Hablemos de academicismo y traspi¨¦s
La Compa?¨ªa Nacional de Danza estrena su homenaje por el bicentenario de Marius Petipa en el Centro Niemeyer de Avil¨¦s
La Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND) ha decidido adelantarse a los actos globales que poblar¨¢n toda la programaci¨®n de ballet en el mundo por el nacimiento de Marius Petipa en 1818. Hab¨ªa nacido el genio coreogr¨¢fico en Marsella en una notoria familia de bailarines y maestros, pas¨® por Espa?a y recal¨® en Rusia alternando al principio Mosc¨² con San Petersburgo, ciudad que al final convirti¨® en su hogar definitivo, acaso consciente en alguna medida del rol que su destino art¨ªstico le hab¨ªa deparado: ser el parad¨®jico resucitador y enterrador del estilo rom¨¢ntico y el depurado estilista mayor del naciente gran academicismo ruso, un estadio m¨¢s que un estilo, una filosof¨ªa del ballet m¨¢s que un simple apogeo formal, aunque tambi¨¦n puede ser contemplado desde estos sesgos.
Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez ha planteado un m¨¢s que discutible homenaje a Petipa sin coreograf¨ªas que puedan calificarse como supervivientes y propias de su mano, a menos que se tenga en cuenta la trajinada suite de Don Quijote que cierra el espect¨¢culo donde con toda franqueza hay poco del genio marsell¨¦s m¨¢s all¨¢ del libreto, a sabiendas de que su matriz parte de las versiones de Alexander Gorsky en el Bolsh¨®i de Mosc¨² entre 1900 y 1904; ese Don Quijote no puede equipararse a la coreograf¨ªa perdida de Petipa ni en el orden de la m¨²sica hay correspondencias como tampoco en el tratamiento de los personajes de car¨¢cter y mucho menos en la materia bailada.
Solventando este desaguisado filol¨®gico el resto de la gala vuelve a dejar claro que a pesar de m¨²ltiples esfuerzos y de la calidad probada de un sector no muy numeroso de la plantilla, la CND no tiene a¨²n un rumbo definido. No est¨¢ claro que d¨¦ resultado eso de los caminos paralelos (acad¨¦mico y contempor¨¢neo) tal como lo plantea Mart¨ªnez, pues no se trata de verdaderos bailarines polifac¨¦ticos que dominen los dos estilos o vertientes, sino de albergar dos compa?¨ªas insuficientes bajo el paraguas de un solo logotipo.
Volviendo a la gala de marras, se presentaron dos estrenos absolutos: el paso a dos del segundo acto de El lago de los cisnes y el gran d¨²o tambi¨¦n del segundo acto de Cascanueces. Este ¨²ltimo adelanto del estreno que har¨¢ Mart¨ªnez en 2018 de su versi¨®n de este ballet completo. En origen ambos d¨²os son de Lev Ivanov, core¨®grafo asistente de Petipa por muchos a?os y en la pr¨¢ctica su fiel esclavo en la sala de ensayos. Ivanov era moscovita y fue alumno aventajado del padre de Petipa, conoci¨® a fondo la escuela francesa e italiana y los m¨¦todos de estilizaci¨®n de las danzas de car¨¢cter coral. Este bagaje le permiti¨® convertirse en un estilista de la transici¨®n rom¨¢ntica del academicismo, y alej¨® de las formaciones de bailarinas la sinuosidad precedente hasta envarar el conjunto, una intenci¨®n que en realidad hab¨ªa comenzado a practicar Petipa en el tercer acto de La Bayadera (1877). Ser¨ªa largo extenderse aqu¨ª sobre ello, a pesar del latente inter¨¦s del tema. Mart¨ªnez toca el paso a dos de Cascanueces pero no lo mejora, sino lo emborrona. ?Qu¨¦ necesidad hay que enmendarle la plana a una obra maestra! El ¨²ltimo en hacerlo con cierta ventura fue Vainonen en Leningrado en los a?os treinta del siglo pasado, y Nureyev pis¨® sobre sus huellas pero con m¨¢s respeto incluso en el estilo que aqu¨ª es descuidado por mor de la bravura, pero ese es otro tema y otra guerra.
El programa se complet¨® con obras de Robbins y Mart¨ªnez, esta ¨²ltima inspirada en la ¨®pera La favorita de Donizetti. El p¨²blico de Avil¨¦s llen¨® el espl¨¦ndido auditorio del Niemeyer, un escenario generoso y casi ideal para la danza. En la funci¨®n hubo varios traspi¨¦s, algunos m¨¢s visibles que otros. Un resbal¨®n no califica a un artista de ballet ni a veces es su total responsabilidad. Esto no es una excusa sino una manera constructiva de ver las cosas y de huir de la manida pretensi¨®n de un infalible del todo quim¨¦rico. Riesgo y virtuosismo son primos hermanos.
Babelia
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