Muere John Gavin, actor de Hollywood y diplom¨¢tico inc¨®modo en M¨¦xico
El actor trabaj¨® para Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick antes de ser embajador de Ronald Reagan en el pa¨ªs norteamericano
El estadounidense John Gavin fue en vida Pedro P¨¢ramo, uno de los personajes de ficci¨®n m¨¢s populares de M¨¦xico. El actor angelino protagoniz¨® en 1967, junto a Ignacio L¨®pez Tarso, la fallida adaptaci¨®n del cl¨¢sico de Juan Rulfo, cuyo guion tuvo tratamientos escritos por Carlos Fuentes. A lo largo de su carrera en Hollywood, Gavin desfil¨® ante el lente de directores como Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick y Douglas Sirk. Todo antes de saltar a la pol¨ªtica y convertirse en un pol¨¦mico embajador estadounidense en M¨¦xico. Este viernes, John Gavin falleci¨® en Beverly Hills. Ten¨ªa 86 a?os.
"Un triste d¨ªa. Mi gran amigo John Gavin muri¨® esta ma?ana. Uno de los mejores hombres que he conocido y (que fue) como un hermano para m¨ª. Descanse en paz", dijo en Twitter el cineasta William Friedkin, director del cl¨¢sico de terror El Exorcista.
Gavin, nacido con el nombre de John Anthony Golenor en 1931, fue un angelino de quinta generaci¨®n. Su padre ten¨ªa sangre chilena y su madre hab¨ªa nacido originalmente en M¨¦xico en una familia de clase media alta. Los asuntos latinoamericanos siempre le interesaron. Cuando ingres¨® a la universidad de Stanford se decant¨® por los estudios econ¨®micos y pol¨ªticos de la regi¨®n, auxiliado por su dominio fluido del espa?ol y el portugu¨¦s.
Tras un paso de cuatro a?os por el ej¨¦rcito, el destino de Gavin parec¨ªa estar apuntando hacia la pol¨ªtica. Pero la vida lo obligar¨ªa a dar un largo rodeo que pasar¨ªa por la actuaci¨®n. Lleg¨® a esta actividad por motivos puramente azarosos. Un amigo de la familia estaba trabajando en un drama ambientado en la guerra y Gavin ofreci¨® su conocimiento para asesorar a la producci¨®n como experto. Su rostro de gal¨¢n, en cambio, hizo que los productores le pidieran unas pruebas frente a la c¨¢mara para Universal. Dud¨®, pero la suma de dinero que le ofrec¨ªan era demasiada como para resistirse. En 1956 hizo su debut en Raw Edge, una cinta sobre un forajido en el salvaje Oeste.
Tres a?os despu¨¦s, su carrera en el cine comenzaba a despuntar. Gan¨® el Globo de oro a la mejor revelaci¨®n masculina por A Time to Love and a Time to Die (1958), de Douglas Sirk. Era la primera cinta que protagonizaba. Su papel de un soldado alem¨¢n que se enamoraba a de una hu¨¦rfana a la que deb¨ªa de abandonar para volver al frente de batalla en la Segunda Guerra mundial le gener¨® buenas cr¨ªticas. La buena prensa hizo que Sirk lo incluyera con un rol secundario en su siguiente proyecto, Imitation of life (1959), un intenso drama junto a Lana Turner.
Las pel¨ªculas dirigidas por Sirk le dieron mucha notoriedad a Gavin. En 1960, aterriz¨® en un plat¨® que dar¨ªa al mundo uno de sus mayores cl¨¢sicos de suspenso. Alfred Hitchcock lo dirigi¨® en un peque?o papel en Psycho. Gavin interpret¨® a Sam Loomis, el amante de Marion Crane (Janet Leigh). Ese mismo a?o, film¨® con otro problem¨¢tico genio brit¨¢nico: Stanley Kubrick. Encarn¨® a Julio C¨¦sar en la ¨¦pica adaptaci¨®n de Espartaco, ganadora de cuatro premios de la Academia estadounidense.
Esos fueron los papeles m¨¢s conocidos de la carrera de Gavin. A inicios de la d¨¦cada de los 70, una intensa negociaci¨®n de United Artists evit¨® que su rostro se hiciera popular en todo el planeta. El estudio lo contrat¨® para ser James Bond, el famoso agente 007 en tres pel¨ªculas ¨Ciniciando en Diamantes para la eternidad-- despu¨¦s de que el escoc¨¦s Sean Connery rechazara volver a interpretar al esp¨ªa despu¨¦s de cinco cintas. Finalmente, Connery cambi¨® de opini¨®n ante una millonaria oferta econ¨®mica. Gavin se dedic¨® a explotar una carrera en televisi¨®n hasta que salt¨® a la pol¨ªtica en 1981.
Otro actor ayud¨® a lanzar la carrera diplom¨¢tica de Gavin. Ronald Reagan, el presidente 40 de Estados Unidos, lo nombr¨® embajador en M¨¦xico en 1981. Ambos se conoc¨ªan de d¨¦cadas antes, cuando eran actores empleados por Universal. Su encargo en la embajada, una obligaci¨®n que tuvo hasta 1986, caus¨® molestias en los c¨ªrculos de la alta pol¨ªtica mexicana. Muchos sectores locales lo consideraban un diplom¨¢tico imprudente con poco tacto en un momento en el que los mexicanos comenzaban a fisurar el sistema monol¨ªtico del PRI.
¡°Se gan¨® la hostilidad del Gobierno de Miguel de la Madrid y de amplios sectores de opini¨®n que le reprocharon las cr¨ªticas que hac¨ªa repetidamente al sistema pol¨ªtico¡ No falt¨® quien pidera su expulsi¨®n por injerencista y grosero¡±, escribi¨® la internacionalista Soledad Loaeza.
Gavin, por ejemplo, tuvo que presionar al Gobierno mexicano ante el agravio que signific¨® el asesinato en territorio nacional de Enrique Kiki Camarena, un agente de la DEA (la oficina anti drogas de Estados Unidos). El polic¨ªa fue secuestrado y asesinado por capos del c¨¢rtel de Guadalajara, Miguel ?ngel F¨¦lix Gallardo y Rafael Caro Quintero. Gavin se convirti¨® en una vehemente voz para que la Administraci¨®n de De la Madrid hiciera algo por combatir al narcotr¨¢fico. M¨¦xico soport¨® la humillaci¨®n y abri¨® la puerta a un gran despliegue de fuerza que auxili¨® a capturar a los responsables del crimen. Es probable que a Reagan haya visto con muy buenos ojos el papel de Gavin en M¨¦xico. Cuando lo nombr¨® embajador le dijo: ¡°Si no te atacan por lo menos una vez al mes sentir¨¦ que no est¨¢s haciendo tu trabajo¡±.
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