Oh, machote
'Machismo', de Jon Sistiaga, es un relato breve pero completo de la desigualdad y la violencia en Espa?a
Con dolor parir¨¢s los hijos, y estar¨¢s bajo el mando de tu marido, y ¨¦l te dominar¨¢. Es el G¨¦nesis, cap¨ªtulo 3, vers¨ªculo 16. As¨ª, con letras blancas sobre negro, empezaba Machismo, la ¨²ltima entrega de Tab¨², el programa de Jon Sistiaga que acab¨® el pasado 13 de diciembre en #0 de Movistar + (los cuatro cap¨ªtulos est¨¢n disponibles bajo demanda). Un esbozo por muchos de los tent¨¢culos, los m¨¢s visibles, de una forma de ver y posicionarse en el mundo, hist¨®rica y global, que hoy mantiene y alimenta la violencia de g¨¦nero, la brecha salarial, los techos de cristal, la desigualdad de oportunidades, de reconocimientos, de visibilidad¡
El periodista explic¨® en la presentaci¨®n del programa que cuando contaba a sus compa?eros sobre qu¨¦ iba, todo el mundo aguantaba la respiraci¨®n. Visto el resultado, cualquiera puede seguir aguant¨¢ndola. En cuatro cap¨ªtulos, Sistiaga ha conseguido formar un puzle bastante aproximado de la densa red que envuelve el machismo en Espa?a. Sin tocar de forma profunda ninguno de los ¨¢mbitos ¡ªy a falta de algunos, como la educaci¨®n reglada o el papel de los medios de comunicaci¨®n¡ª, las casi 30 entrevistas, concisas, forman un relato compacto y heterog¨¦neo.
Voces claramente feministas como la de Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, la pol¨ªtica Clara Serra o la ilustradora Carla Berrocal; las historias de los infiernos particulares de v¨ªctimas como Anna Bella o Jos¨¦ Francisco Dorado, hijo de una mujer maltratada durante a?os por su padre; hombres que quieren cambiar o que est¨¢n en ello, asociaciones que ayudan en ese camino tienen cabida en el programa. Y tambi¨¦n discursos contrarios, que frenan u obstaculizan una lucha de siglos, como la de la analista pol¨ªtica Cristina Segu¨ª, que defiende que la brecha salarial no tiene nada que ver con el g¨¦nero; o el de un hombre que, cumpliendo seis condenas por maltrato, est¨¢ convencido de que fue ¨¦l la v¨ªctima de una relaci¨®n t¨®xica.
Machismo hace hueco a todos los discursos para mostrar lo que est¨¢ pasando, c¨®mo est¨¢ pasando, y c¨®mo lo est¨¢ viviendo una sociedad en la que ese machismo, en algunas de sus manifestaciones, sigue vi¨¦ndose a veces como cortes¨ªa, a veces como tradici¨®n, y a veces, todav¨ªa, como parte normal de la rutina; y donde queda mucha faena por hacer, individual, colectiva y tambi¨¦n administrativa y judicial. Un ejemplo reciente: el pasado 18 de diciembre, un hombre de 50 a?os en Mallorca reconoc¨ªa haber drogrado a las amigas de su hija, de 13 a?os, y haber abusado sexualmente de una de ellas, la ¨²nica pena que recibir¨¢ ser¨¢ un curso de educaci¨®n sexual y una multa de seis euros al d¨ªa durante 12 meses tras llegar a un acuerdo.
Esa es una de las caras de la Espa?a que dibuja Sistiaga, esa en la que la abogada Yobana Carril, que defiende a hombres damnificados por la Ley de Violencia de G¨¦nero, le asegura que est¨¢ mal planteada porque ¡°proteger a la mujer solo por ser mujer es incidir en la desigualdad¡±. La que tiene un youtuber que se describe ante el periodista como mentor emocional para chicos y que ha puesto nombre a un rasgo, seg¨²n ¨¦l el m¨¢s conocido, de la psicolog¨ªa femenina: el Factor Fulana.
Tambi¨¦n esa en la que se pusieron 15 denuncias por maltrato cada hora en 2016, en la que son 47 las mujeres asesinadas en este 2017 (y todav¨ªa no ha acabado) y en la que ellas trabajan gratis los ¨²ltimos 54 d¨ªas del a?o si se comparan sus sueldos con los de sus compa?eros. Esa Espa?a en la que todav¨ªa las ni?as aprenden juegos de manos que empiezan con Don Federico mat¨® a su mujer, la hizo picadillo y la hizo a la sart¨¦n. Este pa¨ªs al que Sistiaga insta a cambiar y al que le hace mucha falta empezar a arremangarse.
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