La lecci¨®n de convivencia y di¨¢logo de ¡®El Abencerraje¡¯
La Real Academia publica, en un solo volumen y en edici¨®n cr¨ªtica de Eugenia Fosalba, las tres versiones del cl¨¢sico del XVI
¡°Puede haber conflicto, pero si se desata el di¨¢logo, si uno puede ser capaz de condolerse del dolor de otro, cabe desarrollar el respeto, la comprensi¨®n y hasta la amistad; es un ejemplo de tolerancia con el distinto, con el de otra raza, religi¨®n o credo de cualquier tipo¡±, destila Eugenia Fosalba, profesora de Literatura Espa?ola del Siglo de Oro en la Universidad de Girona, la esencia de El Abenceraje, cl¨¢sico del XVI cuyo mensaje parece escrito para los tiempos actuales en medio mundo.
A pesar de la adarga y la lanza de dos hierros y su encomiable destreza y resistencia en la lucha, la partida de caballeros cristianos es de cinco y le reducen, claro. Pero a quien los encabeza, el capit¨¢n Rodrigo de Narv¨¢ez, no le casa que un musulm¨¢n ¡°gentilhombre y bien tallado¡±, tan valiente, se muestre tan abatido. La ca¨ªda, en la frontera andaluza entre ambas comunidades, no lo justifica. ?Qu¨¦ honda pena arrastra en su interior m¨¢s all¨¢ de su apresamiento?
El propio Abindarr¨¢ez se lo cuenta: iba en busca de su amada Jarifa, amor clandestino con quien iba a fugarse. De manera inopinada, el capit¨¢n le dejar¨¢ en libertad para que cumpla su deseo ¡°si me prometes de volver a mi prisi¨®n dentro de tercero d¨ªa...¡±. Todos cumplir¨¢n e ir¨¢n un paso m¨¢s all¨¢.
Afrentas literarias
En 1990, Eugenia Fosalba hizo una notable aportaci¨®n a los cl¨¢sicos al atribuir el cap¨ªtulo cuarto de La Diana, de Jorge de Montemayor, en el que aparec¨ªa una versi¨®n del an¨®nimo episodio de El Abencerraje, al propio Montemayor. "Lo reescribe", apunta la experta, que autoedit¨® el estudio. "No lo deje usted as¨ª", le dijo el acad¨¦mico Francisco Rico, pero Fosalba no entr¨® en materia hasta hace tres a?os, cuando descubri¨® un estudio de 2008 que "le daba la vuelta al ¨¢rbol geneal¨®gico que yo hab¨ªa propuesto sobre El Abencerraje". Fue entonces cuando decidi¨® trabajar las tres versiones: una an¨®nima posterior a 1548, de pocos a?os despu¨¦s; la de Antonio de Villegas (donde se suavizaron escenas er¨®ticas) y el famoso cap¨ªtulo cuarto de La Diana. Fosalba cree ¡ª"no tengo la certeza, pero me parece plausible"¡ª que el texto an¨®nimo es obra del militar y escritor del siglo XVI Jer¨®nimo Jim¨¦nez de Urrea y cree haber hallado una ri?a entre los tres: Villegas se habr¨ªa burlado de la obra de Montemayor, quien a su vez menospreciaba el trabajo tanto de Villegas como de Urrea. Las afrentas, un gran motor literario.
Fosalba es la autora del volumen que, en edici¨®n cr¨ªtica y anotada, re¨²ne por vez primera las tres versiones que existen de este relato an¨®nimo y que acaba de editar la Real Academia Espa?ola.
Defiende la estudiosa tanto el fondo como la forma de una obra alabada por Cervantes ¡ªen el primer regreso a su pueblo, don Quijote cree que se lamenta como Abindarr¨¢ez¡ª y fuente de inspiraci¨®n de Lope de Vega (El remedio en la desdicha), pero en la que ¡°es dif¨ªcil saber si lo que narra es real¡±. ¡°Pienso m¨¢s bien en una leyenda, aunque Rodrigo de Narv¨¢ez existi¨® y el linaje de los Abencerraje, tambi¨¦n, envuelta de mucho mito¡±, explica. Una rama de esa casta parece que se conjuraba sistem¨¢ticamente contra el poder, lo que lleg¨® a facilitar, cuentan, la ca¨ªda de Granada. Tambi¨¦n habr¨ªan sufrido un par de matanzas, una de la cuales inspir¨® al pintor Mariano Fortuny su ¨®leo La matanza de los Abencerrajes (si bien la ubic¨® en un lugar no muy factible, el patio de los Leones de la Alhambra).
De una de aquellas carnicer¨ªas se habr¨ªan librado Abindarr¨¢ez y Jarifa, criados como hermanos sin serlo y ya enamorados de chicos. ¡°Hay una declaraci¨®n de amor muy bonita cuando a¨²n se creen hermanos, que roza el incesto¡±, apunta la autora como uno de los muchos ejemplos de una ¡°trama atractiva¡± del cofre literario de El Abencerraje.
¡°El relato se lee muy bien y los protagonistas son adolescentes que viven una sensualidad casi transgresora, con esa soledad y rubor que genera la pasi¨®n, como en las obras de Ovidio, Trist¨¢n e Iseo o Romeo y Julieta¡±, encadena Fosalba como argumentos para que los j¨®venes se acerquen a la obra. Y a?ade otro aliciente, a caballo entre lo sensual y lo cultista: ¡°Hay un momento que Jarifa, tras pasar la noche con su amado, le toma del hombro y le gira hacia s¨ª pregunt¨¢ndole por qu¨¦ suspira, temerosa de haberle decepcionado, y es cuando ¨¦l le dice que debe dejarla para cumplir su promesa con el capit¨¢n, lo que har¨¢ a pesar de que ella le propone pagar un rescate con su fortuna... Es una escena de cama moderna, si bien inspirada en la Fiammetta de Bocaccio: hay mucho elemento renacentista en la obra¡±. Tambi¨¦n asegura que la historia ayud¨®, gracias al gran eco que tuvo desde la plataforma del libro de Montemayor, a expandir por Europa la imagen del moro galante, as¨ª como aliment¨® la fascinaci¨®n por el orientalismo.?
Apunta Fosalba en su libro sin fondo de sugerencias que el autor del an¨®nimo relato pudiera ser Jer¨®nimo Jim¨¦nez de Urrea, escritor y militar, autor de un Di¨¢logo de la verdadera honra militar, que rezuma la ideolog¨ªa castrense que aplica el capit¨¢n cristiano: ¡°El no humillar y no desafiar al enemigo, cumplir la palabra dada e, incluso, trabar amistad con ¨¦l. Verdad que El Abencerraje no sirvi¨® para que no expulsaran a los moriscos, pero hoy puede servir para darnos cuenta de que la amistad pueda estar por encima de diferencias religiosas o culturales; los romances fronterizos respetaban al enemigo moro... En el fondo, somos seres humanos, ?no?¡±.
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Autor:?An¨®nimo.
Editorial:?S.L.U. Espasa Libros (2017).
Formato:?tapa dura (380 p¨¢ginas).
Babelia
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