Un mal guion
Las cadenas aprovechan la situaci¨®n de Catalu?a para informar sin descanso llegando a la repitici¨®n y produciendo hartazgo
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En todas las grandes series, desde The Wire a House of Cards o desde Los Soprano a Borgen, por citar tan solo unas cuantas, sus guionistas demuestran su talento alternado situaciones l¨ªmite con pausas relajantes, entremezclando la intensidad de una situaci¨®n con momentos de placer o de humor: dan un respiro al espectador para evitar su agotamiento y, siempre, sin dejar de lado un in crescendo que fidelice o aumente la audiencia.
Las semanas que llevamos los espectadores contemplando el problema de Catalu?a en todos los informativos, en todos los programas de tertulianos, en los programas del coraz¨®n y hasta en los deportivos demuestran que quienes han perge?ado su guion son unos incompetentes.
El problema es importante, sin duda. El m¨¢s importante desde el 23-F con seguridad pero el tratamiento de los responsables de la cuesti¨®n, con sus trampas y manipulaciones en el hipot¨¦tico guion, han conseguido exactamente lo contrario a lo anhelado: la saturaci¨®n, un da?o colateral en la ciudadan¨ªa que al parecer no es percibido por quienes han decidido protagonizar una huida hacia no se sabe d¨®nde.
A?¨¢danle a todo ello la utilizaci¨®n del problema para aumentar las audiencias de las cadenas generalistas. Informen una y otra vez de lo mismo en todos los programas del d¨ªa con un pretendido af¨¢n de servicio p¨²blico y sin dejar de mirar la cuota de pantalla; animen a sus analistas para que repitan machaconamente lo ya dicho, para que expliquen su punto de vista explicado ya decenas de veces y basado en datos, cifras y cronolog¨ªas que se han dicho hasta la saciedad. ?El resultado?: el hartazgo ante lo reiterativo. Ni una pausa placentera, ni el menor atisbo de humor, las mismas im¨¢genes una y otra vez, los mismos l¨ªderes, los mismos portavoces en una progresi¨®n creciente que acent¨²a el ansia de que se acabe ya de una vez y, naturalmente, la ausencia absoluta de la pol¨ªtica. En resumen: Tribunales, orden p¨²blico y entelequia.
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