¡°Hay que ser fuerte y valiente para aceptar la libertad¡±
La autora australiana narra con 'En estado salvaje' el secuestro de 10 j¨®venes por parte de dos hombres y su sumisa colaboradora
La secretaria de un parlamentario, una estrella de la prensa rosa, una modelo... Son tres de las 10 j¨®venes que protagonizan En estado salvaje (Lumen), la premiada y multitraducida novela de la australiana Charlotte Wood. Secuestradas por dos tipos repugnantes y su sumisa colaboradora, las chicas son recluidas en una remota finca con vallas electrificadas. La historia cuenta c¨®mo los hombres someten y maltratan a sus rehenes. C¨®mo las mujeres se enfrentan a ello. ¡°Part¨ª de una historia real: en Nueva Gales del Sur, en los a?os sesenta, hubo una c¨¢rcel de mujeres donde castigaban brutalmente a las presas. A muchas las met¨ªan acusadas de vagas o por tener mal car¨¢cter¡±, dice Wood en el exclusivo bar para socios de la Art Gallery de Sidney, ciudad donde vive. Afuera hace un sol radiante que anuncia el final del invierno mientras los ibis picotean migajas de bocadillos escolares.
Pregunta. El clima de la novela es tan extremo como los hechos.
Respuesta. Es que soy de Cooma, un pueblo del interior. El clima es muy distinto del de Sidney. Crec¨ª en la naturaleza, en el bosque, jugaba all¨ª.
P. A sus protagonistas no las encierran por vagas ni antip¨¢ticas sino por famosas.
R. Al principio, una de ellas dice que quiz¨¢ se trate de un reality. Quer¨ªa un encierro m¨¢s contempor¨¢neo y con unos guardias igual de bestiales que en los sesenta pero que no saben manejar el enorme poder que les han dado sus jefes.
P. ?Qu¨¦ ocurre cuando descubren que de alg¨²n modo ellos tambi¨¦n son prisioneros?
R. Hay un juego de equilibrios sobre qui¨¦n tiene el poder. Algunas presas no asumen su papel y otras, lo aceptan. La misoginia no es solo cosa de hombres. La igualdad me obsesiona. En las sociedades ricas capitalistas la mujer est¨¢ distra¨ªda con cosas tontas como los anillos, los perfumes... Hay muchas industrias dirigidas a ella y termina autoconden¨¢ndose a perder el tiempo.
P. Usted se pinta los labios.
R. Y me ti?o el pelo. Todos queremos formar parte de algo y, a la vez, ser diferentes. Pero es dif¨ªcil cuando la sociedad pone l¨ªmites tan estrechos. As¨ª que, cuando me siento vulnerable, me pinto. Desafortunadamente, el libro no me ha curado de 50 a?os de cultura.
P. ?En estado salvaje evidencia que algo est¨¢ cambiando?
R. Las j¨®venes est¨¢n cambiando. Muchas me han comentado sus sensaciones despu¨¦s de leer mi obra. En Estados Unidos, Teen Vogue se est¨¢ colocando en la primera l¨ªnea de oposici¨®n a Trump.
P. Su novela tiene un trasfondo de lo m¨¢s pol¨ªtico.
R. Es que en Australia hay problemas muy graves. Aqu¨ª todav¨ªa estamos debatiendo si el matrimonio homosexual debe legalizarse; la relaci¨®n con los abor¨ªgenes es desastrosa; el trato a los refugiados... ?A los inmigrantes ilegales los est¨¢n encerrando en aut¨¦nticas c¨¢rceles!
P. Sorprende c¨®mo la mayor¨ªa asume el encierro.
R. No piensan que puedan tener poder. Por otro lado, est¨¢n en medio de ninguna parte. Si se rebelaran, ?qu¨¦? Hay que ser muy fuerte y valiente para aceptar la libertad.
P. Hasta ahora hab¨ªa escrito novelas m¨¢s bien...
R. ... Naturalistas, no muy pol¨ªticas, pero este libro ha tenido mucho m¨¢s ¨¦xito. Supongo que hab¨ªa algo muy profundo que ped¨ªa ser contado. Hay un momento en el que debes reaccionar. Aquella historia de las prisioneras maltratadas se combin¨® con el momento que estaba viviendo Julia Gillard, la primera australiana elegida primer ministro. Mientras gobernaba, padeci¨® una discriminaci¨®n sexista implacable, tambi¨¦n de gente de su propio partido. Debo reconocer que hasta el a?o pasado pensaba que Australia era peor que Estados Unidos, pero desde la llegada de Trump, con todo eso que va diciendo de las mujeres...
P. En la novela aparece una Piedad, aunque el yacente es un canguro.
R. Est¨¢ hecho muy adrede. La naturaleza es una fuerza redentora... que atraviesa un momento cr¨ªtico.
P. ?Es religiosa?
R. Crec¨ª como cat¨®lica aunque ahora no me considero creyente. De joven, el catolicismo me abri¨® a una posibilidad de misterio y una riqueza de im¨¢genes, ritmos de lenguaje y cosas as¨ª que agradezco. Pero encuentro bastante terrible el culto en s¨ª.
P. Tambi¨¦n recurre a referentes muy actuales. Por ejemplo, da una trascendencia ins¨®lita a canciones de Rihanna o Lady Gaga.
R. Las protagonistas son casi adolescentes, no tienen religi¨®n ni rituales ni canciones de consuelo, as¨ª que se apoyan en lo que conocen. Adem¨¢s, quer¨ªa que la realidad golpeara al lector para indicarle que esos hechos como de ficci¨®n tambi¨¦n forman parte de este mundo.
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Autor:?Charlotte Wood.
Editorial:?Lumen (2017).
Formato:?eBook y tapa blanda (256 p¨¢ginas).
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