Las pipas y bombines de Magritte invaden Bruselas
Una exposici¨®n re¨²ne obras del maestro surrealista y de sus seguidores para conmemorar el 50 aniversario de su muerte
Ren¨¦ Magritte pint¨® la serie La traici¨®n de las im¨¢genes entre 1928 y 1929. All¨ª representaba una pipa de fumar sobre la inscripci¨®n ¡°Esto no es una pipa¡± (Ceci n'est pas une pipe), un juego con el que el artista romp¨ªa para siempre con la relaci¨®n entre imagen y concepto. La imagen, que se encuentra entre las m¨¢s ic¨®nicas del arte del siglo XX, es una de las joyas del museo californiano Lacma, donde no han dudado en prestar la obra para el gran homenaje que B¨¦lgica dedica al maestro surrealista para conmemorar los 50 a?os de su fallecimiento, el 15 de agosto de 1967. La primera de las grandes exposiciones previstas se abre hoy y se podr¨¢ a visitar hasta el 18 de febrero. Bajo el t¨ªtulo Magritte, Broodthaers y el arte contempor¨¢neo se muestran en los Museos Reales de Bellas Artes, en Bruselas, 150 obras en las que se habla del surrealismo y su influencia a trav¨¦s de 49 pinturas de Magritte, 50 de su amigo Marcel Broodthaers y el resto de autores considerados como sus herederos: Andy Warhol, Jasper Johns o Robert Rauschenberg. La muestra est¨¢ conectada con el Museo Magritte, entre ambos conjuntos y lo que se exhibe en otros c¨¦ntricos edificios como su casa museo, se puede decir que toda la ciudad es una performancededicada al artista.
?Misterio y poes¨ªa
Michel Draguet, director del museo y comisario de la exposici¨®n explica que su intenci¨®n ha sido recordar al mundo c¨®mo Magritte deslig¨® las im¨¢genes de lo que representaban para dar paso al misterio y a la poes¨ªa. A la vez, se demuestra el peso de este artista surrealista en el arte del siglo XX y en lo que va del XXI. ¡°No cre¨® escuela ni tuvo seguidores¡±, afirma Draguet. ¡°Transmiti¨® a los dem¨¢s una forma ¨²nica de romper con lo establecido. Escribi¨® que su pintura consist¨ªa en difundir im¨¢genes desconocidas a partir de lo conocido. En sus cuadros no hay respuestas. Solo hay preguntas. As¨ª revolucion¨® el mundo del arte. Objetos tan cotidianos como sombreros, paraguas, guantes o lunas y nubes remiten a mundos ligados a nuestros pensamientos m¨¢s ocultos¡±.
Aunque nacido en la peque?a localidad de Lessines (B¨¦lgica), el mayor de los tres hermanos de la familia Magritte se instal¨® en Bruselas con solo 14 a?os y decidi¨® dedicarse a la pintura. Su madre hab¨ªa sido encontrada muerta en el r¨ªo con el camis¨®n flotando sobre su cabeza, una tormentosa imagen que luego el artista utilizar¨¢ en varios lienzos, entre ellos Los amantes (1928) o La historia central (1928).
La celebraci¨®n en la calle
Si en el interior de los grandes museos de Bruselas se puede ver la obra de Magritte, el exterior tambi¨¦n estar¨¢ dedicado a mostrar sus cuadros m¨¢s emblem¨¢ticos. All¨ª se proyectar¨¢n manzanas verdes, nubes azul¨ªsimas o negros bombines.
En el Atomium habr¨¢ una exposici¨®n teatral con decorados surrealistas y recorridos en 3D para que el espectador pueda bucear en el universo de Magritte. Otro punto de inter¨¦s ser¨¢ el Teatro Real
de las Galer¨ªas Saint-Hubert, donde el artista cre¨® un gigantesco cielo con nubes para el techo, que acaba de ser restaurado despu¨¦s de permanecer mucho tiempo oculto por la suciedad.
En la capital belga vivi¨® junto a su esposa y musa Georgette los ¨²ltimos 37 a?os de vida. Juntos realizaron numerosos viajes por Europa y Estados Unidos a prop¨®sito de las exposiciones en las que particip¨®. Los viajes le sirvieron para relacionarse con los principales artistas de su ¨¦poca, como Salvador Dal¨ª, con quien pas¨® todo un verano en Cadaqu¨¦s (Girona) y con el que transform¨® su concepto del mundo surrealista. Precisamente, una de las grandes exposiciones incluidas en el programa del cincuentenario, prevista para comienzos del pr¨®ximo a?o, pone en di¨¢logo la obra de ambos maestros.
De la estrecha relaci¨®n entre Magritte y Marcel Broodthaers dan fe las fotograf¨ªas incluidas en la muestra en las que, en grandes retratos en blanco y negro, se inmortalizan mutuamente o posan para un tercero en actitud de juego permanente a trav¨¦s de paraguas o bombines. Con sus composiciones a base de mejillones y huevos y sus ensayos con las palabras, Broodthaers llega de la mano de su amigo a lo que podr¨ªa llamarse surrealismo conceptual.
El sencillo montaje de la muestra permite un recorrido en paralelo entre la obra de Magritte y Broodthaers dando siempre especial protagonismo al primero, aunque demostrando que, con distintos lenguajes, ambos compart¨ªan ideas muy similares.
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