El Reina Sof¨ªa recibe una donaci¨®n de 600 fotos de la Espa?a de los cincuenta
El museo se convierte en referente para el estudio del grupo Afal, renovador de la imagen
La residencia familiar del matrimonio formado por los abogados y coleccionistas Adolfo Autric y Charo Tamayo, en las afueras de Madrid, es un aut¨¦ntico museo dedicado a la fotograf¨ªa y al dise?o industrial. En las tres plantas de la casa conviven decenas de objetos firmados por Mariscal, Frank Gehry o la Bauhaus con esculturas de Plensa o fotograf¨ªas de Alfonso en las que se ve a Primo de Rivera con Alfonso XIII, por ejemplo. Ligados al mundo inmobiliario y coleccionistas desde hace dos d¨¦cadas, una parte esencial de los tesoros que acumulan tiene que ve con la fotograf¨ªa realizada por Afal, la hist¨®rica Agrupaci¨®n Fotogr¨¢fica de Almer¨ªa que, a finales de los a?os cincuenta, revolucion¨® la manera de narrar la vida de los espa?oles y se enfrent¨® a la censura y a la imperante tendencia pictorialista y propagandista.
Un conjunto de 600 fotograf¨ªas de esa colecci¨®n, valoradas en 1,5 millones de euros, van a ser donadas al Reina Sof¨ªa, ocupando un espacio propio en el museo que llevar¨¢ el nombre de los donantes, Autric y Tamayo. Previamente, el 12 de junio, las obras formar¨¢n parte de la exposici¨®n Grupo Afal. Son realidad, no son temas.
La pareja de coleccionistas madrile?os, nacidos ambos en 1966, tiene una amplia trayectoria de mecenazgo con diferentes museos. La donaci¨®n que ahora hacen al Reina Sof¨ªa convierte al museo en un centro de referencia para el estudio y conocimiento del grupo Afal. ¡°Con Manuel Borja-Villel hemos tenido siempre muy buena relaci¨®n¡± explica. ¡°Para ellos compramos, por ejemplo, uno de los dos sillones que formaban parte del pabell¨®n de la Rep¨²blica espa?ola en Par¨ªs¡±, dice.
La idea de esta donaci¨®n de 600 fotograf¨ªas fue de Borja-Villel. "Laura Terr¨¦, hija del fot¨®grafo Ricard Terr¨¦, ha hecho de mediadora en las gestiones. Nosotros ya ten¨ªamos muchas obras del grupo Afal, pero hab¨ªa lagunas que nos comprometimos a completar, y eso es lo que hemos hecho. Todo el material es de ¨¦poca, con copias de los propios autores, y todos est¨¢n presentes: Joan Colom, Gabriel Cuallad¨®, Francisco G¨®mez, Gonzalo Juanes, Ram¨®n Masats, Oriol Maspons, Xavier Miserachs, Francisco Onta?¨®n, Carlos P¨¦rez Siquier (que fund¨® la revista Afal junto a Jos¨¦ Mar¨ªa Artero), Alberto Schommer, Ricard Terr¨¦, Leopoldo Pom¨¦s y Julio Ubi?a.
A falta de una ley de mecenazgo, Autric lamenta que no exista un registro de convenios por el cual se faciliten las donaciones de estas caracter¨ªsticas. Seg¨²n explica, el donante, ¨¦l en este caso, disfruta de ventajas fiscales que pueden suponer un 30% del valor de lo donado, seg¨²n determine la Junta de Valoraci¨®n, con un l¨ªmite del 10% de la base liquidable. ¡°El asunto cambia si eres una persona f¨ªsica o jur¨ªdica, pero creo que tendr¨ªan que facilitar el poder hacer estas cosas de una manera sencilla, porque la realidad es tramposa. Por ejemplo, una persona que gane 90.000 euros al a?o y dona por valor de 100.000, la base m¨¢xima de su donaci¨®n es de un 10% (sea cual sea el valor o la cuant¨ªa de su donaci¨®n), lo que supone 9.000 euros. Como la deducci¨®n es de un 30%, lo que puede realmente deducir en cuota son 2.700. El resto de posible deducci¨®n lo pierde. O, en el caso de un pensionista con la paga m¨¢xima (unos 36.000 euros al a?o) lo m¨¢s que se podr¨¢ deducir son 1.080, sea cual sea el valor de lo que done. Es decir que lo que puede deducirse una persona f¨ªsica es un 3% de lo que gane en el a?o en que hace la donaci¨®n, independientemente del valor o la cuant¨ªa de la misma. Las personas jur¨ªdicas, en cambio, pueden deducirse en los 10 a?os posteriores lo que no se hayan deducido en el a?o de la donaci¨®n, o incluso darse como gasto la cuant¨ªa donada (si firman un convenio con el donatario). Por eso en nuestra normativa hay una discriminaci¨®n para las personas f¨ªsicas que son peor tratadas que las sociedades.
Autric espera que m¨¢s pronto que tarde el gobierno retome el proyecto tantas veces aparcado de la ley del mecenazgo. ¡°Si no es el Partido Popular, es el momento de que lo planteen otros grupos parlamentarios: Ciudadanos, PSOE o Podemos. En mi caso, lo hago por patriotismo, porque quiero a mi pa¨ªs y porque disfrutamos con ello. Da envidia ver las facilidades que tienen los mecenas en Estados Unidos, en el Reino Unido o en Francia, por se?alar casos bien conocidos. Los mecenas no estamos para suplir las obligaciones p¨²blicas respecto a los museos, pero s¨ª podemos ser de gran ayuda¡±.
Disfrutar de cada pieza
Todas las fotograf¨ªas han salido ya de los marcos en los que han colgado durante a?os en las sucesivas viviendas de los Autric, y est¨¢n guardadas en las cajas en las que llegar¨¢n al Reina Sof¨ªa despu¨¦s de que el patronato del museo apruebe la operaci¨®n durante la semana de Arco. ¡°A toda la familia nos da pena desprendernos de ellas¡±, responde el coleccionista. ¡°Nosotros no compramos para guardar, sino para disfrutar de cada pieza. Las fotograf¨ªas, por su delicadeza y exigencias, no pueden estar siempre expuestas, pero las mujeres de Colom en el Raval, las escenas tur¨ªsticas de Miserachs o los Sanfermines de Masats han formado parte de nuestras vidas. Masats, Pom¨¦s y P¨¦rez Siquier han estado en casa montones de veces¡±.
A?ade Adolfo Autric que la decisi¨®n de donar fue discutida por toda la familia. ¡°La colecci¨®n forma parte del patrimonio de mis hijos, de manera que para todos era un sacrificio. En principio hubo dos frentes, nuestra hija, Cristina, y yo, a favor, y mi esposa y nuestro hijo, Rodrigo, con reticencias. Al final, hubo acuerdo. Triunf¨® la idea de que ten¨ªamos que hacerlo por patriotismo y que ten¨ªamos el deber de completar una parte important¨ªsima del patrimonio espa?ol que no estaba bien explicada¡±.
Babelia
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