Santiago Sierra incluye a Junqueras y los Jordis como ¡°presos pol¨ªticos¡± en una obra en Arco

Es una pol¨¦mica por adelantado. La nueva obra del provocador Santiago Sierra (Madrid, 1966) que se expone a partir de hoy en Arco, la principal feria art¨ªstica nacional, se titula Presos pol¨ªticos en la Espa?a contempor¨¢nea e incluye entre sus protagonistas a Oriol Junqueras, presidente de ERC, y al presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi S¨¤nchez, adem¨¢s de citar al de ?mniun Cultural, Jordi Cuixart, todos ellos presos acusados de rebeli¨®n y sedici¨®n por el proc¨¦s.

Tambi¨¦n se reconocen otros nombres, como los del sindicalista Andr¨¦s B¨®dalo, los detenidos por la ¡°trifulca nocturna¡±, en palabras del autor, con guardias civiles de paisano en Alsasua (Navarra) o los dos titiriteros detenidos en Madrid en 2016 por su montaje La bruja y don Crist¨®bal. La obra es una copia ¨²nica y se vende a 80.000 euros.

La pieza se exhibe en la galer¨ªa Helga de Alvear y consiste en un panel con 24 fotograf¨ªas en blanco y negro donde los rostros est¨¢n pixelados, si bien muchos de ellos son perfectamente reconocibles por algunos rasgos y, sobre todo, una vez le¨ªda la leyenda que acompa?a a cada imagen.

La frase del retrato de Junqueras reza: ¡°Tras los acontecimientos en torno al refer¨¦ndum de Catalu?a del d¨ªa 1 de octubre de 2017, y tras la decisi¨®n de aplicar el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n espa?ola, la Audiencia Nacional conden¨® a prisi¨®n incondicional y sin fianza al vicepresidente catal¨¢n junto a ocho exconsejeros de la Generalidad. Solo uno de ellos pudo eludir la condena con una fianza de 50.000 euros. Ingresaron en las c¨¢rceles de Estremera y Alcal¨¢ Meco¡±.

En realidad, los nueve no han sido condenados, sino que la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela orden¨® su ingreso en prisi¨®n preventiva. De ellos, solo Junqueras y el exconsejero de Interior, Joaquim Forn, siguen encarcelados, ya que el resto han quedado en libertad bajo fianza..

En el caso de los Jordis, Sierra los identifica como ¡°miembros activos en la convocatoria de las concentraciones por la votaci¨®n del refer¨¦ndum de independencia¡±. ¡°Acusados por supuesto delito de sedici¨®n p¨²blica con riesgo de reiteraci¨®n delictiva y destrucci¨®n de pruebas, se les condena a prisi¨®n incondicional y sin fianza¡±, a?ade. Tampoco en este caso han sido condenados, sino que permanecen en prisi¨®n mientras la causa est¨¢ siendo investigada.

El sindicalista Andr¨¦s B¨®dalo, miembro de Ja¨¦n en Com¨²n, es otro retratado. Est¨¢ en la c¨¢rcel de Ja¨¦n pese a que ¡°los v¨ªdeos presentados por la polic¨ªa ¨²nicamente muestran a esta persona con un meg¨¢fono intentando intermediar en el alboroto¡±, se?ala el pie de foto.

Sobre los titiriteros, recuerda que era una funci¨®n que ¡°representaba a la polic¨ªa acusando falsamente de delitos de terrorismo a una bruja por llevar una pancarta con el mensaje ¡®Gora Alka-Eta¡±. Ambos fueron detenidos cinco d¨ªas y la Audiencia sobresey¨® la causa. Sobre la ¡°trifulca¡± de Alsasua en la que varios guardias civiles fueron agredidos una noche en un bar, recuerda que las penas solicitadas por la fiscal¨ªa suman 372 a?os y medio de c¨¢rcel. El ministerio p¨²blico reclama en conjunto las penas a ocho acusados por lesiones terroristas.

Tambi¨¦n se exhiben im¨¢genes de otros llamados por el autor ¡°presos pol¨ªticos¡±, entre los que se encuentran activistas del 15-M, miembros del antiguo diario abertzale Egin o los anarquistas condenados por hacer estallar una bomba en la bas¨ªlica del Pilar en Zaragoza, ya excarcelados.

Sierra declin¨® aceptar el premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas en 2010, que concede el Ministerio de Cultura y est¨¢ dotado con 30.000 euros. La carta en la que explicaba sus motivos, dirigida a la entonces ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez Sinde, explicaba: ¡°El arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido com¨²n me obliga a rechazar este premio¡±.

En 2003, fue el artista invitado en el pabell¨®n espa?ol de la Bienal de Venecia. Su intalaci¨®n, que reflexionaba sobre las fronteras, fue objeto de pol¨¦mica al no permitir el paso a todos aquellos que no presentasen el pasaporte o el DNI que demostrase su nacionalidad espa?ola. Dos guardias de seguridad se encargaban de que se cumpliesen las instrucciones del artista.