Ofrenda

En una nota emplazada al final de su reciente novela, titulada La ofrenda (Galaxia de Gutenberg), su autor, Gustavo Mart¨ªn Garzo (Valladolid, 1948), explica las diversas fuentes mitol¨®gicas usadas por ¨¦l como principal fuente inspiradora de su relato, que gira esencialmente sobre el tema de la Bella y la Bestia, un asunto que hizo popular al parecer, por primera vez, dentro del g¨¦nero fant¨¢stico de cuentos infantiles, la escritora francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (1711-1780), pero que comprime, a su vez, un ancestral venero legendario, luego ampliamente recreado por la narrativa de muy diversos g¨¦neros art¨ªsticos en nuestra ¨¦poca. En puridad, lo que tiene de turbador este caudal hist¨®rico no es que un monstruo capture a una hermosa doncella, sino que esta acabe enamor¨¢ndose de la bestia, algo tab¨² porque nos remite a la aceptaci¨®n insoportable de nuestra original condici¨®n animal.

Como siempre he pensado que la doctrina del progreso est¨¢ de suyo lastrada desde el momento en que no es capaz de hacer el balance de las p¨¦rdidas que los cambios nos infringen, me interes¨® sobremanera el desaf¨ªo que plantea Mart¨ªn Gazo en su pesquisa retrocesiva, pues indaga la veracidad de lo que nos ocurre explorando en las aguas cenagosas de nuestro origen. En el caso de La ofrenda, trasladando a una joven enfermera espa?ola de comienzos de la d¨¦cada de 1960 a un islote, Taboada, emplazado en el subcontinente africano, al sur de Madagascar, contratada en aquel remoto y primitivo lugar para atender a una anciana y extravagante dama millonaria, de salud precaria. Sobre esta base, Mart¨ªn Gazo hilvana una misteriosa intriga en la que la joven se ve progresivamente enredada en un misterio abisal de las profundidades acu¨¢ticas, no muy distinto del que cualquier mujer embarazada concibe en su seno.

Obviando el dar m¨¢s detalles de este argumento romancesco, al menos a m¨ª me parece claro que el trasfondo filos¨®fico de este enredo es la reflexi¨®n que hace Mart¨ªn Gazo del poder femenino como m¨¦dium esencial, no solo biol¨®gicamente para crear vida y as¨ª desentra?ar el sentido original de la existencia, sino para responsabilizarse ¨¦ticamente de dicha empresa. Se trata, en fin, de pensar qu¨¦ significa de crucial el amor como entrega; como, en efecto, ofrenda. ¡°Yo era¡± ¡ªescribe la joven en su diario¡ª ¡°como esas muchachas que, en los cuentos, no pueden dejar de dirigirse hacia el lugar indecible donde tal vez les es pera la destrucci¨®n, porque en su tierno coraz¨®n conocimiento, muerte y amor son a¨²n la misma cosa¡±.

Convoca Mart¨ªn Gazo en su relato muchos fantasmas legendarios como, entre otros, el mito er¨®tico de Eros y Psique o el del embriagador canto de las sirenas. El misterio de esta novela agita, por supuesto, muchas capas de nuestro ser, sobre todo, las que palpitan en las profundidades del subsuelo. Pero, como dijera el gran poeta H?lderlin, cito de memoria: ¡°Lejano y oscuro est¨¢ el gran Dios / pero all¨ª donde habita el peligro, se halla lo que rescata¡±. De manera que solo cabe agradecer el don de la vida mediante la ofrenda de uno mismo, una aventura esencial.