Tres a?os de duelo y decenas de cartas
Sharon E. Smith publica la correspondencia que escribi¨® a su marido muerto, el pintor Jos¨¦ Hern¨¢ndez, a modo de terapia


Muchas noches, en el silencio de la casa, que nunca fue tan grande, Sharon E. Smith se pon¨ªa frente al ordenador para escribir en el muro de Facebook de su marido cartas de amor, de recuerdo y del d¨ªa a d¨ªa. El muro le devolv¨ªa el silencio de un hombre ya muerto con el que comparti¨® su vida, el pintor Jos¨¦ Hern¨¢ndez (T¨¢nger, 1944-M¨¢laga, 2013). Tres a?os se alarg¨® esta terapia epistolar que ahora est¨¢ impresa y cribada en un libro titulado Lo que dejaste (Eda), donde Smith volc¨® sus l¨¢grimas, los pesares de una p¨¦rdida ya prevista, el terrible reencuentro con la casa del sur, con los armarios llenos de ropa ya sin due?o, las salidas con los amigos y los nietos que crec¨ªan. Al marido le fue contando c¨®mo era la nueva vida sin ¨¦l. ¡°Nunca pens¨¦ publicarlo, solo necesitaba soltar todo aquello y me interesaba recordar lo que pas¨® en aquellos tiempos¡±, dice ahora con aliento recobrado Sharon E. Smith (Nueva York, 1944).
Aquellos relatos cortos y espont¨¢neos, las ¡°conversaciones unilaterales¡± con el pintor le han devuelto a la vida. ¡°No lo hice con fines literarios, pero al editor le gust¨® y ha resultado este libro que solo da la impresi¨®n de lo que es¡±. ?Y qu¨¦ es? "Lo que dejaste", dice Smith agarr¨¢ndose al t¨ªtulo del libro. Y as¨ª, una noche tras otra, un d¨ªa oscuro al que segu¨ªa otro m¨¢s claro, Smith fue elaborando un duelo en el que no solo deja constancia del ahogo espiritual por el que hay que transitar, sino que presenta un friso humano compuesto de amigos, familiares, quehaceres culturales, memorias pict¨®ricas, recuerdos de Madrid, vientos del sur.
La casa de Villanueva del Rosario (M¨¢laga), pueblo del que el pintor era hijo predilecto, ahora est¨¢ a la venta. ¡°De algo tengo que vivir¡±, dice sin lamentos Smith. ¡°Pero no puedo llevar la obra de Jos¨¦ al molino de M¨¢laga porque all¨ª hay humedad, est¨¢ cerca del r¨ªo, y adem¨¢s los compradores no van a bajar hasta el pueblo¡±, explica.
Jos¨¦ Hern¨¢ndez fue un pintor afamado, miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que recibi¨® decenas de premios. Ilustr¨® algunos cuentos de Borges y obras de Joyce y Rimbaud. Fue tambi¨¦n escen¨®grafo y figurinista en numerosas obras de teatro. En una de las cartas, su viuda le habla de la fuente que tienen en el patio del molino, la que ¨¦l dise?¨® para una de esas obras de teatro, que a¨²n funciona y que est¨¢ rodeada de geranios, algunos de los cuales han sobrevivido durante la ausencia prolongada en la casa.
Smith ha publicado con anterioridad tres libros de relatos, Desde el otro lado (Libros del lago, 2001), Dicho sea de paso (2005) y Luna Walker (2009), ambos en el Ateneo de M¨¢laga. Ha sido traductora e incansable viajera al lado del pintor. Se conocieron cuando ella lleg¨® a Espa?a a los 20 a?os. A¨²n no hab¨ªa acabado la carrera de Literatura Espa?ola en Nueva York, pero quiso acompa?ar a su padre para hacerle tareas de secretariado. ¡°?l era fot¨®grafo de arte, hac¨ªa unos libros preciosos, y entonces trabajaba en un volumen titulado Espa?a a trav¨¦s de su arte¡±. Acabado aquel trabajo se celebr¨® una fiesta para despedir a los neoyorquinos, que marchaban al d¨ªa siguiente. En aquella fiesta conoci¨® al pintor. "?Por qu¨¦ te vas? Qu¨¦date", le dijo. Y ella se qued¨®, para siempre.
Estuvo casada con el pintor casi 50 a?os y hablando con ¨¦l mediante el Facebook tres despu¨¦s de su muerte, desde 2013 a 2016. Fue el periodo de duelo, una palabra que todo el mundo le dice y que ella rechaza porque le resulta ¡°religiosa¡±. Prefiere terapia, la que le proporcionaron esas cartas de amor y de vuelta a la vida sabiendo que, como dice al marido muerto, no podr¨¢ ya tener su mermelada de naranja amarga favorita y siendo cada d¨ªa m¨¢s consciente de que ¡°la muerte solo pertenece a los vivos¡±.
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