¡°Es m¨¢s f¨¢cil meterse en la piel de un monstruo que en la de un humano¡±
Nagabe, autor de manga, reinventa en los cuatro vol¨²menes de 'La peque?a forastera' la narraci¨®n extra?a y la Alicia de Carroll
No tiene voz. No tiene rostro. Ni siquiera tiene g¨¦nero. Nagabe, como sus obras, es un bello misterio. Cuando se le pide a la editorial una foto de su artista, manda el dibujo que figura a la derecha de estas palabras. La propia editorial nipona que le publica, Mag Garden, no desvela si se trata de un hombre o de una mujer. De lo que no hay duda es de la calidad de su obra. Es extraordinaria.
Nagabe se integra en esa larga lista de creadores nipones exc¨¦ntricos ¡ªah¨ª est¨¢ el rostro luna de Yoko-Taro¡ª que est¨¢n elevando la narrativa weird ¡ªcreada en el siglo XIX por los correligionarios de la secta Amanecer Dorado, los Crowley, Blackwood, Machen y c¨ªa, y sublimada por H.P. Lovecraft y su c¨ªrculo de amistades¡ª a sus mayores cimas. Hidetaka Miyazaki con su visi¨®n del medievo y la Inglaterra victoriana en Dark souls y Bloodborne, Tsutomu Nihei con su expansi¨®n ciberpunk de ciudades infinitas de Blame! y, tambi¨¦n, Nagabe, con una reinvenci¨®n extraordinaria de la Alicia de Lewis Carroll.?
La peque?a forastera (ECC Ediciones, 2017) es una historia que nos enfrenta a la relaci¨®n entre un monstruo y una ni?a en t¨¦rminos nada convencionales. Se intuye, ya desde el primer volumen, una gran mitolog¨ªa, una posible Edad Media en la que los hombres afectados por una plaga se transforman en monstruos y se exilian en los bosques. Resulta inevitable, a ojos de Occidente, no leer una cr¨ªtica subyacente a la Am¨¦rica de Trump, la del muro a la otredad, la que trata al desconocido como extra?o; aunque este mangaka [autor de manga] niega inter¨¦s alguno en la pol¨ªtica. Pero lo esencial del relato es la relaci¨®n ¨ªntima entre ni?a y monstruo, que tiene que producirse en unos t¨¦rminos muy extrictos: jam¨¢s pueden tocarse. Ka-BOOM ha hablado de monstruos, reales e imaginarios, de las reglas de la magia y la ficci¨®n extra?a en un cuestionario enviado al autor/autora. Estas son sus respuestas, traducidas del japon¨¦s al castellano por ECC Ediciones.
Pregunta. Siuil a rul, el subti?tulo de su obra, es el ti?tulo de una conocida cancio?n celta. ?Que? tiene que ver con su obra?
Respuesta. En un principio fue el editor quien me present¨® la canci¨®n y me dio la idea. No tiene una relaci¨®n directa con la obra pero la melancol¨ªa que se desprende de ella y su letra: Ve mi amor, me pareci¨® que era perfecta para describir la relaci¨®n entre el Doctor y Shiva.?
P. ?Recuerda cua?ndo escucho? la cancio?n por primera vez?
R. Al comenzar la serie, en septiembre de 2015.
P. La fantasi?a en occidente se ha alejado mucho de las historias propias de Hans Christian Andersen o Lewis Carroll, con nin?as que descubren un mundo ma?gico de reglas extran?as. La moda en occidente son las epopeyas b¨¦licas de reparto coral. ?Por que? cree que Japo?n con obras como la suya o las de Hayao Miyazaki (Chihiro, El castillo ambulante) ha recuperado este tipo de fantasi?a?
R. No era en absoluto consciente de ello. Creo que en las obras de Lewis Carrol, Christian Andersen y Hayao Miyazaki se trata la magia como algo tierno a la vez que torpe. Hoy en d¨ªa, podr¨ªamos considerar la magia como el m¨¢ximo exponente de la fantas¨ªa. Y se suele dibujar de forma vistosa como algo capaz de hacerlo todo. En El castilo ambulante (m¨¢s que magia es un hechizo), la magia puede hacer volar, atraer objetos cercanos pero no provoca rel¨¢mpagos o deshace el hielo (?acaso no puede hacerlo?). As¨ª que su uso de la magia es muy tranquilo. Es como si se tratara de una capacidad normal m¨¢s de un individuo que puede crecer si se estimula como ser veloz corriendo o bueno en los estudios. La magia no es una ventaja, sino que es algo normal, algo activo, que en ocasiones puede ser ¨²til. En ese sentido, creo que se ten¨ªa una imagen de la fantas¨ªa como una magia que existi¨® en el pasado.
P. A la hora de disen?ar una mitologi?a, ?lo primero para usted es definir las reglas de su mundo?
R. Depende de la envergadura de la historia pero tengo la impresi¨®n que en Jap¨®n se da m¨¢s importancia a qu¨¦ es lo que se quiere transmitir con la historia. Personalmente, me gusta crear personajes adaptados a su mundo por lo que dedico tiempo a pensar en el clima, la historia, la geograf¨ªa, la religi¨®n, etc¡ Sobre este mundo, digamos, las normas del mundo en que se desarrolla la historia. Por lo tanto, para m¨ª es importante saber ¡°qu¨¦ es lo que deseo dibujar¡±, y a partir de all¨ª tambi¨¦n es importante ir analizando los detalles.
P. ?Co?mo decide que? informacio?n es mejor explicitar al lector y cua?l mejor sugerir de una manera ma?s ambigua?
R. Sinceramente, opto por el camino medio. Si das demasiada informaci¨®n la historia se vuelve obsoleta, y si sugieres demasiado corres el riesgo de ser demasiado insubstancial. Encontrar el equilibrio es complicado. En el caso concreto de La peque?a forastera, intento que la historia no obstaculice la atm¨®sfera que hay entre los dos y me decanto m¨¢s hacia la insinuaci¨®n. (Pero es complicado).
Informaci¨®n ¨²til
T¨ªtulo: La peque?a forastera: Si¨²il, a R¨²n
Autor: Nagabe
A?o de publicaci¨®n en Espa?a: 2017
Editorial: ECC Ediciones
Serie completa: 4 vol¨²menes
Precio: 8,95?€ (por volumen)
P. Su estilo de dibujo recuerda mucho a los grabados de Gustave Dore? y otros cla?sicos ilustradores del XIX. ?Es intencional?
R. No, no he recibido influencia de Gustave Dor¨¦. De quien s¨ª he recibido influencia es de Alfons Mucha, del mismo siglo XIX y Tove Jansson y Normal Rockwell, del siglo XX.
P. ?Que? le inspiro? la idea de la maldicio?n sobre la que gira la trama de La pequen?a forastera?
R. Quer¨ªa crear una situaci¨®n en la que dos seres de dos pueblos distintos no pudieran entrar en contacto. Y me decant¨¦ por ¡°la maldici¨®n¡± porque aportaba un clima inquietante y ambiguo.
P. Usted trata a los monstruos no como malvados, sino como criaturas igual de complejas que los humanos, pero con emociones y pensamientos propios. ?Es ma?s difi?cil meterse en la piel de un monstruo que en la de un humano?
R. Resulta m¨¢s dif¨ªcil meterse en la piel de un ser humano. Los seres humanos realizamos demasiadas acciones innecesarias. En cambio los animales son m¨¢s comprensibles y cada uno de sus acciones tiene un significado. En un sentido positivo dir¨ªamos que son honestos, y en un sentido negativo dir¨ªamos que son simples; y eso es lo que me gusta dibujar de ellos.
P. ?Que? evoca primero, la historia o las ima?genes?
R. Depende, pero normalmente ambos a la vez. A veces, la estrofa de un poema me evoca una escena pero tambi¨¦n hay veces que escucho la voz de los personajes a trav¨¦s de la imagen.
P. ?Es usted escritor que gusta de planificarse o improvisa la historia?
R. Normalmente suelo planificar. Aunque a veces pueda modificarlo para que tenga un resultado m¨¢s c¨®mico.
P. ?Es importante que los elementos ma?gicos o sobrenaturales de una historia tengan reglas y li?mites, aunque no se le expliquen al lector al detalle?
R. S¨ª. Porque en caso contrario las cosas puede terminar torci¨¦ndose.
P. ?Por que? cree que los autores japoneses se fascinan con crear su propia versio?n de la mitologi?a europea?
R. No lo s¨¦, tal vez sea por su fuerza. La mitolog¨ªa europea tiene una escala enorme, es m¨ªstica, y eso es suficiente para desencadenar la inspiraci¨®n. De hecho yo tambi¨¦n recurro a ella en ocasiones.
P. ?Que? piensa usted de la actual situacio?n global de desconfianza hacia los inmigrantes, con presidentes como Donald Trump adoptando actitudes racistas? ?Esta? conectado con el espi?ritu de su obra?
R. Sin comentarios.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.