El demonio y la carne

Entre las extraordinarias pel¨ªculas que Luis Bu?uel cre¨® en su etapa mexicana con apenas unos chavos y un torrente de talento, Susana (demonio y carne), de 1950, destaca por sus maquiav¨¦licas actitudes disfrazadas de sensuales deseos. Su personaje protagonista, un cl¨¢sico de la destrucci¨®n del hogar, de la corrupci¨®n de un ecosistema humano que funciona m¨¢s o menos correctamente hasta que su irrupci¨®n y sus maquinaciones lo hacen tambalearse, lograba sus prop¨®sitos a trav¨¦s del movimiento, la lascivia y el celo. Algo que ni siquiera necesita su leg¨ªtima heredera mexicana en Las hijas de Abril, que consigue semejantes ganancias sin variar un ¨¢pice la imagen de delicadeza y sensatez que despliega en su interpretaci¨®n Emma Su¨¢rez. Michel Franco parece mirar a Bu?uel para romperlo desde dentro con una pel¨ªcula que huye del melodrama del espa?ol ¨Daqu¨ª ni siquiera hay banda sonora¨D y aterriza en la rigurosidad del plano fijo y la narraci¨®n a plomo.

Tras la feroz Despu¨¦s de Luc¨ªa (2012) y la demasiado gratuita Chronic (2015), Franco presenta en Las hijas de Abril un retrato del capricho y la perversidad compuesto a partir de la caricia, que en su primera media hora, deliberadamente fr¨ªa, parece un tanto desganada, pero que con dos sucesivos giros de guion gana cuerpo en su ruptura continua del tronco del ¨¢rbol geneal¨®gico familiar. De las conversaciones intrascendentes, interpretadas con un distanciamiento quiz¨¢ excesivo, se pasa as¨ª a una angustia juvenil a la que, sin embargo, le falta rotundidad, tanto visual como narrativa.

Con tres premios en el Festival de Cannes ¨Ddos galardones en Una cierta mirada, por Despu¨¦s de Luc¨ªa y Las hijas de Abril, y uno en la secci¨®n oficial a concurso, el de guion por Chronic¨D, el director mexicano se ha hecho un hueco en el terreno del desaf¨ªo moral y social con sus obras, primas hermanas en diversos aspectos formales de sus contempor¨¢neos Amat Escalante y Carlos Reygadas. Pero tambi¨¦n cabe preguntarse si en esa provocaci¨®n no hay cierto truco estabilizador: o entonces, ?por qu¨¦ se elige a un actor de 23 a?os, que los aparenta, para interpretar a un chico de 17? Si quer¨ªa una pel¨ªcula verdaderamente hostil, ah¨ª ten¨ªa su gran oportunidad.