Vetusta Morla asume el v¨¦rtigo de la reinvenci¨®n
El guitarrista Guille Galv¨¢n certifica la voluntad de cambio del sexteto en una charla en el festival BigUp! de Murcia
Hay artistas que demuestran a lo largo de sus carreras una escrupulosa fidelidad consigo mismos, un empe?o por mejorar la f¨®rmula que remueven en su marmita creadora. Guille Galv¨¢n, uno de los guitarristas y compositores de Vetusta Morla, los conoce, legitima e incluso admira, pero no pertenece a ese colectivo. ¡°Es m¨¢s: si lo pretendiese, yo ser¨ªa un desastre¡±, exclam¨® ayer, viernes, en su esperada aparici¨®n estelar en el BigUp!, el festival de j¨®venes talentos que hermana en Murcia a m¨²sicos locales emergentes con grandes nombres consagrados.
Galv¨¢n adelant¨®, 35 d¨ªas antes de que vea la luz, algunas de las claves de Mismo sitio, distinto lugar, el esperad¨ªsimo cuarto ¨¢lbum del sexteto madrile?o. Avis¨® de que era un trabajo ¡°comprometido con el momento en que vivimos, en lo social, pol¨ªtico o est¨¦tico¡±, y dej¨® caer que incluye ingredientes poco comunes en los asentados (y admirados) par¨¢metros de la banda. El trabajo har¨¢ bueno, o quiz¨¢ deje corto, el nombre de la discogr¨¢fica de los madrile?os: Peque?o Salto Mortal. ¡°Porque lo interesante de componer es acercarse al borde, saberse en terreno desconocido, retorcerse y moverse al dictado de la curiosidad¡±, resumi¨®.
El guitarrista reconoci¨® que la experiencia de casi dos d¨¦cadas como vetustos y los llenazos en los pabellones de Espa?a y Latinoam¨¦rica no le ahorran un ¨¢pice de ¡°incertidumbre¡± ante el lanzamiento de un nuevo ¨¢lbum. Y este ser¨¢, en algunos aspectos, ¡°desconcertante¡±, como lo demuestran la voz procesada de Pucho o la caja de ritmos en Te lo digo a ti, primer adelanto y hasta ahora ¨²nico t¨ªtulo conocido. ¡°Habr¨¢ quien siga prefiriendo escuchar Copenhague para emocionarse, pero nosotros aspiramos ahora a emocionar de otra manera¡±.
Guille Galv¨¢n hizo un gui?o casi imperceptible a una de sus nuevas composiciones, La vieja escuela, cuando admiti¨®: ¡°A m¨ª me ha hecho m¨²sico la vieja escuela. Por eso seguimos trabajando con la idea tradicional de ¨¢lbum y a¨²n pensamos, quiz¨¢ por una cuesti¨®n rom¨¢ntica, que los discos completos dibujan una figura que no se entiende solo con las canciones de manera aislada¡±. Rodeado por chavales que sue?an con seguir los pasos de Vetusta y dem¨¢s formaciones de la escena actual, el m¨²sico madrile?o perfil¨® incluso una curiosa teor¨ªa numerol¨®gica: ¡°Para saber si un disco es bueno, la clave est¨¢ en la canci¨®n n¨²mero 7. En ese punto es cuando un ¨¢lbum se convierte en un ladrillo o te mantiene con las puertas abiertas hasta el final¡¡±.
Evoc¨® Galv¨¢n sus primeros pasos en la m¨²sica, a los 13 o 14 a?os, cuando segu¨ªa la letra traducida de grandes ¨¦xitos anglosajones y descubri¨® que una canci¨®n equival¨ªa a ¡°una peque?a obra de teatro, un g¨¦nero ¨²nico y fascinante¡±. ?l no parec¨ªa del todo predestinado a esta disciplina, a juzgar por el hecho de que hab¨ªa sustituido sus primeras clases de piano por la pr¨¢ctica del yudo. ¡°Pero a los 16 agarr¨¦ la guitarra de forma autodidacta y luego tuve un profesor particular de armon¨ªa. Y as¨ª empec¨¦ a concebir las canciones como una especie de arquitectura: porque ordenan espacios donde luego la gente coloca sus emociones¡±.
Le preguntaron mucho a Guille por la dimensi¨®n literaria de sus composiciones, que ¨¦l atribuy¨® casi a una cuesti¨®n de supervivencia: ¡°Al principio, nos refugiamos en las canciones para diferenciarnos de gente que tocaba much¨ªsimo mejor que nosotros¡¡±. Y no eludi¨® cierta dosis de ¨¢cido cuando sus seguidores le preguntaron si una canci¨®n de calidad pod¨ªa ser un exitazo popular. ¡°Si ambos factores estuvieran re?idos, los Beatles no existir¨ªan¡±, avis¨®. Y agreg¨®: ¡°El problema en Espa?a es el de una cierta cr¨ªtica elitista que se siente deslegitimada cuando advierte que el p¨²blico acepta unas canciones sin que estas hayan pasado antes por su filtro¡±.
Peligros de la educaci¨®n
En lo relativo a la mordacidad, sin embargo, nadie puede hacer sombra a Jorge Mart¨ªnez, el l¨ªder de Ilegales, que protagoniz¨® la charla m¨¢s provocadora y heterodoxa de todo el BigUp! (y, seguramente, de cualquier evento con m¨²sicos espa?oles que pueda concebirse). El autor de ?Hola, mamoncete!, Soy un macarra o Tiempos nuevos, tiempos salvajes anim¨® a los creadores a transgredir el sistema educativo, que defini¨® como ¡°un cuchillo afilado y peligroso que nos corta las alas¡±. ¡°Ninguna obra de arte se habr¨ªa producido si todos acept¨¢ramos la vida real. Para la ciencia y los artistas, es fundamental no adaptarse, mantener un perfil en cierto modo asocial¡±, se explay¨®. Y apel¨® incluso a la dimensi¨®n religiosa de nuestra civilizaci¨®n. ¡°Lo malo del mensaje de Jesucristo es que ofertara la otra mejilla. Yo no estoy de acuerdo: hay que oponerse al mal. Los poderes se preocupan por extender la mansedumbre, y eso va en contra de los principios de la especie: si eres manso, no sobrevives¡±.
¡°Son ya demasiados a?os practicando lo pol¨ªticamente correcto y asumiendo una ley mordaza propia, la de no decir lo que de verdad pensamos¡±, prosigui¨® esta especie de imparable anacoreta asturiano. ¡°Pero yo me liber¨¦ de esa mordaza ya en los a?os setenta, cuando decid¨ª admitir que¡ ?no soportaba a la Compa?¨ªa El¨¦ctrica Dharma!¡±. Curiosamente, Mart¨ªnez dedic¨® un importante pasaje de su intervenci¨®n a reconocer el influjo que le dej¨® en sus a?os inici¨¢ticos un amigo gay que tocaba en su primera banda. ¡°Soy rabiosamente heterosexual, pero con ¨¦l descubr¨ª la riqueza de juntarte con personas muy distintas a ti. Yo le ense?¨¦ a combatir, porque la f¨®rmula no es solo sexo, drogas y rock and roll, sino tambi¨¦n violencia, vuelta a la tribu, una herida que tienes en el brazo y por la que alguien terminar¨¢ pagando. Pero de ¨¦l aprend¨ª a limpiar el sonido, a apreciar el silencio y los espacios. Berre¨¢bamos en los festivales ¡®Soy un macarra, soy un hortera, voy a toda hostia por la carretera¡¯, pero son¨¢bamos mejor que ning¨²n otro grupo¡¡±.
Un t¨ªmido desnudo
El contrapunto del roquero sentimental lo aport¨® el c¨¢ntabro Ra¨²l Guti¨¦rrez, en su d¨ªa l¨ªder de La Fuga y, desde 2010, en solitario como Rulo y la Contrabanda. El de Reinosa dijo haber descubierto su vocaci¨®n con apenas 10 a?os, cuando Los Suaves tocaron en el pabell¨®n de su pueblo. ¡°Solo que yo no asum¨ª que el rock fueran solo coches, chicas y alcohol. Soy un t¨ªmido reconocido, pero cuando escribo canciones practico un desnudo integral. Y he terminado amando mi oficio por encima de todas las cosas, anteponi¨¦ndolo incluso a mi vida, teniendo que pagar incluso peajes personales¡±.
Rulo desmitific¨® incluso las carencias del sistema educativo con respecto a la m¨²sica. ¡°Ser¨¢n verdad, pero en realidad la m¨²sica en Espa?a no ha conocido nunca un periodo de bonanza, una ¨¦poca dorada. Ser m¨²sico en este pa¨ªs implicar ir a contracorriente, pero¡ es el mejor oficio que existe¡±.
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Artista:?Vetusta Morla.
Sello:? Peque?o Salto Mortal (2017).
Formato:?MP3, CD y vinilo.?
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