El habla tertuliano
Con la celebraci¨®n de las elecciones en Catalu?a es de esperar que terminen ciertas murgas, pero de ninguna manera las tertulias renunciar¨¢n a al idiolecto
Con la celebraci¨®n de las elecciones en Catalu?a es de esperar que termine la murga sobre ¡°el conflicto¡±, pero de ninguna manera las tertulias renunciar¨¢n a un idiolecto que les ha procurado identidad.
Si se trata de modificar la Constituci¨®n volveremos a o¨ªr hablar de ¡°abrir el mel¨®n¡± puesto que la Ley Suprema y este producto de la huerta han recorrido un buen trecho metaf¨®rico juntos. ¡°El sufl¨¦¡±, sin embargo, solo fue atribuido al embrollo catal¨¢n.
Podr¨¢ decirse que, en grupo, se dedicaban a ¡°marear a la perdiz¡±, t¨¦rmino acu?ado hace a?os en diferentes ¨¢mbitos. Lo mismo que ¡°ponerse de perfil¡± que no siendo una expresi¨®n exclusiva del tertuliano ha prestado mucho ¡°juego¡±.
Lo mismo podr¨¢ decirse del anglicismo ¡°hoja de ruta¡± que, con o sin plan, la mencionaba cualquiera para referirse a la secuencia de una estrategia o una improvisaci¨®n. De hecho, incluso el arte de improvisar ha desempe?ado su protagonismo puesto que ¡°al plan A¡± deb¨ªa seguir un ¡°plan B¡±. Y ambas opciones se desarrollar¨ªan sobre un ¡°escenario¡±.
Son modismos que han ayudado en este universo donde se ¡°ponen palos en las ruedas¡± o se hace ¨¦nfasis en ¡°normalizar¡±. Nadie se ve¨ªa impelido a pedir explicaciones sobre el contenido de ¡°normalizar¡± porque en esta comunicaci¨®n los sobrentendidos han desempe?ado una gran funci¨®n y en los razonamientos se ha echado mano de la coletilla de ¡°a partir de aqu¨ª¡± que es muy propia de los entrenadores y comentaristas deportivos. Ciertamente, es dif¨ªcil que formaciones tan pr¨®ximas no contagien su habla y, por ejemplo, ¡°cargar las pilas¡± o ¡°cambiar de chip¡± ha llegado hasta la vida rom¨¢ntica y hasta criminal.
Pero y ?¡°presionar¡±? Los jueces, los directores de empresa, los ministros se hallan ¡°bajo presi¨®n¡± o expuestos a ¡°presiones¡±. Hay ¡°asuntos¡± importantes que se hallan ¡°encima o no de la mesa¡±. Que se hallen encimados tranquilizar¨ªan al vindicador y los no tenidos sobre la mesa despechar¨ªan al pretendiente. Porque, efectivamente, y esto es novedad, el uso de ¡°tema¡± hasta la n¨¢usea ha sido reemplazado por ¡°asunto¡±. Un em¨¦tico de ascendente prescripci¨®n.
Hay que cuidar, no obstante, de traspasar ¡°la l¨ªnea roja¡± y de ser sorprendido en una ¡°fake news¡± o una ¡°posverdad¡± que pareciendo infantiles, propias incluso de los Reyes Magos, han logrado una audiencia que bendito sea Dios. Bendita sea Dios, bendita la dicha y la vulgaridad.
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