Picasso en la almohada de Fellini
El museo del pintor en M¨¢laga ofrece una in¨¦dita exposici¨®n sobre la influencia que ejerci¨® en el cineasta y sus mundos creativos compartidos
No llegaron a conocerse. Al menos no hay constancia. S¨ª se sabe con certeza que Pablo Ruiz PIcasso (1881-1973) y Federico Fellini (1920-1993) pisaron la misma alfombra roja en la inauguraci¨®n del festival de Cannes en 1961, pero no hay pruebas de que conversaran ni tan s¨®lo de que se saludaran. Sin embargo, el que fuera uno de los mejores directores de la historia del cine no dej¨® de so?ar con el pintor m¨¢s ic¨®nico del silo XX. Le sol¨ªa pasar cuando entraba en una de sus crisis creativas o amorosas. Entonces, el director de La dolce vita buscaba un maestro, un gu¨ªa, un demiurgo, y la imagen potente, segura de s¨ª misma, firme, del artista malague?o aparec¨ªa salvadora entre los sue?os del cineasta.
De esta conexi¨®n on¨ªrica s¨ª que hay constancia, porque Fellini la dibuj¨® y pint¨® en su Libro de los sue?os, que hab¨ªa empezado a elaborar en 1960? (lo acab¨® en 1990) por recomendaci¨®n de su psiquiatra Ernst Bernhardt, disc¨ªpulo de Jung. "Giulietta y yo invitados en casa de Picasso, estamos de maravilla, comemos y bebemos con alegr¨ªa. Todo es sencillo, familiar, antiguo, ?qu¨¦ paz, qu¨¦ gusto!", escribi¨® el realizador de Amarcord, junto a uno de los tres citados dibujos, que se pueden ver en la exposici¨®n Y Fellini so?¨® con Picasso. Se acaba de presentar este lunes en el Museo Picasso de M¨¢laga y abre al p¨²blico ma?ana.
Se trata de una muestra in¨¦dita y arriesgada. Es in¨¦dita porque nunca se ha exhibido la obra conjunta de ambos creadores, ni se han trazado v¨ªnculos entre ambos, ni se ha incidido de manera di¨¢fana en la influencia que la obra de Picasso ejerci¨® sobre la de Fellini. Y es arriesgada porque, precisamente, no hubo ninguna relaci¨®n personal entre ambos y porque puede parecer un ejercicio forzado establecer convergencias o paralelismos con el prop¨®sito de responder a la atractiva idea de juntar en un mismo espacio dos nombres m¨ªticos de la cultura, a trav¨¦s de dibujos, pinturas, fotograf¨ªas, fotogramas, pel¨ªculas o libros.
La propia comisaria de la muestra coproducida por La cin¨¦math¨¨que fran?aise, Audrey Norcia, reconoce que es un "desaf¨ªo loco", pero insiste en que ha investigado y contrastado tanto esa citada influencia como el universo creativo compartido, fundamentalmente, en tres campos tem¨¢ticos u obsesivos: la antig¨¹edad, el circo y las mujeres. Durante el recorrido, a veces se hace evidente, otras no tanto. En una entrevista de 1972, Fellini admite su admiraci¨®n hacia "Picasso, Jung y Moravia".?
La muestra empieza con los escritos y dibujos de Fellini sobre sus sue?os con Picasso y con las obras relativas al mundo circense, incluyendo tambi¨¦n una serie fotogr¨¢fica de ambos creadores en retratos que guardan semejanzas entre s¨ª. A un lado, otra sala recoge las obras que aluden a la representaci¨®n del mundo de la antig¨¹edad cl¨¢sica por parte de Picasso, al que se le qued¨® grabada para siempre en su retina su visita a Italia en 1917. Esas im¨¢genes, algunas captadas en el Museo de Arqueolog¨ªa de N¨¢poles, fueron recurrentes a lo largo de su trayectoria. La comisaria destac¨® c¨®mo el minotauro, constante en Picasso, influy¨® en la m¨¢scara del personaje de la pel¨ªcula de Fellini El satiric¨®n.
En el otro lado, se aborda la obsesi¨®n por "el continente femenino", como dec¨ªa Fellini, por las prostitutas, por la iniciaci¨®n sexual. Las excesivas y generosas figuras de los dibujos del cineasta, que fue primero caricaturista, se asocian bien con los grabados y cuadros de Picasso, si bien estos tienen un car¨¢cter sexual mucho m¨¢s expl¨ªcito y concupiscente. La concepci¨®n de Fellini de la mujer es m¨¢s cercana a la madre, es menos agresiva, m¨¢s respetuosa, en opini¨®n del que fue ayudante de realizaci¨®n del director, G¨¦rard Morin. Tambi¨¦n el peso de la educaci¨®n cristiana es mucho m¨¢s evidente en el caso del cineasta. El tambi¨¦n cofundador de la Fundaci¨®n Fellini ha prestado asesor¨ªa y algunos dibujos de Fellini a la muestra, que se clausura el 13 de mayo.
La s¨ªntesis de la apuesta expositiva viene dada por una evocadora y excelente pel¨ªcula, que se proyecta al final del recorrido. Dirigida por Isaki Lacuesta, con la voz de la actriz Emma Su¨¢rez y encargada ex profeso, la pel¨ªcula de 23 minutos recorre los sue?os y las obsesiones de Fellini a trav¨¦s de las im¨¢genes (muchas inolvidables) de sus pel¨ªculas y las vincula con la larga sombra de la influencia real u on¨ªrica de PIcasso. De hecho, en palabras de Jos¨¦ Lebrero, director art¨ªstico del Museo Picasso, el proyecto, cuyo cartel es del artista Curro Gonz¨¢lez, consta de dos partes: una exposici¨®n de arte y una pel¨ªcula de cine, Picasso y Fellini. ?Qu¨¦ hubieran so?ado juntos?
¡°A ambos les interesaba el sexo pero su actitud era diferente¡±
Uno de los focos de la exposici¨®n de M¨¢laga es la obsesi¨®n de Fellini y Picasso por las mujeres. El cofundador de la Fundaci¨®n Fellini y antiguo ayudante del director, G¨¦rard Morin, reconoce ese punto en com¨²n pero incide en los matices: ¡°A ambos les interesaban las mujeres y el sexo, pero la actitud era diferente. Se puede decir que Picasso era un toro, era agresivo, se representaba con su espada... En el momento en que la mujer se resiste o no le interesa, la aparta. Es un conquistador, un Don Juan. Fellini es otro modelo: masoquista, inseguro, tuvo muchas aventuras, aunque nunca dej¨® a su mujer, Giulietta Massina. Para ¨¦l la representaci¨®n del pene, por ejemplo, era un juego. En la mujer buscaba a la madre, volver al seno materno¡±. ¡°Las ¨¦pocas no se pueden comparar. No se puede trasladar el #MeToo [movimiento feminista que denuncia el abuso sexual] a entonces¡±, a?ade Morin como respuesta a las distintas interpretaciones que se producen hoy de la obra de un artista como Picasso, incluso m¨¢s all¨¢ de su valor art¨ªstico¡±.
La comisaria de la exposici¨®n, Audrey Norcia, tambi¨¦n hace distinciones: ¡°Es un tema muy delicado y dif¨ªcil, a¨²n m¨¢s siendo yo una mujer. Es muy importante distinguir entre la vida personal y la creaci¨®n del artista. Esa l¨ªnea de denunciar a determinados artistas del pasado, por ejemplo, nos podr¨ªa llevar a la idea de retirar muchos cuadros de los museos. Hay que distinguir y ver la posibilidad de que se haya cometido alg¨²n delito¡±.
Las obras de la exposici¨®n, patrocinada por La Caixa, proceden de varias colecciones, fundamentalmente de La Fundaci¨®n Almine y Bernard Ruiz-Picasso, la Comuna de R¨ªmini (localidad natal de Fellini) y el Festival de M¨¢laga.
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