¡°Si alguien me da un azote, se lo devuelvo¡±
La cantante letona, estrella mundial de la ¨®pera que vive en Espa?a, debuta en Madrid con un concierto en el Teatro de la zarzuela dedicado al g¨¦nero
Dice Elina Garan?a que una estrella de la ¨®pera necesita al menos cuatro ingredientes b¨¢sicos: ¡°Unas cuerdas vocales que te sostengan, o¨ªdo, ritmo y, por ¨²ltimo, pero muy importante, salero¡±. Lo cuenta en su impecable espa?ol perfeccionado casi a diario en M¨¢laga, donde vive con su marido ¨Cel director gibraltare?o Karel Mark Chichon- y sus dos hijas.
Es all¨ª donde ha formado su base cuando no anda por las ¨®peras de Par¨ªs o Viena, el Metropolitan de Nueva York, la Scala de Mil¨¢n, el Covent Garden de Londres... Porque Garan?a (Riga, Letonia, 1976) canta a ese nivel. El de los grandes. Pese a vivir en Espa?a, debuta este domingo en Madrid con un concierto en el Teatro de la Zarzuela dirigida por su esposo con repertorio de g¨¦nero chico ¨Cque hay que hacer a lo grande, ¡°sin abaratarlo¡±, dice- y arias de la sevillana Carmen de Bizet en el programa.
Al garbo con 1,80 de altura y el resto de cualidades, Garan?a une franqueza. Mientras transcurr¨ªa la entrevista en el teatro, pegado a las Cortes, se animaba por los alrededores la manifestaci¨®n feminista del pasado jueves: ¡°No me importar¨ªa recorrer con ellas un trecho. Aunque soy consciente de mi fortuna. No he sentido hasta ahora en mi carrera acoso ni agresiones. Tampoco quiero decir que no existan y estos horrores deben ser denunciados. Hay que levantarse contra cualquier abuso. De ah¨ª a perder toda posibilidad de flirteo, tampoco es normal, ni natural. Yo soy fuerte y s¨¦ defenderme. Si alguien me da un azote en el culo se lo devuelvo. Todav¨ªa no me he visto amenazada. Pero cada caso es diferente¡±.
De vuelta al t¨¦rmino salero, descubrimos que en ella resulta todo un hecho diferencial para su carrera de mezzosoprano experimentada. ¡°Es lo que te distingue. La personalidad. Con el salero, como con la voz, se nace. Y yo en Espa?a lo que he hecho es perfeccionarlo¡±. ?C¨®mo? ¡°Fij¨¢ndome en el flamenco, algunos pases toreros y en la actitud de las mujeres gitanas y andaluzas. Con una mirada te pueden fulminar y poco despu¨¦s recuperan la actitud, como si no hubiera pasado nada. Yo me identifico mucho con ellas. Nosotros, los letones, sabemos inclinar la espalda porque nos han invadido mucho. Pero tambi¨¦n sabemos ponerla recta porque somos muy dignos, como los artistas gitanos¡±.
¡°Una buena cantante de ¨®pera necesita cuerdas vocales que te sostengan, o¨ªdo, ritmo y, por ¨²ltimo, pero muy importante, salero¡±
Ese gusto por la anatom¨ªa y por los conceptos aut¨®ctonos, no s¨®lo denota su pasi¨®n por las actitudes de raza. Tambi¨¦n una devoci¨®n por el sur que le ha hecho ingresar en la cofrad¨ªa de la virgen de la Macarena: ¡°A la familia de mi marido les hac¨ªa ilusi¨®n y nos invitaron a entrar. Somos cat¨®licos y celebramos como tal la Navidad y la Semana Santa. No est¨¢ mal contar con alguien que vele por ti desde otras dimensiones¡±, asegura.
As¨ª bien se puede cantar Carmen, uno de sus papeles bandera. En busca de cierto sentido del pecado y la redenci¨®n. La cigarrera de garbo que se pone el mundo por montera es alguien a quien Garan?a tiene bien estudiada. Por su picard¨ªa. Por su aire imprevisible. Por cierta actitud de desaf¨ªo ante la vida y por su sentido del humor m¨¢s que por su fatalismo tr¨¢gico. ¡°Con esta altura y mi espalda ancha, no me hace falta salir dos veces al escenario para que se den cuenta de que aqu¨ª estoy¡±.
Lo comprobar¨¢ el domingo el p¨²blico de Madrid. Una ciudad en la que, asombrosamente y pese a querer, Garan?a nunca hab¨ªa actuado. ¡°Nadie me lo hab¨ªa propuesto hasta ahora. A ver si a partir del domingo, cambia mi suerte¡±. Ganas de disfrutarla, no faltan. Las entradas para su debut se agotaron sin problema. ¡°Estoy deseando sentir a este p¨²blico y que ellos comprueben que no se van a encontrar con ning¨²n clon de nadie. Me han dicho que son directos, exigentes y que entienden mucho. Si a alguien no le convenzo, no importa. Soy consciente de que no se puede agradar a todo el mundo¡±.
¡°Mi marido cree que nunca llegar¨¦, por mis caracter¨ªsticas, a dominar el repertorio de Wagner. Pero le he dicho que dentro de 10 a?os, hablamos¡¡±.
De eso se dio cuenta hace tiempo. Ahora se encuentra en un estado de l¨²cida madurez en que domina las prioridades. Familia, primero. Luego, el resto: ¡°No paso de las 55 funciones al a?o¡±, comenta. As¨ª disfruta de su arte, sin nostalgias improductivas: ¡°Cada cosa a su tiempo. No echo de menos lo que mi voz me permit¨ªa hacer antes: ni las florituras de los papeles belcantistas, tampoco Mozart o algunos verdis. Ha cambiado mi anatom¨ªa y mis condiciones. Puedo disfrutar de los largos pasajes que me exigen los papeles que interpreto ahora y que tengo por delante¡±. Personajes de intensidad y profundidad dram¨¢tica que van desde Amneris, de Aida, y la princesa ?boli del Don Carlo, ambas criaturas de Verdi, a la Santuzza de Cavaleria Rusticana (Pietro Mascagni), la Dalila de Saint-Sa?ns o la Kundry wagneriana del Parsifal.
Este ¨²ltimo como excepci¨®n al escepticismo de su esposo: ¡°Karel cree que nunca llegar¨¦ por mis caracter¨ªsticas a dominar el repertorio de Wagner. Pero le he dicho que dentro de 10 a?os, hablamos¡¡±. Puede que d¨¦ la impresi¨®n de carecer a¨²n de esas herramientas. Pero Garan?a aporta otras tan v¨¢lidas para remediarlo. No f¨ªsicas, quiz¨¢s. Pero s¨ª mentales: ¡°Soy muy impaciente. Y si no cambio o me enfrento a retos, me aburro. No lo puedo remediar. Mi madre, que ha sido una gran cantante en nuestro pa¨ªs, ha tratado de convencerme muchas veces de frenar en algunos casos. Pero es superior a m¨ª, necesito probarme constantemente¡±.
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