El rojo mexicano que conquist¨® el mundo
Un exposici¨®n en el Palacio de Bellas Artes repasa la influencia de un pigmento natural mexicano en la pintura durante tres siglos, de Tintoretto, Vel¨¢zquez, Zurbar¨¢n a Turner o Van Gogh
Para justificar su expedici¨®n por M¨¦xico, en 1519 Hern¨¢n Cort¨¦s le envi¨® a la Corona espa?ola tres cargamentos: plata, oro y unos textiles de un rojo p¨²rpura, el color fetiche de la ¨¦poca, asociado al poder de la Iglesia y la nobleza militar. Carlos V se interes¨® por aquel tinte ex¨®tico y el siguiente barco lleg¨® cargado de toneladas de insectos que guardaban en su caparaz¨®n el secreto rojo. La cochinilla se convertir¨ªa en el segundo producto m¨¢s exportado despu¨¦s de la plata, revolucionar¨ªa el comercio textil y la pintura europea. Durante tres siglos, el rojo mexicano conquist¨® el mundo.
A la gigante influencia de ese pulg¨®n diminuto y regordete le ha dedicado el Palacio de Bellas Artes, el gran recinto cultural de Ciudad de M¨¦xico, una de las exposiciones del a?o. Rojo mexicano. El uso de la grana cochinilla, inaugurada este viernes, bucea en los or¨ªgenes y en los usos prehisp¨¢nicos, y sobre todo se detiene en el lapso del siglo XVI a principios del XIX, cuando a partir de los puertos espa?oles se extendi¨® por toda Europa. La muestra recoge 70 obras ¨Cdesde Tintoretto a Vel¨¢zquez, Zurbar¨¢n, Van Dyk, Turner o Van Gogh¨C de 16 instituciones internacionales: la Tate brit¨¢nica, National Gallery, Museo d¡¯Orsay, Museo del Prado de Madrid o Hammer de Los ?ngeles.
Los tres a?os de investigaci¨®n previa a la retrospectiva, con la colaboraci¨®n del departamento de Ciencias de la UNAM ¨Cla universidad m¨¢s grande de Latinoam¨¦rica¨C, constataron que efectivamente el origen de la cochinilla es M¨¦xico. ¡°Ha habido un debate sobre si el insecto es end¨¦mico de aqu¨ª o de Per¨², donde en siglos posteriores tambi¨¦n hubo comercio¡±, explica Georges Rouque, el curador de la muestra. La prueba definitiva se exhibe en la primera de las salas: un manto azul a?il y carm¨ªn cochinilla encontrado en una cueva del actual estado de Durango en el a?o 300 antes de Cristo.
Domesticado alrededor de su ecosistema natural, los nopales ¨Ccactus mexicanos¨C, las comunidades de la regi¨®n Mixteca y Tlaxcala usaron ese color animal ¨Cque al mezclarlo con sulfato pod¨ªa variar en una gama del escarlata al rosado¨C para decorar murales, j¨ªcaras, textiles o plumas. La huella de la colonizaci¨®n qued¨® marcada tambi¨¦n en rojo en los primeros c¨®dices y de ah¨ª viaj¨® primero a Veracruz para inundar despu¨¦s los puertos de Sevilla, Amberes, ?msterdam o Venecia, los epicentros de la industria textil.
De un autor veneciano e hijo de un tintorero es el primer cuadro europeo que presenta la muestra. La deposici¨®n de Cristo, 1559, de Jacopo Comin, alias Tintoretto, ¡°el peque?o tintorero¡± en honor al oficio de su padre. Manierista y oscuro, los pliegues casi transparentes del manto que envuelve a Jes¨²s son de cochinilla.
Desde Ner¨®n o Cal¨ªgula, hasta Carlomagno o Fernando el cat¨®lico, el rojo ha sido el color regio por antonomasia. El d¨ªa de su decapitaci¨®n, Mar¨ªa Estuardo eligi¨® un vestido rojo. Luis XIV mand¨® retapizar en carm¨ªn todas las cortinas de Versalles. ¡°Era un color capital, pero sin embargo era dif¨ªcil de producir ¨Ca?ade el curador de la muestra¨C Se usaban otros pigmentos naturales como el kermes, pero la cochinilla barri¨® el mercado. Por eso, Espa?a mantuvo el secreto y el monopolio de la producci¨®n durante m¨¢s de un siglo. Se convirti¨® en un pigmento caro y prestigioso que serv¨ªa simb¨®licamente para retratar a personajes prestigiosos¡±.
Rojo p¨¢lido son las cortinas que Vel¨¢zquez coloc¨® detr¨¢s de la mitra y la sotana negra del arzobispo Fernando de Vald¨¦s, inquisidor en Barcelona, Toledo, Zaragoza. El pa?o de la Magdalena penitente de Zurbar¨¢n es corinto. La casaca y los pantalones del pr¨ªncipe Charles Louis, del pintor flamenco del XVII Anthony van Dyck, tambi¨¦n son rojos.
A mediados del XIX aparecen tintes sint¨¦ticos, m¨¢s baratos y m¨¢s resistentes, y comienza la decadencia del grana cochinilla. ¡°Tambi¨¦n hab¨ªa una connotaci¨®n simb¨®lica. Ser moderno tambi¨¦n significaba utilizar los materiales modernos¡±, apunta el curador. Pero una camarilla de artistas permaneci¨® fiel al color animal. La muestra expone una caja de pinturas del ingl¨¦s Turner o varias obras de los mundanos pero sagrados impresionistas.
Renoir, Monet, C¨¦zanne, Gauguin o Van Gogh, con una de las piezas de la serie el Dormitorio en Arl¨¦s, donde utiliz¨® el rojo mexicano como mezcla para lograr los tonos morados tenues de las paredes de la habitaci¨®n. Pobre durante toda su vida, el propio Van Gogh dej¨® por escrito en una carta a su hermano, quien en realidad le prove¨ªa de los oleos y los materiales, un encendido elogio a la cochinilla: ¡°El carm¨ªn es el color rojo del vino, es rojo y lleno de esp¨ªritu como el vino. No debemos renunciar a estos colores por una raz¨®n econ¨®mica¡±.
Babelia
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