Martin McDonagh: ¡°Es dif¨ªcil encontrarse m¨¢s de cuatro pel¨ªculas geniales al a?o¡±

Un d¨ªa, de golpe, en la cabeza de Martin McDonagh apareci¨® una mujer. Era una madre, de unos 50 a?os, y estaba enfurecida. ¡°Al principio, no ten¨ªa trama. No sab¨ªa qu¨¦ pasar¨ªa, salvo que ella sent¨ªa rabia y dolor¡±, explica el director. Pero, ?por qu¨¦? La carretera le ofreci¨® una pista. McDonagh conduc¨ªa por Georgia, EE UU. Varios carteles se?alaban un crimen irresuelto. Para ¨¦l, fue una soluci¨®n: Mildred Haynes expresar¨ªa as¨ª su ira. Tres anuncios enormes, para recordarle al pueblo que su hija hab¨ªa sido violada, asesinada y la polic¨ªa no hab¨ªa movido un maldito dedo. A partir de ah¨ª, durante cinco semanas, el cineasta viaj¨® construyendo su guion. Cada d¨ªa cuatro p¨¢ginas, con l¨¢piz y papel. Paraba en un lago, o en un valle, e inclu¨ªa una secuencia all¨ª. Escribi¨® un hurac¨¢n de venganza e injusticia, de heridas y esperanza. Y de la guerra solitaria de una mujer contra los agentes y contra todo.

Tres anuncios en las afueras, que llega hoy a Espa?a, es tambi¨¦n la historia de un triunfo. Se estren¨®, entre aplausos, en el festival de Venecia, donde se celebr¨® esta entrevista. El ¨²ltimo cap¨ªtulo sucedi¨® en los Globos de Oro: mejor drama, guion, actriz (Frances McDormand) y actor secundario (Sam Rockwell). Y puede a?adir un final a¨²n m¨¢s feliz: los Oscar.

El comienzo, en cambio, fue largu¨ªsimo. McDonagh (Londres, 1970) concibi¨® el guion en 2009, pero prefiri¨® lanzar Siete psic¨®patas, que tambi¨¦n ten¨ªa preparada. Despu¨¦s, tocaba descanso, explica entre risas: ¡°No me gusta trabajar. El rodaje es una elecci¨®n que asumo de vez en cuando. Me encanta viajar, no tener nada que hacer ni compromisos con gente. Pens¨¦ que por un a?o me dedicar¨ªa a eso¡±. Los a?os fueron cuatro. Mientras, sigui¨® escribiendo teatro. Y aprendi¨® de la pausa.

¡°Me resulta complicado rodar. Esta fue la m¨¢s f¨¢cil, la primera vez que pens¨¦: ¡®S¨¦ c¨®mo hacerlo¡¯. Es funambulismo, cada d¨ªa filmas cuatro secuencias y no puede fallar nada. El montaje es divertido, pero lo dem¨¢s supone el 95% del trabajo y lo odio. Creo que soy muy buen escritor; el truco es rodearse de grandes actores que respeten el guion¡±, defiende McDonagh. Al creador angloirland¨¦s nunca le ha faltado sinceridad. Empez¨® escribiendo obras para la radio y las tablas que eran provocativas e hilarantes. ¡°Quer¨ªa destruir lo que se ve¨ªa en teatro con espect¨¢culos enfadados y excitantes¡±. Le llamaron enfant terrible. ?l, en las entrevistas, reforzaba esa fama. Contaba que escrib¨ªa por ¡°desesperaci¨®n¡± o su ¡°lucha agotadora¡± contra los inversores en su primera pel¨ªcula, Escondidos en Brujas, empe?ados en destrozar el guion.

?Y hoy? Al parecer, se siente mejor. En Tres anuncios en las afueras le dejaron hacer lo que quiso. ?Tanto ha cambiado? ¡°Ya no soy enfant. Sol¨ªa ser muy honesto, si algo me parec¨ªa aburrido lo dec¨ªa. Intento mantenerme enfadado y controvertido, pero ya solo por hacerte mayor perteneces m¨¢s al sistema. Adem¨¢s, ahora te sientas en el set y todos te miran y te aman, ni que fueras Dios. Me parece que hace cinco minutos que me dec¨ªan: ¡®?T¨² qu¨¦ sabr¨¢s?¡±.

Eso s¨ª, McDonagh se sigue considerando un intruso. Considera que solo se junta con la industria del cine en los rodajes: ¡°La veo desde fuera, como usted¡±. Y le saca todos los colores: ¡°Lo mejor del cine es descubrir algo inesperado. En los setenta todos hac¨ªan obras personales, Scorsese, Malick¡­ Ahora muchas pel¨ªculas son m¨¢quinas de hacer dinero generadas por ordenador. Es dif¨ªcil encontrar m¨¢s de cuatro filmes geniales al a?o¡±. Entre otros, cita La forma del agua, de Guillermo del Toro.

A McDonagh tambi¨¦n le indigna la ausencia de mujeres. Su Mildred puede ser un remedio: ¡°Es inusual en un guion. F¨ªjese en el n¨²mero de papeles malos o nulos para actrices, la falta de directoras y escritoras. Lo que yo puedo hacer es crear personajes femeninos potentes y que sean parte de una buena pel¨ªcula. A Hollywood solo le preocupa el dinero. Si este filme ingresa mucho, son tan idiotas que quiz¨¢s piensen: ¡®?Hay que hacer m¨¢s pel¨ªculas con mujeres fuertes!¡±.