La nata fresca de los cl¨¢sicos
Elegiaca y celebratoria, la novela de Vicente Molina Foix narra con intensidad y veracidad la iniciaci¨®n cultural y sexual de su autor
Hace m¨¢s de 20 a?os, Vicente Molina Foix public¨® en este peri¨®dico la primera piedra de su ¨²ltima novela. Hab¨ªa le¨ªdo con atenci¨®n y frustraci¨®n la edici¨®n de Arde el mar, de Pere Gimferrer, que public¨® C¨¢tedra en 1995. El editor, que fui yo, ignoraba de la misa, valga la impropiedad, la mitad. Ten¨ªa toda la raz¨®n Molina Foix cuando explicaba en La nata de los cl¨¢sicos que ¡°dos poemas-clave del libro, ¡®Cuchillos en abril¡¯ y ¡®Julio de 1965¡¯, originados en ciertos hechos y personas concretas de la intimidad del poeta¡±, carec¨ªan de explicaci¨®n convincente en notas y pr¨®logo, como si la verg¨¹enza, el pudor o el miedo hubiesen secreteado el anclaje de los poemas a la realidad vivida. Quiz¨¢ habr¨ªa que esperar ¡°el d¨ªa, que deseo lejano, en que el autor [Gimferrer] alcance la verdadera inmortalidad¡± y ¡°el cr¨ªtico de entonces pueda batir la nata de la antigua pasi¨®n sin temor a cortarla¡±.
Hoy es ese d¨ªa, y la pasi¨®n la ha puesto Vicente Molina Foix en un libro intenso y veraz sobre su iniciaci¨®n sentimental, cultural y sexual. Aquellos poemas eran la llama escrita y el fulgor iluminado del encuentro entre un Ramon Terenci Moix de 23 a?os y el joven de 18 que llegaba desde Alicante a Barcelona, a casa de Ramon en la calle de Joaqu¨ªn Costa, para ser instant¨¢neamente seducido por la sexualidad arrebatada de Terenci. Nada est¨¢ contado con la nata cortada, sino emulsionada y fresca, encendida como encendidas estuvieron las pantallas infinitas de cine que unos y otros frecuentaron entonces, como obstinadas fueron sus lecturas y sus conversaciones inquisitivas, cult¨¦rrimas, obsesivas. Llega a la novela el aroma puro de la iron¨ªa rom¨¢ntica que entonces empapaba los poemas de Gimferrer, las prosas de Ana Mar¨ªa Moix, la tensi¨®n sexual y agobiante de Terenci en su salto a la literatura en catal¨¢n, la alt¨ªsima orfebrer¨ªa l¨ªrica de Guillermo Carnero, la pertinaz asfixia en su propio agujero de Lepoldo Mar¨ªa Panero, que es casi el ep¨ªlogo sombr¨ªo de un libro elegiaco de amor por un tiempo.
Cuando regresa al runr¨²n de la rumorolog¨ªa la candidatura perpetua al Nobel de Pere Gimferrer; cuando ya la vida se ha llevado por delante a dos de los protagonistas, Leopoldo Mar¨ªa Panero y Ana Mar¨ªa Moix, y a varios de los secundarios (Castellet, Juan Garc¨ªa Hortelano, Gil de Biedma, Esther Tusquets, entre muchos otros cameos valiosos), el que fue ¡°joven sin alma¡± cuenta a dos voces, mir¨¢ndose al espejo, su tr¨¢nsito a la juventud entre nuevos amigos y amantes (y que la impaciencia ante las primeras p¨¢ginas no haga claudicar a nadie). Comparecen por sus nombres de pila y sin el apellido porque fueron el n¨²cleo de una red de amor y amistad, sexo, cine y literatura, activada desde 1964 y agotada, disuelta, desmadejada hacia 1970, sin que Vicente Molina Foix mencione nunca el t¨ªtulo fetiche de aquel nuevo tiempo de vida y literatura, Nueve nov¨ªsimos poetas espa?oles.
Hace bien porque es irrelevante para el cuento que manda en este libro y porque la inmersi¨®n en ese pasado la hace el lector en directo, en la lectura de las cartas, los textos, los poemas y hasta en el cifrado de versos, sobre todo de Gimferrer, repartidos por la prosa de Molina Foix, engastados con la naturalidad de quien ha vivido siempre no solo con ellos en la memoria, sino literalmente dentro de ellos. ¡°Todos nos d¨¢bamos celos, y nos hac¨ªamos sombra, y nos quer¨ªamos con el amor que nace de la rivalidad¡± de escritores en ciernes con un capit¨¢n incuestionable y hasta desp¨®tico, Gimferrer, a la vez que se enamoraban tristemente unos de otros, o de Ana Mar¨ªa Moix tanto Gimferrer como Carnero como Leopoldo, sin que ella supiese escapar a su ciclotimia emocional, a su inexperiencia sexual, a su tristeza injertada de espasmos de humor e imaginaci¨®n surrealista, como la del mismo Molina Foix. El final del libro entrega las p¨¢ginas m¨¢s conmovedoras de toda la literatura de Ana Mar¨ªa Moix, halladas sin querer en el traslado domiciliar del autor, que parece estar en el origen del libro.
Los j¨®venes sin alma son crueles por ignorancia y participan en tr¨ªos sexuales o pactan relaciones retribuidas en especias, pero ignoran las leyes emocionales y el acecho salvaje del desamparo y el desenga?o, mientras escriben art¨ªculos sobre cine en Film Ideal o despu¨¦s en Nuestro Cine, mientras viajan como enviados especiales al Festival de Venecia con 18 a?os, mientras hacen y reciben infinitas llamadas de tel¨¦fono adictivas y neurotizantes, o mientras escriben, escriben, escriben perseguidos por el deseo y por la pura ansia de vivir contra los grises del franquismo, c¨®mplices a su manera de una resistencia antifranquista que no basta, sacudidos por un tiempo que est¨¢ espl¨¦ndidamente atrapado en una novela celebratoria, exaltante y trist¨ªsima.
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Autor: Vicente Molina Foix.
Editorial: Anagrama (2017).
Formato: tapa blanda (368 p¨¢ginas).
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