Sodoma y hero¨ªna, viaje a las profundidades de M¨¦xico

De ni?o quer¨ªa ser cura, pero a los 15 a?os ya se hab¨ªa convertido en un adicto a la hero¨ªna por las calles de Marsella. A los 20 continu¨® desliz¨¢ndose por mundos s¨®rdidos ¨Carrabales y prost¨ªbulos de Camboya, Sao Paulo, M¨¦xico¨C para seguir inyect¨¢ndose y tomar fotograf¨ªas. Un trabajo feroz y de una empat¨ªa qu¨ªmica que le catapult¨® al olimpo de Magnum, la agencia m¨¢s importante del mundo. Antoine D¡¯Agata (Marsella, 1961) es el plato fuerte de la inauguraci¨®n del festival FotoM¨¦xico, que en su segunda edici¨®n propone desplazar el canon hacia los m¨¢rgenes geogr¨¢ficos, pol¨ªticos y corporales.

¡°La idea principal es abrirnos y proponer un ¨¢ngulo sobre la fotograf¨ªa que se est¨¢ haciendo en los cinco continentes, salir de la mirada occidental que ha articulado la historia de la imagen en el mundo¡±, explicaba este martes la directora del certamen, Elena Navarro, en la sede capitalina. La propia organizaci¨®n del festival, amparada por la Secretar¨ªa de Cultura pero curada por manos privadas, se ha aplicado a s¨ª misma la intenci¨®n descentralizadora. Hasta finales de diciembre contar¨¢ con 136 sedes en 23 ciudades del pa¨ªs, donde se desplegar¨¢n 147 exposiciones de m¨¢s de 600 artistas.

Con un filtro rojo-sangre, D¡¯Agata ha montado sobre un muro un collage con im¨¢genes de seis de sus viajes a M¨¦xico, desde 1986 hasta 2016, recopilados a su vez en la obra Codex. Animales muertos, retratos de la intimidad sexual, figuras deformes que recuerdan a los humanoides de Francis Bacon, el propio autor inyect¨¢ndose en una habitaci¨®n con la cara cubierta por un velo blanco, fotos robadas de fichas policiales, negativos robados de la morgue ¡°que ol¨ªan a muerte y orina¡±, recuerda D¡¯Agata, sentado frente al muro.

¡°Llevo en el mundo de las drogas m¨¢s de cuarenta a?os, estoy destrozado por dentro. Hay veces que ni siquiera puedo hacer fotos ¨Ccontin¨²a a toda velocidad, hablando a borbotones, moviendo unos labios finos y el¨¢sticos que parecen hundirse dentro de la mand¨ªbula y que no dejan ver los dientes¨C Pero no considero que la fotograf¨ªa sea fruto de una mirada, pretendo llevarla al terreno de la experiencia. Tampoco busco respuestas, me hago preguntas. Nunca he querido ser un espectador, un consumidor. Yo voy contra la fotograf¨ªa, pretendo contaminar la fotograf¨ªa y contaminar la conciencia del mundo. Los personajes de mi obra son como h¨¦roes tr¨¢gicos, son un ejemplo de humanidad, de otra humanidad en medio de la violencia sist¨¦mica¡±.

Continuando con la tem¨¢tica de los l¨ªmites, pero con menos dosis extremas, el festival permitir¨¢ ver por primera vez en M¨¦xico la colecci¨®n de Pedro Slim, primo del magnate, concentrada en detalles del cuerpo humano a cargo de nombres como Robert Mapplethorpe, Diane Arbus o Bill Brandt. Esta semana se inaugur¨® en el Museo Amparo de Puebla, una muestra del coleccionista alem¨¢n Artur Walther, dedicada a la fotograf¨ªa contempor¨¢nea y el videoarte africano y asi¨¢tico.

Otro coleccionista, el peruano Jan Mulder, presentar¨¢ en el Museo Tamayo de la capital una selecci¨®n de copias del fot¨®grafo andino Mart¨ªn Chambi, uno de los pioneros en retratar Machu Picchu, junto con la de otros autores contempor¨¢neos que visitaron Per¨² a principios del siglo XX, como Robert Frank, Irving Penn o Werner Bischof.

El fotoactivisa argentino Marcelo Brodsky mostrar¨¢ su obra de intervenci¨®n fotogr¨¢fica sobre movilizaciones sociales durante los 60 y 70. El japon¨¦s Naoya Hatakeyama, testimonios de destrucci¨®n tras el tsunami de 2011. El indio Raghu Rai, otro mito viviente de la agencia Magnum, una panor¨¢mica de la vida cotidiana de su pa¨ªs durante las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas.