Edipo a la mexicana
La desaparici¨®n de los 43 normalistas conmocion¨® tanto al dramaturgo Wajdi Mouawad que volc¨® el suceso en una de sus tragedias cl¨¢sicas
A Julio C¨¦sar Mondrag¨®n le desollaron vivo y le sacaron los ojos por viajar en el autob¨²s equivocado. A la ma?ana siguiente, le encontraron tirado en la cuneta de un pol¨ªgono industrial y el cad¨¢ver tard¨® d¨ªas en volver a Ciudad de M¨¦xico para ser enterrado. Edipo se arranc¨® ¨¦l mismo los ojos cuando descubri¨® que, tambi¨¦n por equivocaci¨®n, era el asesino de su padre, el esposo de su madre y el padre de sus hermanos. Expulsado de Tebas muri¨® y fue enterrado lejos de casa, en Atenas.
El sacrificio de Edipo salv¨® a la ciudad de una plaga. El sacrifico de Mondrag¨®n, junto al resto de los normalistas de Ayotzinapa, provoc¨® una catarsis social y pol¨ªtica en M¨¦xico, aunque la respuesta a las maldiciones del pa¨ªs ¨Cimpunidad, corrupci¨®n, pobreza, violencia¨C a¨²n est¨¢ buscando a su h¨¦roe tr¨¢gico.
El caso de los 43 estudiantes conmocion¨® a Wadji Mouawad, que aquel oto?o de 2014 estaba de paso por M¨¦xico presentando una obra y terminando de escribir otra: Las lagrimas de Edipo, una versi¨®n de Edipo en Colono, la pieza de S¨®focles que narra las ¨²ltimas horas del rey desgraciado.
El texto original de Mouawad, presentado la semana pasada en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, coloca la acci¨®n en la Atenas arrasada por la crisis econ¨®mica y a?ade como trasunto ed¨ªpico la muerte sacrificial de un joven manifestante a menos de la polic¨ªa. En la versi¨®n mexicana, presentada meses antes en la capital y adaptada por un director de m¨¢xima confianza del equipo de Mouawad, Edipo y su hija Ant¨ªgona terminan su exilio en un viejo teatro-cementerio mexicano, donde son informados de que una jaur¨ªa de polic¨ªas infiltrados por el narco ha desatado una persecuci¨®n a muerte contra un grupo de estudiantes.
Seg¨²n el esp¨ªritu de la tragedia, a veces la civilizaci¨®n necesita un sacrificio para poder avanzar
Al frente de la compa?¨ªa parisina Th¨¦atre National de la Colline, Mouawad es uno de los dramaturgos contempor¨¢neos m¨¢s prestigiosos, traducidos y representados, precisamente por sus montajes de tragedias cl¨¢sicas. Hijo de refugiados libaneses, en sus textos, violentos y l¨ªricos, vuelve siempre a los traumas familiares, el poder, la muerte y la redenci¨®n, pero los sit¨²a en campos de refugiados, guerras o paisajes de la devastaci¨®n moderna.
Con la sala completamente a oscuras, una voz en off introduce el n¨²cleo de la trama: un Edipo ya sin ojos y Ant¨ªgona, ¡°la mas seca de sus hijas¡±, vagan errantes tras ser repudiados. Antes de aparecer en escena, un chorro de luz blanca inunda las butacas. ¡°Toda la obra est¨¢ pensada desde el punto de vista de un ciego¡±, explica Arnaud Antolinos, director ejecutivo de la compa?¨ªa de Mouawad. La presencia de los personajes est¨¢ tamizada por un velo. Las figuras son sombras sobre fondos rojos, verdes, amarillos o blancos.
En realidad, Edipo ya estaba ciego antes de arrancarse los ojos. Como el or¨¢culo de Apolo le dijo que matar¨ªa a su padre y desposar¨ªa a su madre, huy¨® de la casa en la que creci¨® para escapar de su destino. No sab¨ªa que su verdadero padre lo hab¨ªa abandonado y que lo acabar¨ªa matando en un cruce de caminos. Su viaje a Tebas terminar¨ªa parad¨®jicamente cumpliendo la profec¨ªa.
Julio Cesar Mondrag¨®n, como el resto de los normalistas de Ayotzinapa, no sab¨ªa que el autocar que le llevaba a la capital para participar en una manifestaci¨®n en recuerdo a la matanza estudiantil de Tlatelolco ser¨ªa atacado con furia por el complot narco-pol¨ªtico. Su viaje, su deseo del fin de la violencia, terminar¨ªa acabando violentamente con su vida.
La hibris de los personajes cl¨¢sicos es el elemento central que detona la n¨¦mesis, el castigo, la venganza de los dioses. La soberbia, la ambici¨®n, la desmesura que rompe el ideal de equilibrio y armon¨ªa t¨ªpico del ordenamiento de valores griego. Edipo, endiosado de poder y gloria no se detuvo hasta alcanzar el trono de Tebas. Pero ?Cu¨¢l ser¨ªa la hibris de Julio Cesar Mondrag¨®n y sus compa?eros?
?Cu¨¢l ser¨ªa el pecado m¨ªtico de M¨¦xico??El abandono de los dioses precolombinos, que vuelven vestidos de temblor para vindicar sus lagos desecados y sus templos arrasados? ?La vecindad envenenada con EE UU de la que avisaba Porfirio D¨ªaz: tan lejos de Dios y tan cerca de EE UU?
¡°A Mouawad le interesan las personas, los dramas y los sue?os humanos no tanto los pol¨ªticos ¨Cresume Antolinos¨C. Pero recurriendo al esp¨ªritu de la tragedia, a veces la civilizaci¨®n necesita un sacrificio para poder avanzar¡±. O como dice el libreto adaptado de Mouawad: ¡°La historia de Edipo se repite en el mundo sin saberlo¡±.
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