Feroces (ellas)

Cuando por la edad a una actriz se le pone el cuerpo fl¨¢cido y el culo horroroso no la llama ya nadie, pero si es a un actor al que se le pone el culo horroroso va Mart¨ªn Cuenca y le ofrece el protagonista de la pel¨ªcula, dijo con acierto y buen humor Mari¨¢n ?lvarez en clara alusi¨®n al desnudo trasero que luce Javier Guti¨¦rrez en El autor, pel¨ªcula por la que adem¨¢s recibi¨® el trofeo a mejor actor. Fue esta una de las reivindicaciones feministas que se oyeron durante los premios Feroz en la que fueron actrices las encargadas de entregar los premios o de ser, como precis¨® una de ellas, las ¡°azafatas¡± de la ceremonia.

Fuera por tama?o de culos, diferencias de sueldos, oportunidades de trabajo o discriminaciones de g¨¦nero, no faltaron temas de protesta a favor de las mujeres durante la larga velada, presentada, eso s¨ª, por un var¨®n. ¡°Ni se han dignado llamar a una mujer para presentarla¡±, coment¨® Mari¨¢n ?lvarez, ¡°y hubiera sido muy bonito¡­ y tres veces m¨¢s barato¡±, rubric¨® sin tener por qu¨¦, aunque el chiste era bueno y su sonrisa impagable. Hubo muchas y buenas sonrisas, incluso risas y carcajadas; las c¨¢maras tambi¨¦n dejaron colarse las expresiones poco risue?as de quienes no consiguieron el premio deseado. Es humano, probablemente inevitable, que en una fiesta como la de los Feroz, tan distendida y aparentemente informal, pueda parecer m¨¢s f¨¢cil ser premiado, premiada, y a¨²n m¨¢s en un a?o como este en el que abundaban los buenos trabajos, sobre todo en televisi¨®n. ¡°Hace cinco a?os nadie conoc¨ªa estos premios¡­ y ahora tampoco¡±, asegur¨® Juli¨¢n L¨®pez, el presentador: ¡°Somos el secreto mejor guardado del cine espa?ol¡±, pero cuantos compet¨ªan pensaban seguramente de otra manera.

Los cr¨ªticos que votan los premios fueron tan exigentes que en la especialidad de comedia nominaron solamente tres series, despertando con ello las cr¨ªticas de las entregadoras (azafatas) que demandaban m¨¢s oportunidades. Que se nominen m¨¢s trabajos, dec¨ªan.

Reivindicaci¨®n similar hubo en los Goya de los vistosos abanicos rojos ¡°M¨¢s mujeres¡§, pero esa es otra historia¡­ o la misma.