Batalla de luces y sombras
Es, como quiere ser, una pel¨ªcula b¨¢sicamente entretenida
Cuando Mario Camus compuso en el a?o 1993 la valent¨ªsima Sombras en una batalla, pel¨ªcula sobre el peso del pasado y la imposible redenci¨®n, evocadora de los a?os de plomo del terrorismo en el Pa¨ªs Vasco, ETA segu¨ªa matando, Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez acababan de ser condenados por el Tribunal Supremo, e Imanol Uribe a¨²n no hab¨ªa estrenado D¨ªas contados, la pel¨ªcula que en cierto modo lo cambi¨® todo en el terreno de la representaci¨®n cinematogr¨¢fica de los terroristas.
CUANDO DEJES DE QUERERME
Direcci¨®n: Igor Legarreta.
Int¨¦rpretes: Flor Torrente, Eduardo Blanco, Miki Esparb¨¦, Joaqu¨ªn Climent.
G¨¦nero: intriga. Espa?a, 2018.
Duraci¨®n: 104 minutos.
25 a?os despu¨¦s, con el Pa¨ªs Vasco en un nuevo tiempo de paz, el debutante Igor Legarreta presenta Cuando dejes de quererme, pel¨ªcula que tambi¨¦n desde un presente en conflicto, pues desarrolla su acci¨®n principal en el a?o 2002, se retrotrae a tiempos terribles ¡ªaqu¨ª, a las actividades de la ETA originaria, no contra la democracia sino frente a la dictadura de Franco, en 1968¡ª. Como la de Camus, la pel¨ªcula aborda la acci¨®n casi de soslayo, pero hay algo que las diferencia en gran medida: la primac¨ªa del valor de los subtextos, del contenido impl¨ªcito pero esencial ¡ªel tormento moral¡ª, en Sombras en una batalla; y la primac¨ªa de la trama en Cuando dejes de quererme, del relato en s¨ª, del qui¨¦n fue el asesino, de la convenci¨®n narrativa, del giro sorprendente y de la trama amorosa. De hecho, a Legarreta y a sus guionistas los subtextos se les escapan vivos, pues s¨®lo aparecen con convicci¨®n en los ¨²ltimos minutos ¡ªel miedo, la presi¨®n social y pol¨ªtica, el amor en todas sus vertientes¡ª, y se verbalizan en textos muy expl¨ªcitos, no vaya a ser que el espectador tenga que darle un poco a la cabeza.
Viene la comparaci¨®n a cuento porque no parece que sea casualidad y s¨ª tendencia en el cine espa?ol anteponer el entretenimiento sobre la reflexi¨®n, la luz sobre la sombra, incluso en una pel¨ªcula sobre el conflicto vasco, d¨¢rselo mascado a la platea. Dicho esto, digamos que Cuando dejes de quererme es, y como quiere ser, una pel¨ªcula b¨¢sicamente entretenida. Una investigaci¨®n policial cl¨¢sica, m¨¢s influida por los thrillers del Hollywood de los 90 que por cualquier intriga pol¨ªtica del cine de autor europeo, en la que hay pistas quiz¨¢ cogidas por los pelos y deducciones directamente inveros¨ªmiles, pero que, con ritmo constante e interpretaciones ejemplares, aborda los duros tiempos de los tiros en la cabeza y de las torturas, de los mercenarios y de las venganzas.
Eso s¨ª, hay algo en esa l¨ªnea de huida de la sobriedad, el compromiso y la trascendencia, que abunda en la radiograf¨ªa: todo lo relacionado con el personaje de Eduardo Blanco, su humor, sus chascarrillos, sus fuegos de artificio, no es que encajen mal, es que parecen de otra pel¨ªcula. Y no es que el actor est¨¦ mal, es puro Eduardo Blanco, pero sus frases no funcionan ni como contrapeso tonal.
Babelia
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