Francesc Torres, forense de s¨ª mismo en el Macba
El artista expone 3.500 objetos de su archivo personal en una instalaci¨®n
El forense tiene que descubrir el motivo de la muerte de un cad¨¢ver leyendo la informaci¨®n que el cuerpo mudo, por peque?a que sea, proporciona. Algo parecido ha hecho el artista Francesc Torres (Barcelona, 1948) a partir de los miles y miles de objetos que ha ido acumulando ¡°que no coleccionando¡± a lo largo de su vida; unos objetos que han nutrido sus instalaciones y han acabado formando el universo creativo de este artista que ha hecho de la reflexi¨®n sobre ideolog¨ªa, poder y sumisi¨®n, la historia y la memoria, su ADN. ¡°Estaba la obra, el archivo, la biblioteca, pero tambi¨¦n la cultura material acumulada durante toda la vida, desde que era peque?o¡±, explica Torres, delante de la enorme instalaci¨®n formada por 3.500 objetos, desde min¨²sculos objetos tallados en huesos de aceituna con forma de zuecos, hasta enormes figuras como la de un Crist¨®bal Col¨®n arrodillado que acuna un Pato Donald. Adem¨¢s de cientos de coches en miniatura, m¨¢scaras, mecheros que ¡°escupe el mar como si fueran f¨®siles¡±, maquetas de aviones y barcos y restos de la Guerra Civil como cascos de soldados, bombas y, sobre todo, latas de conserva rusas, mexicanas y noruegas, las ¨²nicas que no se oxidan porque eran de aluminio, recuperadas en los escenarios de la Batalla del Ebro. Tambi¨¦n tebeos, recortables y libros, reproducciones de un australopithecus, una colecci¨®n de sellos italianos con los retratos de Mussolini y Hitler. Todo eso y mucho m¨¢s conforman La campana herm¨¦tica. Espacio para una antropolog¨ªa intransferible que puede verse en el Macba hasta el 11 de septiembre.
¡°Pens¨¦ que lo mejor para que este material no acabara disperso era crear una pieza especial, en la que todo estuviera catalogado y que quedara depositada en el museo¡±. La instalaci¨®n, ¡°que representa el 80% del material acumulado¡±, ha sido revisado por el artista en un proceso que califica de ¡°catarsis¡±. ¡°Verlo de golpe es una sensaci¨®n extra?a, como confrontarte con un retrato robot que no hab¨ªas visto nunca¡±, aunque Torres acaba reconociendo: ¡°Me he quedado muy a gusto, la verdad¡±.
El ingente material se expone, como si fuera un gabinete de curiosidades del siglo XVI, en cinco torres (andamios de obra) perfectamente clasificado y recorre los diferentes mundos que han originado las obras y los textos de Torres: desde las miniaturas de coches (con sus respectivas cajas) e incluso el papel que los envolv¨ªa. ¡°La automoci¨®n es una de mis pasiones. A¨²n hoy lo que m¨¢s me gusta es coger un coche y hacer kil¨®metros. Son m¨¢quinas que prolongan nuestro cuerpo como si fueran pr¨®tesis¡±, explica.
Hasta objetos personales como una chaqueta de pelo de oveja que compr¨® en los sesenta; ejemplares de revistas o retratos de su familia, pasando por el material del otro tema troncal que recorre toda su obra: la historia, sobre todo militar y la Guerra Civil. ¡°Es como una venganza, porque por edad no la pude vivir, mi familia fue represaliada por el franquismo, tuvieron un protagonismo en eso que contaban que los que vinimos despu¨¦s no tuvimos. Por eso, necesito hacerla m¨ªa¡±. Pese a eso, Torres asegura que no volver¨¢ a tratar m¨¢s en sus obras la guerra en Espa?a. ¡°He hecho cuatro exposiciones sobre la Guerra Civil, pero parecen muchas m¨¢s. Ya he agotado el tema¡±.
La enorme instalaci¨®n, que ocupa toda la torre del edificio construido por Richard Meier tiene algo de escenogr¨¢fica. ¡°Es como el cerebro del artista. Cada torre est¨¢ conectada por una pasarela, como si fueran neuronas¡±, explica la comisaria Ant¨°nia M. Perell¨®, jefa de colecciones del Macba, que ha acompa?ado a Torres en este viaje al mundo del artista.
Tras Barcelona, Vitoria y Santiago
Francesc Torres ¡ªque cuenta entre sus hitos ser el ¨²nico artista que consigui¨® permiso de la autoridad portuaria de Nueva York para acceder en 2009 a la nave del aeropuerto Kennedy donde se almacenaban los restos de los atentados del 11-S¡ª inaugura en el Macba su tercera exposici¨®n, tras las del MNAC y el Arts Santa M¨°nica, en Barcelona en menos de un a?o.
Ya prepara otra muestra en el Artium de Vitoria con obra nueva y una retrospectiva en el Centro de Arte Galego de Santiago (CEAG). Y en Estados Unidos participar¨¢ en un proyecto de la Universidad de Minnesota en el que Torres ser¨¢ el ¨²nico artista que trabajar¨¢ con soldados de las guerras de Irak y Afganist¨¢n con problemas psicol¨®gicos. ¡°Me interesa tambi¨¦n esta vertiente del arte como terapia¡±, remacha el artista.
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