¡®The Deuce¡¯, cuando el porno emergi¨® en Nueva York

Antes de que Broadway fuera una Disneylandia para adultos, antes de la explosi¨®n de los musicales, antes del turismo masivo en la Gran Manzana, Times Square fue el reino de la prostituci¨®n y la pornograf¨ªa. Un para¨ªso barriobajero en el coraz¨®n de Nueva York por el que solo el creador David Simon es capaz de hacer sentir nostalgia incluso mostr¨¢ndolo en toda su crudeza. ¡°Me enganch¨® de inmediato porque habla de sexo, poder, feminismo y arte, todo ello a trav¨¦s de una prostituta¡±, confes¨® Maggie Gyllenhaal a EL PA?S sobre su amor a primera vista por The Deuce, la nueva serie del autor de The Wire.

James Franco, el otro protagonista de esta serie coral de la que HBO Espa?a estrena un nuevo cap¨ªtulo cada lunes, va a¨²n m¨¢s all¨¢. Llevaba tres a?os detr¨¢s de Simon. No pudo trabajar en Show Me a Hero pero se qued¨® con la copla de que el showrunner estaba desarrollando un guion sobre la explosi¨®n de la pornograf¨ªa en la calle 42 en los a?os setenta. ¡°Sab¨ªa que alguien como ¨¦l que viene del periodismo har¨ªa algo equilibrado, mostrando todos los ¨¢ngulos y no solo sexo gratuito¡±, comparti¨® el actor con este diario.

Sexo hay y mucho. The Deuce muestra el Nueva York de principios de los setenta como nunca supo hacer Vinyl, la cancelada serie que apadrinaban Martin Scorsese y Mick Jagger. A Gyllenhaal, m¨¢s acostumbrada a interpretar papeles de ingenua que de prostituta, no le preocup¨®. ¡°Como todos los papeles que interpreto, Candy es parte de m¨ª aunque criada en otras circunstancias¡±, explica de un trabajo hasta liberador del que no le cost¨® salir al acabar de rodar porque sab¨ªa que estaba interpretando a una mujer, a una artista, con deseos de empoderamiento. ¡°Como digo en la serie, el sexo es mi trabajo¡±.

Gyllenhaal no se averg¨¹enza de confesar que vio mucho porno, visit¨® varios rodajes y habl¨® con numerosas prostitutas de aquella ¨¦poca, mujeres como Annie Sprinkle que hicieron la calle en aquellos a?os para ganarse la vida, buscando una salida o defendiendo su libertad sexual. En ning¨²n momento fue un retrato a lo Pretty Woman. ¡°Me gust¨® presentar el sexo como una moneda de cambio¡±, insiste Gyllenhaal parafraseando a Simon cuando describe The Deuce como una serie que ¡°explora el capitalismo mediante la industria del sexo y la pornograf¨ªa¡±.

Franco coincide con la descripci¨®n. Lo que no sabe es c¨®mo definir la obra. ¡°Un h¨ªbrido entre serie limitada y serie normal y corriente con ocho episodios este a?o. Y si continuamos, crucemos los dedos, solo tendr¨ªa tres temporadas. La primera centrada en 1971-72; la segunda, de 1977 al 78, quiz¨¢ 79; y la tercera, entre 1984 y 85¡±, adelanta. Un proyecto en el que ambos actores se han involucrado tambi¨¦n como productores. Gyllenhaal asegura que necesitaba ser parte de la conversaci¨®n previa a la producci¨®n de la serie. ¡°The Honorable Woman ya estaba escrita entera cuando me un¨ª a ella, pero en The Deuce quedaban cinco episodios por hacer¡±, recuerda compar¨¢ndolo con el trabajo que le dio su Globo de Oro. Franco, adem¨¢s de participar en la conversaci¨®n, se qued¨® con la boca abierta ante la visualizaci¨®n de este para¨ªso infernal. Una fiel reproducci¨®n hist¨®rica del Nueva York que fue y con el que est¨¢ familiarizado no por edad sino por el cine de los setenta que tanto ama. ¡°Recreamos la calle 42 en el espacio entre la 164 y la avenida Amsterdam. Y el resto fue tan brutal como los dragones de Juego de tronos¡±, describe.