La maestra Beatriz Gonz¨¢lez en Burdeos
La artista colombiana no es s¨®lo una creadora imprescindible en el panorama internacional, sino una maestra l¨²cida que ense?a mucha reflexi¨®n. Ahora expone en Burdeos
Todo el mundo la llama ¡°maestra¡± en Colombia ¡ªmanera en que en el pa¨ªs se designa a los docentes¡ª, quiz¨¢ porque Beatriz Gonz¨¢lez no es s¨®lo una artista imprescindible en el panorama internacional, sino una profesora l¨²cida que en las aulas ense?a poca t¨¦cnica y mucha reflexi¨®n. Se dir¨ªa incluso que es una artista que estrena esa figura h¨ªbrida, tan actual, entre la creaci¨®n, la ense?anza y la curador¨ªa. De hecho, Gonz¨¢lez es autora, entre otros trabajos, de un libro que ha marcado un antes y un despu¨¦s en los estudios del arte del siglo XX en Colombia, un periodo fascinante y poco conocido, Manual de arte del siglo XIX en Colombia, aparecido en 2013, y es la responsable de la original puesta en escena de la secci¨®n del siglo XIX en el Museo del Banco de la Rep¨²blica, instituci¨®n a la cual ha estado ligada durante a?os y de cuya extraordinaria representaci¨®n de caricaturas es responsable en buena medida al tratarse de uno de sus intereses recurrentes.
As¨ª es la mirada de Beatriz Gonz¨¢lez: sorprendente, ¨²nica. Desde los grandes maestros que cita P¨¦rez-Oramas en el cat¨¢logo ¡ª¡°parece haberse iniciado en el oficio de la pintura frecuentando obras de Vermeer de Delft y Diego Vel¨¢zquez, entre otros maestros antiguos¡±¡ª, las preguntas de Gonz¨¢lez se mueven hacia una cr¨ªtica pol¨ªtica local muy sutil ¡ªno le gusta verse como ¡°colombianista¡±¡ª que se sirve de soportes fuera de lo normal para posicionarse desde otros lugares. Son las cortinas y los muebles ¡ªpara ella bidimensionales en esencia¡ª que, siguiendo a Harold Rosenberg y sus anxious objects, generan una inquietud luminosa en los espectadores. Persigue las noticias en la prensa ¡ªal estilo de los pop¡ª para ponerlas despu¨¦s en evidencia como una f¨®rmula camuflada de lo violento o, al menos, de cierto encubrimiento por omisi¨®n. Es el caso de la radical¨ªsima cortina Decoraci¨®n de interiores, de 1981, dedicada a Turbay ¡ªel controvertido pol¨ªtico¡ª, que convierte en tel¨®n monumental, met¨¢fora de una puesta en escasa festiva ¡ªcomo le presentaban los medios a menudo¡ª, ocultando lo oscuro y ofreciendo una cara amable de los horrores de su mandato. La idea de las cortinas le viene, cuenta, mirando una imagen de Le d¨¦jeuner sur l¡¯herbe, de Manet, en la cubierta de la enciclopedia Salvat: el papel gastado y deste?ido le hace pensar en una carpa de circo. Son los juegos de opuestos de Beatriz Gonz¨¢lez, la ¡°maestra¡±, que nos ense?a a volver a mirar el mundo.
¡®Beatriz Gonz¨¢lez. R¨¦trospective 1965-2017¡¯. CAPC. Burdeos. Hasta el 25 de febrero.
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