¡°Es curioso que el mestizo Per¨² tuviera simpat¨ªa por el fascismo¡±
El escritor peruano Ra¨²l Tola novela en 'La noche sin ventanas' la peculiar peripecia de su pa¨ªs en la guerra de Hitler
A Ra¨²l Tola (Lima, 1975) le dijo una agente literaria que su novela (basada en la historia real) La noche sin ventanas, en la que se cuenta la peculiar peripecia peruana en la guerra de Hitler, ¡°no ten¨ªa nada que decirle a los alemanes¡±. Pues aqu¨ª est¨¢ la novela, ya publicada en Alfaguara. A Tola le conmovi¨® la historia de una mujer que abandona Per¨², se instala en Par¨ªs y la vida del siglo XX la mete en una guerra horrible en la que ella, gravemente mutilada, se convierte en resistente. De la anterior novela de Tola, Flores amarillas, dijo su maestro Mario Vargas Llosa: ¡°Un libro muy trabajado y entretenido, que se lee con un inter¨¦s que no decae¡±. De La noche sin ventanas no ha dicho nada a¨²n el paisano; pero en el libro s¨ª interviene otro Nobel, Albert Camus, para expresar el esp¨ªritu de la dif¨ªcil victoria en aquella guerra que se narra en esta novela peruana sobre un acontecimiento mundial.
Pregunta. En el coraz¨®n de su novela interviene Camus para contar el d¨ªa en que acab¨® la guerra. ¡°Esta noche inigualable enmarca el final de cuatro a?os de historia monstruosa y de una lucha indescriptible en la que Francia lleg¨® a enfrentarse a su verg¨¹enza y su ira¡±. Habla de Francia, pero la guerra lleg¨® hasta Per¨². ?Cu¨¢l es esa implicaci¨®n peruana?
Respuesta. Es un editorial que Camus escribe en Combat la noche en que Par¨ªs empieza a ser liberada, quiz¨¢ uno de sus textos m¨¢s famosos y emocionantes. Es Francia, pero es todo el mundo. La II Guerra Mundial implic¨® a toda la humanidad y fue una amenaza personal para todos los individuos del Planeta. La sensaci¨®n de p¨¢nico lleg¨® a Estados Unidos, y tambi¨¦n a Per¨².
P. ?Y por qu¨¦ hizo novela de esa sensaci¨®n?
R. Me interesaba mucho la imagen que se tiene en la actualidad de que hay pa¨ªses marginales a la historia, que se sienten seguros porque no participan en esos sucesos. Y es falso. Es lo que quiero plantear aqu¨ª. De hecho, hay muchos peruanos que intervinieron en esa guerra, que sufrieron sus efectos y que jugaron un papel en ella. Ese papel es digno o indigno, pero ah¨ª est¨¢.
P. Le han preguntado qu¨¦ hacen unos peruanos en este asunto. ?Los peruanos parecen colarse en todas partes!
R. ?Tenemos esa antigua costumbre, jajaja! Es una sensaci¨®n de patria amplia, no crea; donde quieras que vas sientes que tienes un refugio, aunque a la vez hay otra sensaci¨®n de menosprecio. Y no hablo de Per¨², sino de toda Am¨¦rica Latina. Cuando termin¨¦ este libro lo present¨¦ a editoriales y agentes; una de las respuestas me dej¨® sorprendido: ¡°?Qu¨¦ tiene que contarle un peruano a los alemanes o a los franceses sobre la guerra mundial?¡±
P. ?Y qu¨¦ les tiene que contar?
R. Justamente el punto de vista de un peruano, de un latinoamericano. Es una aproximaci¨®n relativamente distante al fen¨®meno de la maldad humana registrado en esta guerra. Desde Am¨¦rica Latina se vivi¨® diferente, la golpe¨®, pero se vivi¨® con una objetividad (por decirlo as¨ª) imposible en Europa. Y es curioso que este pa¨ªs, tan mestizo, haya tenido tanta simpat¨ªa por el fascismo, tan popular en los a?os de la preguerra y de la guerra. Tuvimos dos presidentes fascistas, Luis Miguel S¨¢nchez Cerro y ?scar Raimundo Benavides. ?C¨®mo se explica que un pa¨ªs mestizo, con una gran poblaci¨®n ind¨ªgena, haya apostado por el fascismo como soluci¨®n a sus problemas? Es disparatado, absurdo, enloquecido.
P. Y usted no hace ensayo sino novela. ?C¨®mo convierte en literatura la historia?
R. Con mucha flexibilidad y libertad. Es verdad que parto de una investigaci¨®n hist¨®rica y he visitado todos los lugares que describo, Par¨ªs, los campos de concentraci¨®n, Lima, el hotel que se convierte en el escenario favorito de Hitler, donde fueron encerrados 120 diplom¨¢ticos latinoamericanos por los nazis¡ Es un trabajo que, por otra parte, no hubiera hecho con gusto si no fuera periodista.
P. ?Qu¨¦ huellas hay en Par¨ªs de lo que cuenta?
R. Muchas. Las placas de los lugares donde fueron asesinados los resistentes, la misma embajada peruana¡ Para mi era importante visitar Par¨ªs porque una cosa es la investigaci¨®n libresca y otra son los sabores y los humores del propio lugar. Par¨ªs es una ciudad llena de historia, como Berl¨ªn o Madrid. Lo que hay que hacer, para integrarla en la literatura, es absorberla.
P. ?No tuvo la sensaci¨®n de que los horrores que describe, la crueldad nazi, inhumana, parec¨ªan medievales en el siglo XX?
R. Irreales. A veces en la novela hay que rebajar la violencia de las torturas porque parecen inveros¨ªmiles. De puro monstruoso el lector puede acabar no crey¨¦ndolo. Y lo que asusta es que el punto de partida de la guerra, los nacionalismos, la desconfianza en el otro, siguen presentes, a pesar de aquel ba?o de sangre, de maldad, de destrucci¨®n. Me conmueve y me asombra que los seres humanos no hayamos aprendido la lecci¨®n y setenta a?os m¨¢s tarde de que se cerrara Auschwitz a¨²n sigamos discutiendo de nacionalismos, que los partidos de extrema derecha empiecen a ganar espacio en Europa, que aumenten en Per¨² de forma brutal, que se expresen tambi¨¦n aqu¨ª, en Catalu?a, de esa manera¡
P. ?Y usted qu¨¦ papel representa en ese Per¨² que no para de moverse y entra hasta en la guerra mundial?
R. Yo soy un ejemplo de lo que significa la ca¨ªda de las fronteras: un peruano que proviene de italianos y tiene dos hijos espa?oles. No entiendo c¨®mo hay personas que apuestan por trazar fronteras cuando yo mismo he paladeado la maravilla de la falta de fronteras, la mezcla.
P. Nombr¨® los fascismos latinoamericanos. ?C¨®mo es que no han remitido?
R. Porque por lo general el ser humano es conservador, prefiere las respuestas sencillas. El fascismo busca elementos autoritarios que den respuestas simples a realidades complejas. Es el caso de Per¨², donde ahora mismo un congreso autoritario trata de derribar a un gobierno democr¨¢tico.
P. ?Ya puede decirle a la agente literaria lo que tiene que decirles a los alemanes con su novela?
R. Que el mal es un fen¨®meno universal, que todos podemos llegar a ser v¨ªctimas de un mismo mal, pero que la redenci¨®n siempre es posible, aunque sea a largo plazo.
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