La ficci¨®n imposible

Intentar reproducir en una pel¨ªcula lo que ya se ha retransmitido en directo, capturar la tensi¨®n de la tragedia v¨ªvida. Por un lado, parece una quimera: nada lograr¨¢ transcribir las emociones del minuto a minuto, de los seis d¨ªas que vivieron los brit¨¢nicos entre la ma?ana del 30 de abril y la tarde del 5 de mayo de 1980, tras el secuestro de 26 rehenes en la embajada de Ir¨¢n en Londres, por parte de terroristas opositores al r¨¦gimen del ayatol¨¢ Jomeini. Por otro, tambi¨¦n era una gran oportunidad: para centrarse en lo que no pudo verse de aquel suceso y el posterior rescate de las Fuerzas Especiales brit¨¢nicas, para reflexionar sobre lo ocurrido en unos tiempos que han acabado convergiendo en una ¨¦poca de terrorismo global en Occidente, para trascender aquellos d¨ªas de gobierno de Margaret Thatcher y alcanzar la contemporaneidad. Sin embargo, 6 d¨ªas, thriller pol¨ªtico sobre aquel ataque, retransmitido en directo en su d¨ªa por la BBC, fracasa en todas sus vertientes.

En su quinto largometraje, Toa Fraser, ingl¨¦s de ascendencia fitjiana y formado en Nueva Zelanda, in¨¦dito hasta ahora en los cines espa?oles, demuestra que le sobra convencionalismo y le falta nervio en la puesta en escena y el montaje con una pel¨ªcula que se despliega en cinco ¨¢mbitos, en principio a cual m¨¢s interesante: el interior, con terroristas y rehenes; el exterior, con la reportera de la BBC que televis¨® el evento, Kate Adie, un mito del periodismo; con las labores del mediador de la polic¨ªa; con las del grupo de fuerzas especiales y sus planes de asalto, y finalmente las reuniones de la alta pol¨ªtica, con los representantes gubernamentales y los altos mandos de seguridad. Pero 6 d¨ªas, de manera sorprendente, acaba siendo aburrida, plana e insustancial en todos ellos.

Que al acabar la pel¨ªcula haya que acudir a material de archivo de la ¨¦poca para lograr entender las reivindicaciones y el estatus del grupo terrorista, as¨ª como las relaciones, de entonces y posteriores, entre Ir¨¢n y Reino Unido, son el paradigma de una decepci¨®n, refrendada en los instantes finales. Cuando, junto a los t¨ªtulos de cr¨¦dito, se exhiben las im¨¢genes reales de aquellos d¨ªas, filmadas por el c¨¢mara de la BBC, saltan las primeras chispas de emoci¨®n. Pero eso se puede ver incluso en YouTube.