La dama del cercan¨ªas

Es tan inhabitual que un blockbuster de acci¨®n sorprenda con una imaginativa soluci¨®n estil¨ªstica que el arranque de El pasajero, nuevo thriller de Jaume Collet Serra con Liam Neeson, casi impulsa al espectador a levantarse de la butaca para aplaudir con entusiasmo. En el pr¨®logo, el montaje rompe sus c¨®digos de transparencia para unir en continuidad diversos tiempos al servicio de una acci¨®n lineal. El recurso sirve, pues, para presentar a un personaje y su cotidianidad: sabremos que Liam Neeson, empleado en una agencia de seguros, lleva tiempo levant¨¢ndose todas las ma?anas a la misma hora, reiterando d¨ªa tras d¨ªa sus rituales dom¨¦sticos a la hora del desayuno con su esposa y su hijo antes de subir a un tren de cercan¨ªas que le llevar¨¢ a su oficina en la ciudad. Tambi¨¦n sabremos otras cosas que van a resultar esenciales para disfrutar del juego de suspense algo mec¨¢nico que propone la pel¨ªcula: que los estudios universitarios de su hijo van a conllevar considerables gastos y que el protagonista se suele encontrar con los mismos pasajeros en su trayecto, algunos de los cuales se han convertido en presencias lo suficientemente familiares como para merecer peque?as interacciones sociales. El trayecto que describe Liam Neeson en esos primeros minutos es as¨ª, llueve, truene, nieve, hiele o haga sol. El pr¨®logo de El pasajero nos habla, pues, de un hombre y su rutina, pero la pel¨ªcula va a abordar, precisamente, el d¨ªa en que se rompe esta rutina, empezando por el abrupto despido laboral que hunde los horizontes de futuro de un trabajador en la sesentena.

El pasajero no es, por supuesto, una pel¨ªcula libre de f¨®rmulas y automatismos. De hecho, el argumento con que se le podr¨ªa vender el proyecto a un productor es extremadamente conciso: El pasajero hace por los trenes de cercan¨ªas lo que Non-Stop (2014), uno de los grandes ¨¦xitos de taquilla del director, hizo por los aviones. La mec¨¢nica es la misma: el antih¨¦roe que, en realidad, es un h¨¦roe dormido impelido a reactivar sus fuerzas, la idea del psic¨®pata omnisciente que espolea la mirada paranoica del protagonista, la acci¨®n encerrada en un viaje en (supuesto) tiempo real¡­ No obstante, Collet Serra y sus guionistas saben qu¨¦ resortes tocar para que lo familiar no resulte redundante. El modo en que Vera Farmiga logra hechizar la pel¨ªcula entera apareciendo tan solo escasos minutos es s¨®lo uno de estos toques m¨¢gicos.