La Fura dels Baus indaga en el amor suicida de Wagner
Alex Oll¨¦ y Josep Pons se sumergen dentro del exceso de ¡®Trist¨¢n e Isolda¡¯ en el Liceu
¡°?Y si no se hubieran tomado la p¨®cima¡?¡±. Lo pregunta Alex Oll¨¦, director esc¨¦nico de La Fura dels Baus. Se refiere a Trist¨¢n e Isolda, los amantes wagnerianos a los que estos d¨ªas dan vida Stefan Vinke e Ir¨¦ne Theorin en el Liceu barcelon¨¦s hasta el 15 de diciembre. ¡°Pero es que se la toman¡¡±, responde Josep Pons, responsable musical. Y de ah¨ª surge ese delirio sin soluci¨®n posible entre eros y tanatos que cambi¨® para siempre la historia de la m¨²sica.
Dos meses de ensayos, conversaciones y tres representaciones de la misma a cuestas, no han colmado su curiosidad. Siguen tratando de ahondar en el meollo de esta ¨®pera brava, intensa, revolucionaria, salvaje. La que inicia todos los caminos que la quieren seguir, la que cierra una ¨¦poca y abre el futuro, la que anticipa a Freud y la psicolog¨ªa contempor¨¢nea a trav¨¦s de Schopenhauer, la que deja en el aire esa constante inquietud que provoca la incertidumbre¡
La de la noche, las esferas y el influjo maldito de la luna y el mar. La que salpica amor eterno y deja para la oscuridad el deseo sin posibilidad de satisfacci¨®n. La que indaga y resopla ansiedad y misterio, la que rompe y a la vez inicia, con cinco notas, todos los caminos de la m¨²sica futura: Trist¨¢n e Isolda, esa obra maestra. Es la segunda incursi¨®n a fondo de Pons en el mundo wagneriano dentro de su etapa como director musical del Liceu, tras haber culminado la tetralog¨ªa de El anillo del nibelungo los cuatro a?os precedentes. Y tambi¨¦n la segunda de Oll¨¦, despu¨¦s de El holand¨¦s errante, aunque sus compa?eros de La Fura ¨Ccon Carlus Padrissa como wagneriano del grupo por excelencia- hayan firmado algunas m¨¢s, caso de El anillo del nibelungo y Parsifal. ¡°Wagner nos va porque desarrolla constantemente un punto de vista simb¨®lico, nada narrativo en la dramaturgia. Es en la m¨²sica donde debemos buscar las im¨¢genes¡±.
Pons abri¨® a la Fura el horizonte de la m¨²sica y la ¨®pera a finales de los noventa en Granada, cuando era director titular de la orquesta de la ciudad. Fue con La Atl¨¢ntida, de Falla. Hoy convergen ambos en Wagner. Un mundo cuyo lado luminoso y oscuro desean transitar. La adicci¨®n, en el caso de Pons, perdura. ¡°M¨¢s con una obra as¨ª, a la vez grandiosa y camer¨ªstica, que entronca 50 a?os antes con el siglo XX, que transitan despu¨¦s Alban Berg, Ligeti, Debussy, Mahler, Shostakovich¡¡±.
Rendidos a Ir¨¦ne Theorin
Es la segunda vez que la gran soprano wagneriana Ir¨¦ne Theorin canta Isolda en el Liceu. La primera fue en la temporada 2012-2013, versi¨®n concierto, y ahora lo ha hecho bajo la direcci¨®n esc¨¦nica de Alex Oll¨¦. Pero no ha sido su ¨²nico papel. Junto a Josep Pons, la cantante sueca se enrol¨® en El anillo del nibelungo que el director musical del Liceo puso en marcha durante cuatro a?os consecutivos con montaje de Robert Carsen. Theorin form¨® parte del reparto de La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses. Siempre con el p¨²blico barcelon¨¦s rendido ante su imponente l¨ªnea de canto. Es la actual reina del repertorio alem¨¢n en el Liceu. Y eso es mucho decir para un teatro eminentemente wagneriano.
Llena de enigmas y de certezas. Poblada por una especie de amantes vamp¨ªricos a quienes no debe alcanzar la luz. ¡°De ah¨ª ese tono tenue, gris¨¢ceo, en sombras, blanco y negro que va iluminando y ocultando esa esfera con dos caras. La de la esperanza y la de la incertidumbre. La de la realidad y el deseo¡±, afirma Alfons Flores, escen¨®grafo.
Una ¨®pera con una seria dificultad para cualquier director de escena: dura cuatro horas y no existe apenas acci¨®n. ¡°Es reflexi¨®n pura. El reto est¨¢ en volcar toda la trama sobre la introspecci¨®n de los personajes y que se haga corto¡±. Para eso tambi¨¦n juega su papel la m¨²sica. Una partitura que es aut¨¦ntico thriller. ¡°No da respiro. La transparencia de sonido y orquestal debe ser absoluta, sino corres el riesgo de crear un galimat¨ªas¡±, afirma Pons.
Est¨¢ urdida entorno a lo que Wagner consideraba su ideal de amor. La inspiraci¨®n se la proporcion¨® entonces Mathilde Wesendonck, a quien tambi¨¦n dedic¨® un ciclo de lieder. Era la esposa de un banquero que le dio cobijo a ¨¦l y a toda su familia en ¨¦poca de apuro. Wagner se lo pag¨® enga?¨¢ndole con su esposa, sin apenas disimulo cara al marido y a su propia mujer.
Tan sublime y tan miserable. ¡°Visionario y nada de fiar¡±, comenta Pons. Asombrado tambi¨¦n, lo mismo que Oll¨¦, al comprobar que la ¨®pera trata varios de los aspectos que son un reto de la psicolog¨ªa moderna: ¡°Eso me comentan los expertos. El v¨ªnculo y el anhelo. Trist¨¢n nace y muere su madre como consecuencia del parto. Luego buscar¨¢ repetir ese ciclo toda su vida. Por eso sabe que si se consagra a amar debe arrastrar todo hasta el fin¡±, afirma. ¡°Nac¨ª para arder de deseo y morir¡±, canta Trist¨¢n en un pasaje de la ¨®pera. Su destino es cumplirlo.
Babelia
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