El bucle infinito de Israel
Samuel Maoz, aplaudido cineasta que fue artillero de tanques en el ej¨¦rcito, enciende a su pa¨ªs con ¡®Foxtrot¡¯
Samuel Maoz ten¨ªa 20 a?os cuando mat¨® a un hombre por primera vez. Escuch¨® la orden, apret¨® el bot¨®n y el tanque del que era artillero dispar¨®. Cuando reabri¨® los ojos, poco quedaba del cami¨®n que parec¨ªa correr endemoniado hacia ellos: "Recuerdo medio cuerpo, sus gritos, y un mont¨®n de pollos que corr¨ªan alrededor. Rechac¨¦ la idea de que yo hubiera provocado aquello, pero una voz en mi cabeza dec¨ªa: 'Acabas de joderte la vida". A saber qui¨¦n era el hombre al volante. ?Un enemigo? Quiz¨¢s. ?Un granjero? M¨¢s probable. En la guerra -como la invasi¨®n israel¨ª de L¨ªbano, en 1982-, el instinto puede atacar antes de que el cerebro piense: ¡°A las 24 horas en el frente, la lucha por la supervivencia se ha apoderado de ti¡±. Una vez en casa, el director s¨ª tuvo tiempo de sobra para repasar lo ocurrido. Tras el servicio militar, estudi¨® Audiovisual y se puso a rodar. Pero la memoria le ha atormentado hasta hoy. Su primera pel¨ªcula, L¨ªbano, en 2009, buscaba ¡°lidiar con el trauma¡±. La segunda, Foxtrot, afronta ahora ¡°el postrauma¡±. Y llega para cerrar el c¨ªrculo: ¡°Contar¨¦ otros temas, basta con el Ej¨¦rcito¡±.
Con L¨ªbano, claustrof¨®bico relato ambientado dentro de un tanque, Maoz (Herzliya, 1962) gan¨® el festival de Venecia. Foxtrot se llev¨® solo el Gran Premio del Jurado de La Mostra pero le ha vuelto a cosechar aplausos. Esta vez el cineasta ha optado por una historia en tres cap¨ªtulos, unidos por el t¨ªtulo. ¡°El foxtrot es un baile que puede tener muchos pasos distintos pero siempre llevan al punto de partida. Israel est¨¢ volcado en una danza en c¨ªrculo con el destino y nuestras heridas abiertas¡±, asegura.
Su existencia tambi¨¦n inspir¨® Foxtrot: durante meses Maoz toler¨® los retrasos de su hija, que se quedaba dormitando y corr¨ªa a la escuela en taxi. Pero un d¨ªa su padre decidi¨® que aquello era caro y poco ¨¦tico, as¨ª que le impuso el autob¨²s. El 5, en concreto. Poco despu¨¦s, escuch¨® en las noticias que un ataque terrorista a un veh¨ªculo de esa l¨ªnea hab¨ªa provocado cinco muertos. Pas¨® ¡°la peor hora¡± de su vida, llamando a un tel¨¦fono que no contestaba. Hasta que ella misma reapareci¨® en casa. Fiel a su costumbre, hab¨ªa perdido el bus.
Para traducir todo ello en cine, la c¨¢mara de Maoz arranca con el dolor de una familia informada de que su hijo, soldado, ha fallecido. Luego, se traslada a un puesto de control del ej¨¦rcito israel¨ª. Finalmente, regresa a la casa inicial, seis meses despu¨¦s. ¡°Me gustar¨ªa que la primera parte choque, la segunda hipnotice y la tercera conmueva¡±, asegura. Tambi¨¦n espera poner a su pa¨ªs ante el espejo, para plantearse las preguntas que reh¨²ye y, quiz¨¢s, interrumpir su foxtrot infinito.
¡°El destino no es inmodificable por divino, sino por la naturaleza del pa¨ªs. Nos seguimos repitiendo que nuestra existencia est¨¢ en peligro pero ya no es as¨ª¡±, explica Maoz. La obsesi¨®n colectiva se alimenta de muchas fuentes, seg¨²n el director. Cita la maestra que su primer d¨ªa de colegio escribi¨® en la pizarra ¡°Es bueno morir por tu pa¨ªs¡±; el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, y los partidos -¡±sobre todo de derechas¡±- que ¡°aprovechan la cuesti¨®n de la seguridad¡±; o el espectro del Holocausto: ¡°Todo est¨¢ relacionado con ¨¦l. Traumatiz¨® a una generaci¨®n y a las siguientes. La m¨ªa no pod¨ªa quejarse, te contestaban: ¡®S¨¦ hombre, con lo que hemos sufrido¡¯. Si sacaba un siete mi madre dec¨ªa: ¡®?Para esto he sobrevivido al Holocausto?¡±.
Maoz quiere plantear otros debates. ¡°Har¨ªa falta un l¨ªder como Isaac Rabin, que imponga un corte con el pasado. Si alguien pone en duda esa memoria, se le acusa de apoyar a los palestinos, pero no va de ellos sino de nosotros: lo gastamos todo en defensa y tenemos a un mill¨®n de ni?os que pasan hambre. ?Por qu¨¦ Netanyahu no usa el dinero para alimentarlos y educarlos? Porque no le da cr¨¦dito electoral¡±. Con este an¨¢lisis y sus dos filmes, el director se ha ganado unos cuantos enemigos y hasta amenazas de arrojarle ¨¢cido a la cara para que no filmara nunca m¨¢s.
La ministra de Cultura de Israel, Miri Regev, en cambio, le atac¨® con sus palabras. Tach¨® su filme, financiado en una peque?a parte con dinero p¨²blico y finalista en los Globos de Oro, de ¡°arma de propaganda para los enemigos¡±, y acus¨® a Foxtrot de querer ¡°destruir Israel¡±. Para reforzarlo cit¨® una secuencia que no existe en el filme. ¡°Imag¨ªnese el nivel¡±, sostiene Maoz. ¡°Me recuerda a los personajes de Ch¨¦jov, que cuanto m¨¢s buscan algo logran lo contrario. No me gusta, pero he de reconocer que ha conseguido m¨¢s atenci¨®n y debates sobre el filme¡±. Bromas del destino. Y del foxtrot.
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