¡®Fuera de cobertura¡¯, cuando la realidad parece un guion de pel¨ªcula

La periodista Alejandra Andrade es la cara visible de las historias que cuenta en el programa Fuera de cobertura, que este jueves estrena su segunda temporada en Cuatro (22.45). Pero detr¨¢s de cada reportaje tiene un equipo grande de redacci¨®n y producci¨®n que hacen posible que cada semana puedan mostrar al espectador historias como la de Juana, una mujer que viaja a Per¨² a intentar averiguar en qu¨¦ condiciones muri¨® su hijo en una de las c¨¢rceles m¨¢s peligrosas del mundo, Sarita Colonia, y que tiene que buscar la tumba com¨²n en la que fue enterrado con la ayuda de unas coordenadas apuntadas en un trozo de papel.

La todav¨ªa complicada situaci¨®n en Fukushima seis a?os despu¨¦s de la cat¨¢strofe nuclear, c¨®mo es el entorno de Donald Trump, la conexi¨®n entre narcos colombianos y gallegos, las fortunas ¨¢rabes que invierten en Espa?a o el turismo sexual de menores en Cartagena de Indias son algunos de los otros temas que Fuera de cobertura tratar¨¢ en esta nueva temporada. ?C¨®mo ha evolucionado el programa de un a?o a otro? "Te haces m¨¢s exigente y siempre buscas mejorar, no solamente a la hora de hacer las entrevistas o de conseguir cosas. Sobre todo con los ocho temas, que son tan complicados de conseguir y tan llamativos para la audiencia", explica Andrade a EL PA?S. "Dar con un tema que nos guste, que a la cadena le guste, que pensemos que gustar¨¢ al espectador, es muy dif¨ªcil. Con la experiencia tengo m¨¢s claro lo que quiero conseguir con cada reportaje", explica la periodista.

La historia con la que comienza esta nueva entrega es la de Juana Mart¨ªnez y la c¨¢rcel peruana. Lograr el permiso para entrar en Sarita Colonia le ha costado cinco meses al equipo del programa. "Este tema es un paso m¨¢s en la denuncia que hemos hecho en otros programas sobre hacinamiento y derechos humanos, porque est¨¢n muriendo presos espa?oles dentro de estas c¨¢rceles en Am¨¦rica Latina. En Per¨² han muerto nueve en dos a?os", cuenta la reportera. "Las dificultades no han estado en poder grabar all¨ª, sino en tratar de descubrir por qu¨¦ est¨¢n muriendo presos dentro. Los reclusos con los que hablamos estaban aleccionados por los funcionarios. Ten¨ªan miedo a hablar y estaban constantemente vigilados", apuntilla. Andrade acompa?a a Juana en su af¨¢n por entender qu¨¦ paso con su hijo Luis. "Esta se?ora, que tiene 73 a?os y tres c¨¢nceres, no hab¨ªa salido nunca de Espa?a y decide ir a Lima a ver qu¨¦ ha pasado. Es una de esas personas que te llega al alma y que encima comunica maravillosamente y es una t¨ªa muy valiente. Es una historia que podr¨ªa ser un guion de pel¨ªcula", remata Andrade.

Uno de los reportajes de esta temporada que se sale un poco de la l¨ªnea habitual del programa es el dedicado al presidente de Estados Unidos Donald Trump. "Me ha encantado hacerlo porque es algo novedoso para m¨ª. Al final siempre tratamos de entrar en sitios dif¨ªciles. Esto no era nada peligroso porque lo hemos grabado en Miami, Washington y Nueva York, pero hemos estado con gente muy, muy cercana a Trump", explica Andrade. En el programa se ver¨¢n entrevistas con socios del presidente estadounidense y se ver¨¢ c¨®mo es el hotel de Washington que le pertenece. "Es un hotel pol¨¦mico, porque muchos de los jefes de Estado que van a visitarle se quedan all¨ª y ese dinero va para ¨¦l", explica. "Hemos estado con gente que le conoce de verdad y te puede contar c¨®mo es ¨¦l cuando se apagan las c¨¢maras", dice.

Jap¨®n ser¨¢ tambi¨¦n un escenario importante esta temporada en Fuera de cobertura, que le dedica dos reportajes. Uno sobre las rarezas de la sociedad japonesa actual y el Tokio m¨¢s bizarro y otro sobre c¨®mo seis a?os despu¨¦s del desastre de Fukushima todo sigue incierto en aquella regi¨®n. "independientemente del peligro de la radiaci¨®n, al final lo que ves es una zona devastada donde miles de personas se han quedado sin nada, han perdido sus vidas, han perdido sus casas y no pueden volver", cuenta la periodista. "Es un reportaje complicado, porque los japoneses tienen mucho respeto al gobierno y les cuesta much¨ªsimo hablar. Hay una falta de transparencia y una falta de informaci¨®n sobre lo que est¨¢ pasando de verdad. Creo que Fukushima marca un antes y un despu¨¦s en Jap¨®n, porque los japoneses ahora se atreven a cuestionar al gobierno, aunque los que hablan son activistas, que hay muy poquitos", cuenta Andrade.