P¨¢salo

Cada ¨¦poca en Espa?a, desde Quevedo, ha tenido su gran libelista. De los ¨²ltimos: Unamuno, Bergam¨ªn, Garc¨ªa Calvo. El de la nuestra es Savater. ¡°No se llamen a enga?o: esto es un panfleto. (¡­) Seg¨²n la definici¨®n de la RAE: ¡®Libelo difamatorio. Op¨²sculo de car¨¢cter agresivo¡¯. Me quedo sin duda con la segunda acepci¨®n, aunque no niego que pueda haber bastante de la primera¡±, se sincera en la primeras l¨ªneas. Todo buen panfleto es breve, claro, ¨¢gil. Este lo es. Como una sucesi¨®n de s¨ªncopas. Cada una de sus palabras percute sobre la idea precisa y arranca de ella una nota vibrante. Un panfleto ha de llegar tambi¨¦n en el momento oportuno. Escrito, como quien dice, en la trinchera, y buscando sacudir, agitar, movilizar. ?C¨®mo? Repensando los lugares comunes, arrostrando las mentiras y posverdades, restableciendo la racionalidad. Es decir, uniendo lo que los separatismos diab¨®licos (del griego dia-bolo, separar) tratar¨¢n de desgarrar, lanzando lejos los despojos.

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¡°Contra el separatismo, no contra el nacionalismo¡±, aclara tambi¨¦n Savater. Importa mucho esta distinci¨®n, insistir¨¢. El nacionalismo, constituido por rasgos afectivos (los derivados del concepto ¡°patria chica¡± o de las secreciones sentimentales), puede incurrir en ¡°la moral del pedo¡± a la que se refer¨ªa Ferlosio y a la que alude Savater (¡°ese h¨¢lito que no nos molesta salvo cuando es ajeno¡±), pero es m¨¢s o menos inocuo. Por s¨ª mismo, si no muta en separatismo como el virus de la peste, no causa mayores quebraderos de cabeza. El independentismo es otra cosa: narcisista, t¨®xico, xen¨®fobo.

El buen panfletista va al grano sin perder de vista la paciencia. De las dotes pedag¨®gicas de Savater hay ejemplos sobrados: ?tica para Amador, millones de lectores en todo el mundo. Claro que los adolescentes, l¨¢biles y vers¨¢tiles por naturaleza, suelen ser m¨¢s receptivos que los separatistas. Savater, que ha sido adem¨¢s un activista ejemplar contra el terror etarra, parte en su diserto del hombre en la caverna (individuos ¡°diferentes, nunca id¨¦nticos¡±), para llevarlo a la Grecia del demos (el pueblo como sujeto pol¨ªtico), donde a¨²n estamos, donde debi¨¦ramos estar como ciudadanos dem¨®cratas: ¡°en la isonom¨ªa, la aceptaci¨®n de la ley igual para todos, junto al ser capaces de persuadir y ser persuadidos¡±.

La de la conquista de la libertad y la igualdad es una historia larga. Lo cuenta ¨¦l de una manera a la que no hay que cambiarle ni una coma: ¡°La democracia nos fue liberando de los condicionamientos que la naturaleza, el azar o la historia hab¨ªan proyectado sobre nosotros. Eso es lo que quiere decir que los humanos nacemos libres e iguales: que nacemos igualmente destinados a la ciudadan¨ªa, con los deberes y garant¨ªas inherentes a ella y especialmente con id¨¦ntico derecho a decidir la gesti¨®n de la sociedad, sea cual fuere nuestra genealog¨ªa, nuestra raza, nuestro lugar natal, nuestro sexo, nuestras habilidades, nuestra religi¨®n o ausencia de ella (¡­). Una vez aceptada la ley com¨²n, ll¨¢mese Constituci¨®n o como fuere, cada cual es libre de buscar la excelencia o la felicidad como desee¡±.

El buen panfletista va al grano sin perder de vista la paciencia. De las dotes pedag¨®gicas de Savater hay ejemplos sobrados: ?tica para Amador, millones de lectores en todo el mundo

El separatismo tratar¨¢, no obstante, de arrebatarnos ¡°la ciudadan¨ªa que nos faculta para decidir junto a los dem¨¢s¡±, con el fin de instaurar, basado en un pasado de ¡°leyendas ancestrales¡±, un futuro ut¨®pico, donde lo identitario se manifiesta como totalitario. Para ello no dudar¨¢ en servirse de la propaganda (TV3, Catalunya R¨¤dio, RAC1 y peri¨®dicos afines y condescendientes), de la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica y del adoctrinamiento en escuelas, institutos y universidades. ¡°El separatismo es, s¨ª, un movimiento fundamentalmente antimoderno¡±, dir¨¢ Savater, lo que en palabras de Daniel Gasc¨®n quedar¨ªa m¨¢s o menos as¨ª: ¡°La caspa ha cambiado de bando¡±. Del orden pol¨ªtico al psicoanal¨ªtico, de la avilantez y la insaciabilidad predatoria (del ¡°Espa?a nos roba¡± al ¡°nos vamos a quedar con todo lo vuestro, empezando por el 3%¡±) al narcisismo, que es la salida al mar del complejo de inferioridad y su consecuencia inmediata, el resentimiento, Savater no deja un solo rinc¨®n en su ¡°donoso escrutinio¡±. Al fin y al cabo a los independentistas les mueve m¨¢s que su sedicente amor a Catalu?a o a Euskadi su odio a Espa?a y todo lo espa?ol.

Y a modo de resumen, como buen pedagogo, este cuadro sin¨®ptico con el que abrochar¨¢ su panfleto: 1.?El independentismo es antidemocr¨¢tico: ¡°Los portadores de derechos son los ciudadanos, no los territorios¡±. 2.?Es retr¨®grado: ¡°Porque plantea una ciudadan¨ªa basada en el terru?o, en la identidad ¨¦tnica, en la lengua ¨²nica¡±. 3.?Es antisocial: ¡°El Estado social debe ser fuerte para no admitir m¨¢s privilegios locales que los que pueden revertir en mayor bienestar para todos¡±. 4.?Es da?ino para la econom¨ªa: En Jap¨®n, una estampida de bancos y empresas como la que se produjo en Catalu?a tras la DUI habr¨ªa dado lugar al sepuku de todo el Gobierno responsable. 5.?Es desestabilizador: A r¨ªo revuelto, ganancia de los populistas, antisistemas y Putin. 6.?Crea amargura y frustraci¨®n: ¡°El que pierde a sus compatriotas sufre algo m¨¢s que un da?o administrativo¡±. 7.?Crea un peligroso precedente: S¨ª, es Europa la que est¨¢ en juego.

No es f¨¢cil rese?ar un panfleto. Su fuerza est¨¢ tanto en los hechos e ideas que expone como en el modo sucinto de defenderlos. Este, que se lee con avidez y gratitud, reclama de nosotros la acci¨®n. Por eso no se me ocurre otra manera mejor de terminar esta rese?a que con una sola palabra: P¨¢salo.

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Autor:?Fernando Savater

Editorial: Ariel (2017)

Formato:?tapa blanda (96 p¨¢ginas).

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