Kaufmann vs Fl¨®rez

Se dir¨ªa que la compa?¨ªa Sony ha realizado una exhibici¨®n de m¨²sculo discogr¨¢fico haciendo coincidir en el mercado las ¨²ltimas grabaciones de Jonas Kaufmann y Juan Diego Fl¨®rez, tenores ambos de conocida idolatr¨ªa, y ambos tambi¨¦n l¨ªderes de sus respectivos linajes. Simplificando mucho las cosas, "tenore di forza" uno, "tenore de grazia" el otro. Dionis¨ªaco el primero, apol¨ªneo el segundo.

Comparten zonas de intersecci¨®n, espacios comunes, sobre todo por la versatilidad del monstruo germano. Y porque su ¨²ltimo disco, dedicado al repertorio franc¨¦s, compromete la hegemon¨ªa de Fl¨®rez en papeles como el Werther de Massenet o el Nadir de Los pescadores de perlas.

Demuestra as¨ª Kaufmann que la oscuridad de su voz, el timbre abaritonado y sus progresos en el repertorio dram¨¢tico -Otello?entre otros- no le han sustra¨ªdo a su competencia en el repertorio l¨ªrico. Kaufmann canta con refinamiento y fraseo elegante las p¨¢ginas de Gounod (Romeo y Julieta), Ambroise Thomas (Mignon), pero tambi¨¦n exhibe sus facultades de tenor corpulento con el Don Jos¨¦ de Carmen" y con el monumental Eneas de "Los troyanos.

El disco es una exhibici¨®n en cuanto Kaufmann re¨²ne la capacidad de sentir y de emocionar con la ortodoxia del canto. Kaufmann ha sido desde los or¨ªgenes de su carrera un soberbio int¨¦rprete de la m¨²sica francesa y sublim¨® en Par¨ªs un ya legendario Werther, pero el disco que ha grabado a las ¨®rdenes de Bertrand de BIlly constituye un inventario polifac¨¦tico y demuestra que Kaufmann no es s¨®lo un cantante omn¨ªvoro y omn¨ªmodo, sino un artista insaciable y el gran tenor del siglo XXI. Por los a?os que ya llevamos. Y por los que le quedan por delante.

Cerca le anda Fl¨®rez en cuestiones de mitoman¨ªa y de devoci¨®n. Incluso puede que el cantante peruano sea m¨¢s popular -no hay datos concluyentes al respecto-, pero la omnipotencia de Kaufmann no deja espacio a la competencia del primado, menos a¨²n cuando Fl¨®rez es un cantante excelso, pero condicionado tambi¨¦n a un repertorio limitado.

Es el contexto en que merecen ubicarse todos los m¨¦ritos de su ¨²ltimo disco. Una "enciclopedia" de Mozart que le permite cantar en alem¨¢n (La flauta m¨¢gica), poner a prueba su agilidad (Idomeneo), recrearse en su fraseo y su dicci¨®n (Cos¨¬ fan tutte), reivindicarse en pasajes m¨¢s corpulentos ("La clemenza di Tito"), exhumar el repertorio menos conocido (Il re pastore) y concederse la brillantez de una hermosa aria de concierto ("Aura che intorno spiri").

Acierta Fl¨®rez en haber realizado la grabaci¨®n con una orquesta "historicista", La Scintilla, tan pr¨®diga de color, din¨¢micas y sensibilidad. Riccardo Minasi no es un acompa?ante, sino un foco de luz estimulante que generaliza la intensidad del disco y que coloca a Juan Diego Fl¨®rez entre el escr¨²pulo acad¨¦mico y la originalidad de los "da capo" en sus variaciones.

Llama la atenci¨®n que Fl¨®rez no haya nunca interpretado una ¨®pera de Mozart en escena. Estuvo cerca de cantar "Cos¨¬" en Madrid. Y se arrepinti¨® in extremis, pero la autoridad con que se exhibe en este disco acerca y acerca el momento de la consagraci¨®n esc¨¦nica.