado, estamos en v¨ªsperas de que las huestes de Puigdemont, uno de los irrisorios Josu¨¦s de este ¡°estimulante¡± periodo en que nos ha tocado desvivir, se apresten a hacer sonar el shofar de las problem¨¢ticas urnas que presuntamente derribar¨¢n las murallas del Jeric¨® de 1978. Claro que, dado el rampante encabronamiento de los chantajistas y sus comparsas de un lado, y de los est¨®lidos e in¨²tiles mudos de otro, todo puede haber cambiado antes. Y no para mejor, precisamente. Frente a las magancer¨ªas e insultos a nuestra inteligencia de unos y otros, la tan infravalorada equidistancia se me antoja una virtud de filiaci¨®n casi teologal. Sobre todo ahora que los in-inde-independentistas tienen ganada ¡ªay¡ª la batalla de la comunicaci¨®n (la estelada es la bandera que m¨¢s aparece en La Sexta), y los presuntos unionistas se entretienen exhibiendo la misma falta de unidad que una bandada de hambrientas palomas a las que un ni?o arroja un pu?ado de migas de pan. Me consuelo con una pregunta: ?acaso Dios (o, en su defecto, Puigdemont) puede crear una roca tan pesada que no pueda levantarla? Y me contesto: si pudiera, habr¨ªa algo que Dios no puede hacer (mover la piedra); y si no pudiera, habr¨ªa algo que no podr¨ªa crear (la piedra); por tanto, aqu¨ª nadie es omnipotente, lo que nos permite entregarnos a un polite¨ªsmo pol¨ªtico limitado y equidistante. Todo lo anterior, aunque torpe, me lo inspira la lectura de ese rey de las paradojas que es G. K. Chesterton, cuyos ensayos vuelven en tropel a las mesas de novedades. Acantilado, en cuyo cat¨¢logo ya ten¨ªa un lugar privilegiado el escritor cat¨®lico (por elecci¨®n), ha publicado una antolog¨ªa (realizada por Auden) de sus Ensayos escogidos, la mayor¨ªa en torno a la obra de otros grandes escritores; la joven editorial Jus publica el volumen Temperamentos, un conjunto de ensayos sobre el impulso art¨ªstico (magn¨ªficos los retratos de Byron y Stevenson) y el religioso (de Savonarola a Tolst¨®i); por ¨²ltimo, Renacimiento ha publicado Impresiones de Irlanda, un ameno travelogue que Chesterton compuso (1918) cuando la (entonces) posesi¨®n inglesa estaba en plena lucha por la independencia, y en el que vierte l¨²cidas opiniones sobre paisaje, religi¨®n y nacionalismo. En cuanto a m¨ª, agotado (como usted, hypocrite lecteur/lectrice) por la insoportable cacofon¨ªa medi¨¢tica de un conflicto de imposible soluci¨®n (decente), envidio el lib¨¦rrimo talante con el que G. K. escribi¨®: ¡°Quedarse en la cama ser¨ªa una experiencia perfecta y sublime siempre que uno dispusiera de un l¨¢piz lo suficientemente largo para poder dibujar en el techo¡±. Y esperar de ese modo que llegue el lunes.
2. Series
?Son las series televisivas ¡ªel ¨²ltimo avatar de la industria cinematogr¨¢fica¡ª una herramienta cabal para entender el mundo en que vivimos? Esa es la gran pregunta que se plantea el profesor Dominique Mo?si en Geopol¨ªtica de las series o el triunfo global del miedo (Errata Naturae), un sugerente (pero no siempre riguroso) ensayo en torno a c¨®mo, desde el 11-S en adelante, las series ¡°occidentales¡± (b¨¢sicamente, Juego de tronos, House of Cards, Homeland, Downton Abbey y Occupied), a diferencia de las rusas o chinas ¡ªen la que se exaltan los valores nacionalistas tradicionales¡ª, interpretan nuestras emociones ante lo real y moldean nuestro imaginario y, lo que es m¨¢s significativo, el discurso de los pol¨ªticos, al tiempo que critican como corrupto y decadente el propio sistema (democr¨¢tico) en el que esas series pueden ser creadas sin censura. Un libro que dice pocas cosas que no sepamos, pero que tiene la virtud de ordenarlas.
3. Marx
Se aproxima la conmemoraci¨®n del bicentenario del fil¨®sofo, economista y revolucionario Karl Marx (1818-1883). El aniversario empieza a notarse en las librer¨ªas por la lenta pero constante publicaci¨®n o reedici¨®n de sus libros y de ensayos sobre su vida y obra. El FCE reedita, por ejemplo, el volumen II de El capital ¡ªel controvertido tomo p¨®stumo dedicado a la circulaci¨®n del capital¡ª en la reconstrucci¨®n que realiz¨® Engels. Y Penguin Cl¨¢sicos acaba de publicar Llamando a las puertas de la revoluci¨®n, una compacta antolog¨ªa (m¨¢s de 900 p¨¢ginas) del pensamiento de Marx a cargo del (ex) editor y cr¨ªtico Constantino B¨¦rtolo, que en su extenso pr¨®logo adelanta su prop¨®sito de presentar un Marx ¡°accesible, visualizable sem¨¢nticamente¡± en una antolog¨ªa de car¨¢cter cronol¨®gico y narrativo. De ese modo, el Marx que se nos presenta es un Marx integral, desde sus escritos de juventud y el encuentro con el pensamiento de Hegel ¡ªel Marx ¡°idealista¡±¡ª hasta el Marx ¡°marxista¡± de Althuser y m¨¢s all¨¢. Textos breves y significativos (el ¨²nico completo es el Manifiesto) que componen un pensamiento poli¨¦drico e inacabado que, lejos de estar amortizado, como pretende buena parte del establishment acad¨¦mico liberal, todav¨ªa encierra abundantes claves y herramientas interpretativas. En otro registro, los Libros del Zorro Rojo ha publicado El dios dinero, un ¨¢lbum desplegable e ilustrado (por Maguma, nombre art¨ªstico del arquitecto Marcos Guardiola) sobre textos del Marx ¡°humanista¡± e indignado de los Manuscritos econ¨®micos y filos¨®ficos de 1844.
4. C¨®mic
Como se sabe, las novelas gr¨¢ficas han llegado a un grado de madurez y complejidad extraordinario. Un ejemplo muy significativo de c¨®mo las tem¨¢ticas existenciales han ido permeabilizando el noble arte del c¨®mic es La vida es buena si no te rindes (Salamandra), una ficci¨®n minimalista, semiautobiogr¨¢fica y metaliteraria que el canadiense Seth compuso entre 1993 y 1996, y en la que se exploran asuntos como la creaci¨®n, la soledad y el desarraigo. Una peque?a obra maestra.
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