El ¨²ltimo ¡®locus amoenus¡¯
La pel¨ªcula de Wenders habla de lo perdido y su reflexi¨®n no lleva a ninguna conclusi¨®n aliviadora
LOS HERMOSOS D?AS DE ARANJUEZ
Direcci¨®n: Wim Wenders.
Int¨¦rpretes: Reda Kateb, Sophie Semin, Jens Harzer, Nick Cave.
G¨¦nero: drama. Francia, 2016
Duraci¨®n: 97 minutos.
La voz de Lou Reed desgrana Perfect Day mientras la c¨¢mara recorre, bajo un sol sereno, los solitarios bulevares parisienses en lo que podr¨ªa ser, en efecto, un perfecto d¨ªa veraniego. El recorrido termina en el jard¨ªn de una casa, espaciosa y apartada, con el aire meciendo suavemente las ramas de los ¨¢rboles alrededor de una mesa flanqueada por dos sillas solitarias. En el interior de la casa, un escritor contempla ese espacio, con una versi¨®n miniaturizada de esa mesa y esas sillas de jard¨ªn sobre su mesa de trabajo, presidida por una vieja m¨¢quina de escribir. Se activa la maquinaria de la creaci¨®n ¨Co de la memoria- y un hombre y una mujer aparecen en el mirador para entablar una conversaci¨®n.
Los hermosos d¨ªas de Aranjuez, adaptaci¨®n de la pieza teatral hom¨®nima que el austr¨ªaco Peter Handke escribi¨® directamente en franc¨¦s en 2012, es el tercer experimento con la imagen tridimensional de un Wim Wenders que descubri¨® las posibilidades de la visi¨®n estereosc¨®pica para redefinir el espacio f¨ªlmico en un proyecto tan pertinente para ello como Pina (2011). Aunque en las salas de nuestro pa¨ªs la pel¨ªcula no vaya a ser proyectada en 3D, su lenguaje visual permite intuir que aqu¨ª la apuesta t¨¦cnica no resulta tan injustificada como en la precedente Todo saldr¨¢ bien (2015). La c¨¢mara, guiada por la musicalidad del fraseo de Handke, envuelve a los dos interlocutores en elegantes movimientos circulares proponiendo, mediante arm¨®nicos juegos de montaje, una relaci¨®n osm¨®tica con la figura del escritor: ?qui¨¦n est¨¢ creando a qui¨¦n?
A partir de las preguntas del hombre, la mujer rememora primeros deslumbramientos, los tiempos en que am¨® como ¡°venganza por la conspiraci¨®n omnipresente y desp¨®tica del mundo cotidiano contra el cuerpo y el alma¡± y, poco a poco, va desvelando una militante actitud vital orientada a ¡°salvarse del enclaustramiento del alma¡± y celebrar s¨®lo aquella belleza ¡°capaz de dar y abrirse¡±. Finalmente, Los hermosos d¨ªas de Aranjuez habla de lo perdido y su reflexi¨®n no lleva a ninguna conclusi¨®n aliviadora. Wenders tiene un peque?o gesto de ni?o rico al convocar a Nick Cave para interpretar su tema Into My Arms, pero la belleza de esa plegaria a un dios posible redime el exceso. Frente al insistente discurso cr¨ªtico sobre la decadencia del cineasta, esta, su pen¨²ltima pel¨ªcula, ilustra su acusada generosidad en el dif¨ªcil arte de servir una obra ajena de la mejor manera posible.
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