P¨¦rez-Reverte devuelve a T¨¢nger su esplendor aventurero
El escritor presenta nueva entrega de la serie de Falc¨®, ¡®Eva¡¯, en los escenarios de la novela
Es un d¨ªa gris y desabrido en T¨¢nger. Desde la corniche la ancha playa se extiende hasta un mar inexpresivo que parece dormitar en el calor h¨²medo del mediod¨ªa, espeso como chocolate. El frente, en el que se est¨¢ construyendo una fea marina, no tiene encanto y la ¨²nica concesi¨®n actual al legendario misterio de la ciudad portuaria son dos camellos que caminan sobre la arena y una patrullera gris amarrada en un muelle cerca de donde atraca el ferry. Pero de repente, en la terraza del hotel Continental, el de m¨¢s sabor de T¨¢nger, aparece un hombre enjuto y fibroso con gafas de sol y la escena se anima.
Es Arturo P¨¦rez-Reverte, que ha elegido la vieja urbe portuaria marroqu¨ª para presentar su nueva novela, Eva (Alfaguara), la segunda entrega de las aventuras del correoso esp¨ªa de la Guerra Civil Lorenzo Falc¨®, que transcurre en su mayor parte aqu¨ª (incluido el hotel). Los lectores que disfrutaron con Falc¨®, el primer t¨ªtulo de la serie, del que se han vendido 300.000 ejemplares, tienen una gozosa cita con esta nueva peripecia, revertiana hasta las cachas, que se centra en una operaci¨®n de los servicios secretos franquistas para hacerse con una parte (30 toneladas) del c¨¦lebre ¡°oro de Mosc¨²¡±, el del Banco de Espa?a enviado por la Rep¨²blica a la URSS, que se encuentra a bordo de un mercante armado en el puerto internacional de T¨¢nger. El destructor franquista que le da caza est¨¢ amarrado en el mismo muelle, esperando a pillarlo cuando las autoridades locales lo obliguen a volver a hacerse a la mar, y la misi¨®n de Falc¨® es deshacer las aparentes tablas.
¡°S¨ª, es una situaci¨®n similar a la del Graf Spee, el acorazado alem¨¢n refugiado en Montevideo perseguido por la escuadra brit¨¢nica en la II Guerra Mundial¡±, se?ala P¨¦rez-Reverte, admirador del filme b¨¦lico La batalla del R¨ªo de la Plata (1956) y que incluso posee un tornillo rescatado del pecio del barco orgullo de Hitler. Es ponerse el escritor a hablar del T¨¢nger de los treinta, nido de esp¨ªas y de traficantes de todo y la ciudad blanca revive como si el sol saliera para iluminarla y devolverle su pasado esplendor y su rec¨®ndito encanto. Ya el viento agita las chilabas de los moros descubri¨¦ndoles las afiladas gum¨ªas y las callejuelas de la Medina, por las que deambulan sombras de legionarios, sicarios y putas (y nosotros, a la carrera tras P¨¦rez-Reverte), se convierten en un enrevesado y letal tablero de ajedrez.
¡°T¨¢nger era una ciudad peligrosa y fascinante, la que m¨¢s del Norte de ?frica¡±, explica P¨¦rez-Reverte en un paseo acelerado por los escenarios de la novela durante el que un paseante local lo reconoce y se hace un selfie con ¨¦l. El escritor conoce al dedillo la ciudad y vivi¨® una temporada en ella para preparar la novela. La combinaci¨®n Falc¨®/T¨¢nger resulta irresistible: qu¨¦ aventuras y peligros no vivir¨¢ el amoral y c¨ªnico agente, un lobo entre camellos, en semejante escenario, con dos tripulaciones enfrentadas en los bares del puerto, agentes de ambos bandos, republicanos y rebeldes, jugando su juego de astucia y muerte, secundarios de lujo (incluidos viejos conocidos ya como el peterlorriano Paquito Ara?a y nuevos como la vieja amante manca de Falc¨® Moira Nikolaos ¡ªbasada en una mujer real que conoci¨® el autor en Oriente Medio a los 24 a?os¡ª); a destacar el paso fugaz de Kim Philby y un legionario digno del de Edith Piaff, y sobre todo esa mujer de bandera (roja) que le da la r¨¦plica al guapo esp¨ªa y t¨ªtulo al libro. Eva Neretva, agente del NKVD, vuelve como una de las grandes creaciones femeninas de P¨¦rez-Reverte. ¡°Eva es un guerrero, como Falc¨®, se mide con ¨¦l como un igual. ?P¨¦rez-Reverte machista? No me hab¨¦is le¨ªdo: ah¨ª est¨¢ Eva¡±. La chica incluso vapulea al esp¨ªa hasta que este se decide por el juego sucio y la golpea arteramente ¡°en las tetas¡±.
Jope, Arturo. Sonr¨ªe lobunamente, falconianamente P¨¦rez-Reverte sobre el amarillo plato de cusc¨²s y bajo dos espingardas colgadas en la pared del restaurante Hamadi, en la rue de la Kasbah, donde comemos y donde una orquestilla con turbantes se arranca con el popular Ya Mustapha.
Eva va cargadita de sexo, con revolcones de Falc¨® tan variados como con una actriz portuguesa, una mujer decente (hasta el encuentro), esposa de un capit¨¢n de Regulares, que ya es riesgo; o una chica de la limpieza marroqu¨ª. Entremedio, peleas, torturas, tiroteos, degollamientos, lealtades y traiciones y mucha, much¨ªsima intriga. A destacar el sensacional pulso que mantienen los dos capitanes de barco enfrentados, hombres honorables ambos, s¨ªmbolo de las dos Espa?as, con escenas y di¨¢logos dignos de Conrad. ¡°Es que Conrad era muy marino, como ellos dos, y como yo¡±, dice P¨¦rez-Reverte, que afirma que el autor de Victoria (su favorita), es de los pocos escritores que sigue leyendo. ¡°Envejece conmigo¡±.
Siempre nos quedar¨¢...
El recuerdo de Casablanca aletea en el T¨¢nger de P¨¦rez-Reverte. No solo porque el m¨ªtico filme se inspir¨® en realidad aqu¨ª (se rod¨® en estudios), aunque pareci¨® m¨¢s conveniente a los productores ubicarla nominalmente all¨¢, sino porque el autor de Eva ten¨ªa muy presente los filmes en blanco y negro de la ¨¦poca, los a?os treinta, al escribir su novela. El eco de Casablanca se puede rastrear especialmente en algunos pasajes, como cuando Falc¨® recuerda en T¨¢nger la noche en que tuvo a Eva entre sus brazos mientras las bombas de los Savoia italianos estallaban sobre el Arsenal de Cartagena. ?Eran las bombas de los aeroplanos fascistas o los latidos de sus corazones?
"Historia can¨®nica de esp¨ªas", Eva, recalca P¨¦rez-Reverte, entronca con los cl¨¢sicos y se aleja de las aventuras modernas de los agentes tecnol¨®gicos tipo Bourne. Habr¨¢ m¨¢s: ya est¨¢ escribiendo la tercera entrega de la serie. Y podemos estar tranquilos: el escritor asegura que Falc¨® llegar¨¢ a viejo, y se retirar¨¢ a Argentina. El que de momento no vuelve es Alatriste.
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Autor:?Arturo Perez-Reverte.
Editorial:?Alfaguara (2017).
Formato: eBook y tapa blanda (400 p¨¢ginas).
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