¡°Escribo de mis fantasmas. Quer¨ªa explorar esa autoflagelaci¨®n¡±
En ¡®Algunas margaritas y sus fantasmas¡¯, la mexicana Paulette Jonguitud explora su miedo a morir y a sobrevivir. ¡°He querido escribir libros que no duelan, pero todav¨ªa no puedo¡±


Se est¨¢n yendo. Se van y no hay nada que hacer: se mueren. En Algunas margaritas y sus fantasmas, Paulette Jonguitud narra, entre otras, la muerte de la hermana gemela de ?scar. Un c¨¢ncer. ?scar no entiende que su hermana se muera, que se haya muerto. Nace entonces un tiempo que se mide en dolor, una experiencia distinta. Se parece al tiempo normal, pero es otro. Hay segundos, minutos, colores y texturas. Y luego adem¨¢s hay fantasmas. La carne se diluye y todo adquiere un tono transl¨²cido, lo vivo, lo muerto, las voces. Hay alas de mosca por todas partes. De eso trata este libro, de antes de morir, de justo cuando te has muerto. De qu¨¦ haces con eso.
Oscar quiere ser el c¨¢ncer que mata a su hermana, el cuerpo destrozado por el c¨¢ncer, para estar m¨¢s cerca. Y entonces manda hacer pr¨®tesis de silicona y se convierte en el hombre elefante, un hombre que es mil tumores. As¨ª, se acerca a su hermana.
El personaje de ?scar bebe en parte de la autora. "Me dijeron muy tarde que mi t¨ªa estaba enferma. Entonces alcanc¨¦ a acompa?arla un mes, hasta el d¨ªa en que muri¨®", dice Jonguitud, de 38 a?os. "La vi descomponerse, la vi irse, y me tom¨® casi cuatro a?os procesar ese momento, y solo pude hacerlo as¨ª. Solo as¨ª pude aprender a ser sin otra persona. Escribo de los fantasmas que son parte de mi. Los fantasmas personales, que te atormentan, como en los sue?os: yo en todas mis facetas, atormentandome a mi misma. Quer¨ªa explorar esa autoflagelaci¨®n".
Algunas margaritas... es la segunda novela de la autora. En Moho (2011), la primera, un callo verdoso se adue?a poco a poco del cuerpo de una mujer. Aparece en la ingle y avanza hasta que no hay m¨¢s mujer que el callo. Es el moho. En una entrevista que di¨® entonces, Jonguitud dijo: "Me interesa lo que ocurre en la mente cuando es testigo de la descomposici¨®n".
Elmer Mendoza dijo que la autora tiene buen ojo para las cosas tremendas y para hacer sentir mal a las personas
La nueva es parte de la primera tanda de novelas de la editorial Caballo de Troya. En su presentaci¨®n, el escritor mexicano Elmer Mendoza dijo que la autora tiene buen ojo para las cosas tremendas y para hacer sentir mal a las personas. Lo dijo en el buen sentido.
Est¨¢ Oscar y est¨¢ tambi¨¦n el hijo¨²nico. Jonguitud le dice as¨ª y le dice tambi¨¦n hermano menor, nunca por su nombre. Y lo hace, quiz¨¢, porque el hijo¨²nico existe en cuanto a la p¨¦rdida. Existe en cuanto a su hermano muerto, el hermano mayor, y a su propia madre, cuyos recuerdos se van perdiendo, producto del alzheimer. Se mueren los recuerdos y con ellos buena parte del pasado de su hijo menor. Un pasado que mengua. La autora escribe: "Un hijo ¨²nico sin madre es doble hu¨¦rfano. S¨®lo ella conoce su pasado, s¨®lo ella sabe que fue un ni?o y que se ri¨® bajo el escritorio y que se cag¨® en una alberca".
- ?Qu¨¦ le pasa a alguien que se la achica el pasado? ?Qu¨¦ es un pasado que mengua?
- Pues... ?l se convierte en el ¨²nico testigo de su pasado, el ¨²nico que sabe que existi¨®. Es un poco lo que pasa con los mexicanos de mi generaci¨®n, que nacimos en un pa¨ªs que pr¨¢cticamente ya no existe, un pa¨ªs que se descompuso, que se disolvi¨®, que no es el mismo que cuando yo era ni?a. Que cuando eramos chicos ten¨ªa sus problemas, pobreza, violencia, pero que no era un lugar que se com¨ªa a sus j¨®venes.
Este libro nace del cansancio que produce ser mujer en M¨¦xico
Antes de perderse del todo, la madre del hijo¨²nico se empe?a en buscarle una esposa a su hijo muerto. Como los chinos, dice, los chinos casan a sus muertos, para que no est¨¦n solos. Y entonces la madre teje una mu?eca de papel y trapo, una funda. Teje la mu?eca y le pide al hermano menor que le busque una muertita, sus huesos, para meterlos adentro. Muertitas no van a faltar, dice la madre. "Dios sabe que lo que sobra en este pa¨ªs son cad¨¢veres de muchachas".
Adem¨¢s de un manual de supervivencia, Algunas margaritas... es un estudio de violencia machista. ?scar y su hermana trabajaron un proyecto. Buscaban un lugar, el m¨¢s peligroso, se desnudaban y se fotografiaban. Un acto de rebeld¨ªa. Invadir, como dice la autora, para que no te invadan. "Este es un libro producto de mi cansancio tambi¨¦n, de mi dolor, de que ser mujer sea una cotidiana pelea. De que en M¨¦xico sea tan dif¨ªcil ser mujer".
Y as¨ª va, de ?scar a la madre, del dolor a la p¨¦rdida, de la descomposici¨®n a la violencia. La novela es un di¨¢logo entre ?scar, la madre y el hermano menor, un di¨¢logo en torno a la p¨¦rdida, futura o pasada, pero cercana. Y aparecen, todo el rato, fantasmas. La autora se mete en su piel, en la del hermano mayor, en la del hombre elefante, incluso en la de Alan Turing, personaje de la novela que el hermano menor nunca escribe.
"He querido escribir libros que no duelan, pero todav¨ªa no puedo", concluye.
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Autor:?
Editorial:? Caballo de Troya (2017).
Formato: versi¨®n Kindle (167 p¨¢ginas).
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