Tristan on the record
La ¨®pera de Wagner es tan exigente y extrema como bien tratada en la discograf¨ªa
Trist¨¢n e Isolda es una ¨®pera extrema, imposible, pero toda la excepcionalidad que representa no contradice que haya sido muy bien tratada en sus extrapolaciones discogr¨¢ficas. Desde las concebidas en estudio hasta las grabaciones en directo. Que son mis favoritas porque la m¨²sica wagneriana requiere una especie de tensi¨®n dram¨¢tica progresiva, acumulada, camino del "Liebestod". Y no es f¨¢cil conseguirla espaciando las sesiones o repitiendo las tomas sonoras.
Este matiz explica la credibilidad de las versiones "captadas" en vivo en los a?os cincuenta. No re¨²nen los prodigios tecnol¨®gicos que prosperaron despu¨¦s, pero su poder magm¨¢tico y atmosf¨¦rico las convierte en insuperables, gracias tambi¨¦n a la inercia que incorporan unos repartos excepcionales.
-Hans Knappertsbusch.?He aqu¨ª un registro tot¨¦mico. Y no "capturado" en Bayreuth, sino en la ?pera de M¨²nich, en 1950, con las voces de Braun, Treptow, Klose y Frantz. "Kna" demuestra su reputaci¨®n de sumo sacerdote wagneriano, abriendo la caja fuerte desde los compases inaugurales del preludio.
-Furtw?ngler y Karajan "coincidieron" en 1952 haciendo Trist¨¢n. Desde presupuestos diferentes -la teatralidad frente a la estilizaci¨®n- y concibiendo grabaciones de referencia. La de Furtw?ngler corresponde a un proyecto discogr¨¢fico de EMI con las huestes de la Orquesta Philharmonia y el coro del Covent Garden. Una versi¨®n londinense, de estudio, que compite con el registro en vivo de Karajan en Bayreuth, aunque fue breve la relaci¨®n del maestro austriaco con el festival wagneriano. La Isolda de Flagstad, ya mayor y crepuscular, en el disco de Furtw?ngler impresiona tanto como el Trist¨¢n oscuro y a la vez aterciopelado de Ram¨®n Vinay con Karajan.
Wolfgang Sawalisch.?Era joven el maestro germano cuando se avino a dirigir Trist¨¢n e Isolda?en Bayreuth. De hecho, su fabulosa lectura redunda en el relevo generacional que comportaron los monstruos vocales de Birgit Nilsson y Wofgang Windgassen abriendo una nueva era en el templo wagneriano. El disco est¨¢ en el sello Myto y alude a la edici¨®n de 1957.
Karl B?hm.?Nilsson y Windgassen son tambi¨¦n los art¨ªfices de la versi¨®n en directo que captur¨® la Deutsche Grammophon en 1966. Ambos regresaron a Bayreuth, pero esta vez acompa?ados de Karl B?hm en una concepci¨®n m¨¢s metaf¨ªsica que voluptuosa y cuya atm¨®sfera? conserva un lugar de honor en las grabaciones m¨¢s redondas.
Carlos Kleiber.?Corresponde al superdotado hijo de Erich Kleiber la versi¨®n de refefencia contempor¨¢nea, si por contempor¨¢neo admitimos el a?o 1981. El perfeccionismo del maestro provoc¨® toda suerte de controversias y hasta espantadas, pero finalmente apareci¨® el milagro con la Staatskapelle de Dresde, un reparto de voces legendarias -Fischer-Dieskau, Rene Kollo, Brigitte Fassbaender- y la sorpresa de Margaret Price como Isolda. Nunca hab¨ªa cantado el papel antes la soprano galesa y nunca lo cant¨® en escena, pero el "capricho" de Carlos Kleiber estaba plenamente justificado.
Daniel Barenboim. La ¨²ltima grabaci¨®n del siglo XX digna de mencionarse corresponde a la identificaci¨®n wagneriana de Daniel Barenboim. M¨¢s a¨²n cuando su Isolda es Waltraud Meier, "titular" del papel y referencia estil¨ªstica en las ¨²ltimas d¨¦cadas. No est¨¢ sola la enorme cantante germana. Barenboim pudo alistar a Sigfried Jerusalem y al imponente Salminen como Marke, dirigiendo con clarividencia y sentido metaf¨ªsico a las huestes de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en estado de gracia (1995, Teldec).
?Y el siglo XXI? La mayor sopresa la produjo Pl¨¢cido Domingo. Nunca ha querido afrontar en escena el papel de Trist¨¢n porque sospechaba que iba a sepultarlo, pero se avino a registrarlo a las ¨®rdenes de Antonio Pappano. Lo hizo con 63 a?os y fue capaz de conmover y de conmoverse en mon¨®logo del tercer acto. Puede que sea la mejor versi¨®n disponible en esta centuria, pero no deben subestimarse los m¨¦ritos de Christian Thielemann a prop¨®sito del registro que realiz¨® en la ?pera de Viena y que Deutsche Grammophon puso en el mercado en 2004.
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