Linklater resucita a Hal Ashby
En modo alguno es una pel¨ªcula despreciable, pero quiz¨¢ s¨ª fallida
En 1973, y tras la impactante comedia negra Harold y Maude, el hoy demasiado olvidado Hal Ashby continu¨® con El ¨²ltimo deber uno de los m¨¢s formidables eslabones de pel¨ªculas incontestables de la historia del cine. A¨²n faltaban por llegar Shampoo, Esta tierra es mi tierra, El regreso y Bienvenido Mr. Chance, y aunque luego le asaltaran la debacle e incluso la muerte, Ashby acab¨® conformando en ese periodo, m¨¢gico en el cine americano, una obra de inusual coherencia, aun no siendo guionista, alrededor de dos grandes frentes: el rechazo a cualquier tipo de autoridad, y la en¨¦rgica ruptura de las normas legales y morales.
LA ?LTIMA BANDERA
Direcci¨®n: Richard Linklater.
Int¨¦rpretes: Steve Carell, Bryan Cranston, Lawrence Fishburne, J. Quinton Johnson.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2017.
Duraci¨®n: 124 minutos.
Admirador de la obra de Ashby, Richard Linklater tambi¨¦n puede ser considerado como un cronista de la sociedad americana, pero, a diferencia del director hippie, su obra est¨¢ m¨¢s relacionada con la nostalgia y con la retrospectiva que con el acontecer en presente, la clarividencia y el navajazo en directo. Y quiz¨¢ por ello La ¨²ltima bandera, pel¨ªcula de Linklater que recoge los mismos personajes de El ¨²ltimo deber, tres d¨¦cadas despu¨¦s, resulte tan deste?ida respecto del original. Porque Ashby hablaba de la sociedad americana de los 70, la de la contracultura y el rechazo a Vietnam, mientras el pueblo desayunaba cada ma?ana con el regreso de sus j¨®venes en ata¨²des, y Linklater habla de la Guerra de Irak, en 2003, en parecidas circunstancias, pero desde una pel¨ªcula producida 15 a?os despu¨¦s.
Ambas road movies, ambas basadas en sendas novelas de Darryl Ponicsan con trasfondo b¨¦lico desde la distancia, El ¨²ltimo deber y La ¨²ltima bandera no son, sin embargo, dos caras de la misma moneda, ni siquiera en lo formal. Porque Ashby, que antes que director hab¨ªa sido uno de los montadores m¨¢s reputados del cine, lograba algo verdaderamente brillante con su regreso al clasicismo y a la ortodoxia del encadenamiento en las formas de edici¨®n: que una historia que transcurr¨ªa en un periodo de tiempo muy corto pareciera una pel¨ªcula r¨ªo m¨¢s grande que una vida.
A pesar de todo, quedan en La ¨²ltima bandera los enormes personajes, muy atractivos aun no conociendo la pel¨ªcula de Ashby ¡ªy, por tanto, su juventud 30 a?os atr¨¢s¡ª, adem¨¢s de congruentes en su evoluci¨®n vital y moral. Y quedan tambi¨¦n tres actores extraordinarios, Steve Carell, Bryan Cranston y Lawrence Fishburne, herederos de, respectivamente, los papeles de Randy Quaid, Jack Nicholson y Otis Young.
En modo alguno es La ¨²ltima bandera una pel¨ªcula despreciable, pero quiz¨¢ s¨ª fallida y, sobre todo, menor dentro de la carrera de Linklater. Y con la alargada sombra del modelo de Ashby, tanto en lo formal como en lo temporal.
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