El cine de la misoginia
Antes de la llegada de mujeres al campo de la direcci¨®n cinematogr¨¢fica, hubo hombres autores de valiosas denuncias de la situaci¨®n femenina
¡°La mujer en su m¨¢s proterva condici¨®n, la de cazadora de maridos¡±, se dec¨ªa en una vieja pel¨ªcula espa?ola. ¡°?Para qu¨¦ sirve la mujer? ?Para nada!¡±, se dec¨ªa en otra. ¡°?Que nos trae al mundo? S¨ª, pero tambi¨¦n nos trae unas corbatas horrorosas que no podemos ponernos¡±. Las pel¨ªculas del franquismo eran habitualmente mis¨®ginas. ¡°La belleza es la ¨²nica forma de inteligencia que reconozco en las mujeres¡±, se dec¨ªa, por ejemplo, en la muy popular La violetera, con Sara Montiel. Pero tambi¨¦n hab¨ªa misoginia en pel¨ªculas de cineastas de gran calado, Berlanga sin ir m¨¢s lejos quiso titular su pel¨ªcula La boutique nada menos que Las pira?as, refiri¨¦ndose al clan familiar femenino; por no recordar ahora a Fellini que se hizo un homenaje a su propia misoginia en aquel loco disparate titulado La ciudad de las mujeres.
Pero seamos justos. Tambi¨¦n cineastas varones hicieron buenas y notables pel¨ªculas feministas, y bastar¨ªa recordar las muy rese?ables Calle Mayor (Juan Antonio Bardem, 1956) o La t¨ªa Tula (Miguel Picazo, 1964), as¨ª como bastantes de las dirigidas por Fernando Fern¨¢n G¨®mez (Solo para hombres), Manuel Mur Oti (El batall¨®n de las sombras) o Javier Aguirre (Vida perra), entre otras. De hecho, antes de la llegada de mujeres al campo de la direcci¨®n cinematogr¨¢fica, muchas veces heroica, contra viento y marea, hubo hombres autores de valiosas denuncias de la situaci¨®n de la mujer. Claro que tambi¨¦n de las m¨¢s mis¨®ginas, ya lo digo. El cine, como casi todo, era cosa de hombres.
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