Amores b¨¦licos
La segunda aventura de Falc¨® supera a la primera. Arturo P¨¦rez-Reverte introduce en la acci¨®n una intriga m¨¢s sutil
El h¨¦roe siente pasos a su espalda, la vida amenazada, el ca?¨®n de una pistola en los ri?ones. ?Se salvar¨¢? El h¨¦roe es Lorenzo Falc¨®, antiguo agente secreto de la Rep¨²blica con un pasado de traficante de armas, ahora al servicio del bando franquista. Estamos en 1937. A Falc¨® se le encomienda apoderarse de 30 toneladas de oro que un buque mercante republicano lleva a Rusia, perseguido por un destructor de la Armada sublevada. Los dos barcos amarran en T¨¢nger. El agente Falc¨® intentar¨¢ sobornar al capit¨¢n del carguero: lo m¨¢s razonable, saludable y productivo es entregar el barco si no quiere que lo hundan en cuanto salga del puerto. A la persuasi¨®n se suma la acci¨®n: hay que quitar de en medio a los tres agentes comunistas que controlan el oro y, si es necesario, dar un golpe de mano y asaltar el mercante.
La segunda aventura de Falc¨® se llama Eva y supera a la primera. Viajera en el barco republicano, Eva Neretva ser¨¢ el principal adversario del h¨¦roe, con el que ya comparti¨® en la novela Falc¨® aventuras er¨®tico-sangrientas, cuando los dos se salvaron mutuamente la vida y ella se apellidaba Rengel. Sigue siendo una comunista fan¨¢tica a las ¨®rdenes de Stalin; Falc¨® s¨®lo es un fan¨¢tico de s¨ª mismo, circunstancialmente a las ¨®rdenes de ¡°criminales jefes fascistas¡±, como dice la bolchevique.
Arturo P¨¦rez-Reverte introduce en la acci¨®n una intriga m¨¢s sutil: las relaciones, es decir, el drama entre los personajes, no s¨®lo principales, de su novela. Es un logro el choque entre los capitanes de los barcos nacional y republicano, con ese memorable marino mercante que asume la responsabilidad de su valiosa carga y, sobre todo, de su tripulaci¨®n. Los personajes secundarios, los que auxilian al h¨¦roe y los que tratan de frenarlo, no son decorativos: tienen esencia, a?aden profundidad a la f¨¢bula.
Falc¨® sigue siendo Falc¨®: estilo es car¨¢cter. H¨¦roe popular, encarna la atracci¨®n de la cultura pop por las marcas emblem¨¢ticas. Del sombrero a los zapatos, pasando por la pistola, lo envuelven marcas legendarias como si fueran el uniforme de un superh¨¦roe. Cuando, con sentido del humor, le prende fuego al coche de un altivo capit¨¢n que, aparte de ser imb¨¦cil y grande de Espa?a, merece una bajada de humos, el encendedor es Parker Beacon y el coche un Bentley Speed Six. La ¨¦tica de Falc¨® se resume en lo que el narrador llama un ¡°ego¨ªsmo l¨²cido¡±: salir adelante respet¨¢ndose a s¨ª mismo, teniendo en cuenta que ¡°siempre que se cruzaba con alg¨²n superviviente ¡ªde algo, de lo que fuera¡ª se preguntaba qu¨¦ clase de bajeza hab¨ªa cometido para sobrevivir¡±. Le apasiona el mundo, del que no quiere ser espectador, sino actor, y su definici¨®n de la vida (¡°una broma de mal gusto, un tr¨¢mite burocr¨¢tico, como la muerte¡±) es casi una cita de Nabokov, aunque Falc¨® prefiera las novelas policiacas: ¡°Una aventura entre dos noches eternas¡±.
Su jefe, el Almirante, otro gran personaje, lo juzga ¡°eficaz como una navaja de afeitar afilada e inteligente, un chico de buena familia en versi¨®n descarriada, capaz de vender la silla de ruedas de una madre inv¨¢lida¡±, pero en el fondo Falc¨® es un seductor sentimental. Al primero que seduce es a su creador, que escribe sus aventuras con el entusiasmo con que las leer¨¢ su p¨²blico.
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Autor:?Arturo Perez-Reverte.
Editorial:?Alfaguara (2017).
Formato:?eBook y tapa blanda.?
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